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275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya

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Muchos historiadores lo consideran el primer artista moderno. Los mismos vanguardistas del siglo XX lo vieron como precursor del impresionismo, el expresionismo y el surrealismo.

Francisco de Goya nació en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746. Siempre tuvo inclinación a la pintura aunque fue acumulando fracasos en su juventud y a muchos no les gustó la cúpula que pinto en la basílica del Pilar de Zaragoza.

Cúpula pintada por Goya en la basílica del Pilar (Zaragoza).
Foto: archivo propio.

Su viaje a Italia lo marcó y poco tiempo después de regresar a Madrid se convirtió en contertulio de los neoclásicos donde conoció a afrancesados y se posicionó a favor de los principios de la Ilustración. En aquella época consiguió el encargo de diseñar cartones para la Real Fábrica de Tapices de Madrid donde pintó escenas costumbristas como El columpio o El quitasol.

Después de superar una grave enfermedad, recibió encargos del futuro Carlos IV y pudo acceder a las colecciones reales donde contempló la obra de Velázquez, al que admiraba profundamente.

Ya era un afamado retratista al que todos llamaban don Paco cuando en 1789 se convirtió en pintor de cámara de los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma.

En 1792 sufrió una grave enfermedad que le produjo problemas de equilibrio y visión de los que consiguió recuperarse, pero le quedó una completa falta de audición que le cambio la vida y el carácter. Los problemas para comunicarse le obligaron a abandonar la dirección de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1797 y la Real Fábrica de Tapices. Pero siguió pintando.

En aquellos años su amistad con la Duquesa de Alba fue muy comentada en los mentideros de la corte y eso llevó a la idea de que era ella La maja desnuda. Poco después pintó La maja vestida. Ambas fueron un encargo de Godoy, primer ministro de Carlos IV, que las tenía en sus estancias privadas junto a la Venus del Espejo de Velázquez y otro desnudo de Tiziano. Se dice que La maja desnuda estaba escondida tras La maja vestida y mediante un mecanismo Godoy podía mostrar una u otra a conveniencia. La identidad de la que se llamaba la gitana no está probada ya que otra versión asegura que la retratada es Pepita Tudó amante y luego esposa de Godoy. Lo cierto es que la obra puso a Goya en el punto de mira del Tribunal de la Santa Inquisición. El pintor tuvo que retirar de la venta una serie de Caprichos de tono crítico, satírico e irreverente para evitarse más problemas y dejarlos solo para un grupo de confianza.

De Francisco de Goya - http://www.museodelprado.es/uploads/tx_gbobras/P00741.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=232125
La maja vestida. Goya. 
Foto: Museo del Prado. Wikipedia. Dominio público.

Aunque, en 1808 fue testigo de los combates que tuvieron lugar en Madrid, tuvo que jurar fidelidad a José Bonaparte, retratar a sus ministros y hacer un catálogo de cuadros de la colección real que los franceses planeaban llevarse al museo del Louvre.

Terminada la guerra, Goya pasó con éxito la depuración de funcionarios al servicio del gobierno francés. La Regencia le encargó en 1814 que pintara dos lienzos sobre los acontecimientos acaecidos y Goya presentó su Dos de mayotambién conocido como La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol de Madrid y Tres de mayo o Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid. También  retrató la contienda en su serie de grabados Los desastres de la guerra.

Se decía de él que era un hombre valiente, baturro, tacaño, egocéntrico y malhumorado. Su sordera, la pérdida de su esposa y los problemas de salud posteriores lo transformaron en un hombre solitario, introvertido y huraño. Todo su pesimismo y desilusión impregnaron las obras de su siguiente etapa. Así lo atestiguan las catorce pinturas con las que decoró las paredes de su villa que, más tarde, recibirían el nombre de Pinturas Negras y su casa, la Quinta del Sordo. Actualmente pueden contemplarse en el Museo del Prado después de que Salvador Martínez-Cubells las trasladara a lienzo en 1874.

La llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis lo obligó a huir a Burdeos. Solo regresaría a Madrid durante dos meses, para luego volver a marcharse a Francia, donde murió en 1828. Hubo que esperar a 1899 para que sus restos fueran trasladados a la ermita de San Antonio de la Florida (Madrid) cuyos frescos había pintado él mismo en 1798.

Goya es admirado en el mundo entero, son muchos los museos que se precian de tener alguna de sus obras y que harán algún acto especialmente dedicado a él este año. Solo el Museo del Prado posee más de mil obras del pintor. En Fuendetodos nos invitan a visitar la casa natal de Goya. En Zaragoza se celebran muchos eventos conmemorativos, en las propias calles que tendrán Figuras de Goyadecoradas por artistas aragoneses, en el Museo Goya donde habrá exhibiciones de sus obras y en el Museo de Zaragoza donde podremos disfrutar de la exposición Goya en el Grand Tour desde diciembre de 2021 a marzo de 2022.

Escultura de Goya ante la ermita de
San Antonio de la Florida (Madrid).
Foto: archivo propio.


Otros aniversarios de 2021.

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Si hace unas semanas celebrábamos el nacimiento de Goya y contábamos como fue testigo de la Guerra de la Independencia contra los franceses, ahora toca la conmemoración del bicentenario del fallecimiento de Napoleón Bonaparte.

Para muchos Napoleón fue uno de los mayores genios militares de  la historia, un brillante legislador y administrador, el que sentó las bases de la guerra moderna, quien fijó las conquistas de la Revolución Francesa y  llevó a Europa a la Edad Contemporánea. Para otros fue un dictador que traicionó la misma Revolución y cuyas batallas costó la vida a millones de personas.

Combatió en la Revolución Francesa, dio un golpe de Estado el 9 de noviembre de 1799 (18 de Brumario) que acabó con el Directorio para convertirse en Primer Cónsul, creo la Constitución napoleónica del año 1800 y se autoproclamó Emperador en 1804 poniéndose él mismo la corona y coronando a Josefina en Notre Dame.

Coronación de Napoleón. Jacques Louis David.
Foto: Wikipedia. Dominio Público.

Durante más de una década su genio como estratega y estadista convirtió al ejército francés en una máquina de guerra que conquistó buena parte de Europa. Sus tropas, además, arramblaron con todas las piezas de arteque pudieron llevarse para formar parte del museo del Louvre e intentaron destruir otras muchas. Ya hablamos de lo que hizo en Venecia o España. Se apropió de la Gioconday la colgó en su palacio. Estaba obsesionado con los objetos de poder, se apropió del retablo de El Cordero Místico de Gante y ambicionó la lanza de Longinos. Admirador de Alejandro Magno y Julio César, los emuló pasando una noche en el interior de la Gran Pirámide.

Su plan para conquistar la Península Ibérica no salió como esperaba, pues los españoles y portugueses organizaron una lucha de guerrillas que obligó a Napoleón a dedicarles mayor contingente del que esperaba. Llevó un ejército de medio millón de hombres a Rusia, pero allí les obligaron a adentrase en las heladas estepas y las tropas regresaron diezmadas y abatidas.

Después de lo ocurrido en Rusia, toda Europa se levantó contra Napoleón que tuvo que abdicar tras su derrota en la batalla de las Naciones en 1813. Pero en marzo de 1815 desembarcó en la Costa Azul dispuesto a recuperar la corona. Es muy significativo leer los titulares del periódico El Monitor contando como Napoleón se acercaba a la capital: comenzaba como “El ogro sanguinario de Córcega abandona su prisión” y va suavizando los adjetivos hasta acabar en un titular muy diferente cuando alcanzaba París “Su majestad imperial llega a la capital de sus Estados en medio de sus fieles”. Fue conocido como Imperio de los Cien Días hasta que fue derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo y desterrado a la isla de Santa Elena donde falleció en 1821.

VIII centenario del nacimiento de Alfonso X.

Murcia y Toledo son algunas de las ciudades que están conmemorando el nacimiento de Alfonso X, el sabio. Estos homenajes comenzaron en septiembre de 2021, cuando Murcia los inauguró con la fiesta de Moros y Cristianos, y durarán hasta junio de 2022. Habrá exposiciones, conferencias y talleres.

Escultura de Alfonso X, el sabio
en la Biblioteca Nacional (Madrid)
Foto: Luis García. Wikipedia.
Alfonso X fue rey de Castilla y León entre los años 1252 y 1284. Hoy en día se le conoce, ante todo, por el impulso que le dio a las diversas ramas del saber durante su reinado.

Alfonso centró su actividad en la (re)conquista del territorio peninsular que dominaban los musulmanes y en la repoblación de las tierras. En sus Partidas los musulmanes y los judíos no salían muy bien parados, pero, a la hora de la verdad, la mayoría de sus colaboradores en el ámbito cultural eran judíos.

En el siglo XIII se ampliaron las especies cultivadas, se mejoró el comercio, la fabricación textil y se generalizaron los mercados gracias a lo aprendido de los musulmanes.

Alfonso X vio todo el saber que podían aportar los judíos y musulmanes al que ya poseían los cristianos. Le interesaba muchísimo la astronomía: durante su reinado se tradujeron diversas obras y los astrónomos judíos Ishaq ben Sid y Yehudé ben Mosé crearon las Tablas astronómicas alfonsíes. Quiso que se estudiara historia (impulsó una compilación de Historia Universal que solo alcanzó al siglo I después de Cristo y la Primera Crónica General de España que llegaba hasta la época de Alfonso VIII y donde se aprecia la importancia que tiene en nuestra historia la convivencia de las tres religiones). También se sentía atraído por la música, el ajedrez, el arte gótico y el islámico. Apoyó los estudios de ciencia y medicina con la publicación de Historia naturalis de fray Juan Gil de Zamora, donde se siguieron enseñanzas de los médicos de la antigüedad clásica y los árabes. Fundó varias cátedras que ayudaron a encumbrar a la Universidad de Salamanca. Se preocupó por la lengua procurando la traducción y creación de textos en castellano y apoyando a la escuela de Toledo. Pero consideraba que el gallego era la lengua más poética y su gusto se inclinaba hacia la lírica galaicoportuguesa. Las obras más famosas de su época fueron las Cantigas, de las que se le considera autor. Hoy en día está probado que él mismo compuso al menos diez de ellas.

VIII centenario de la construcción de la Torre del Oro de Sevilla.

Es una torre albarrana a orillas del Guadalquivir que se edificó por orden del gobernador almohade Abù I-Ulà como parte de las defensas de la ciudad. Su inició en 1220 y las obras finalizaron en febrero de 1221, cinco meses antes de que se pusiera la primera piedra de la catedral de Burgos. Ambas construcciones son coetáneas y están de cumpleaños.

Torre del Oro.
Foto: Martinvl. Wikipedia.
En las crónicas que hace Alfonso X de la conquista de Sevilla en 1248 ya la nombra como Torre del Oro y nos cuenta como los castellanos, pocos años antes de que él fuera rey, tuvieron que romper el puente de barcas que unía esa orilla del río con la de Triana. Para ello se requirió que los artesanos y marinos cántabros y asturianos realizaran una flota que conseguiría la hazaña. Por este motivo los escudos de algunas localidades del norte de España lucen la imagen de la Torre del Oro y de sus cadenas.

Varias son las leyendas sobre el nombre de la Torre del Oro: algunos afirmaban que se debía a que estaba cubierta de azulejos que reflejaban el sol, otros que allí se guardaba el oro que traían de América, pero ninguna de las dos versiones es verdadera. Parece ser que brillaba por el mortero de cal y paja que la componía.

Fue capilla de San Isidoro y más tarde prisión. Durante la Revolución de 1868 se demolieron las murallas de la ciudad y, como la torre presentaba mal estado, también se pensó en destruirla, pero era ya un símbolo para los sevillanos que consiguieron salvarla y se restauró.

En la actualidad alberga el Museo Naval de Sevilla. Y, una última curiosidad, existe la Torre de la Plata que también formaba parte de las defensas de la ciudad y que Alfonso X llamó en su crónica torre de los Azacanes.

Películas navideñas.

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Una de las tradiciones navideñas es sentarse en el sofá con una manta y ver una peli… navideña. Al clásico de todos los clásicos navideños ¡Qué bello es vivir! (1946), se unen otros maravillosos como Recuerdo de una noche (1940), El bazar de las sorpresas (The shop around the corner, 1940), De ilusión también se vive (Miracle on 34th Street, 1947), La mujer del obispo (1947) o Navidades blancas (1954). Junto a ellos contamos con los nuevos clásicos de finales del siglo XX como Los Gremlins (1984), Los fantasmas atacan al jefe (1988), Solo en casa (1990),  Eduardo Manostijeras (1990), Mientras dormías (1995), ¡Vaya Santa Claus!(1994), Un padre en apuros (1996) y los del principio del siglo XXI Family man(2000), El Grinch (2000), Elf (2003), Love Actually (2003), Polar Express (2004), The Holiday(2006), Cuento de Navidad (2009)… Hay muchísimas y seguro que tenéis vuestras favoritas. Las mías: ¡Qué bello es vivir!, Vacaciones (The Holiday)y Mientras dormías.

Escena de "¡Qué bello es vivir!". Filmoterapia.
Foto: jaimeburque.com/blog/poster/8575

España no se queda atrás y tiene su propio catálogo de clásicos: Plácido (1961), La gran familia (1962) o ¡Se armó el belén!(1970).

Los norteamericanos tienen una gran industria de tv-movie y cada año exportan una buena cantidad de telefilmes romántico-navideños a los que ahora se unen las plataformas digitales. Ya desde principios de noviembre las diferentes cadenas nos preparan maratones de sobremesa, fines de semana o nocturnos con estas películas con la única pretensión de entretenernos.

Navidades blancas.
Foto: cinerama.
Algunas me parecen, personalmente, inspiradas en las clásicas. Hace poco vi por primera vez el musical Navidades blancasprotagonizado por Bing Crosby y Danny Kaye donde dos veteranos de guerra que se dedican al mundo del espectáculo acuden a un hotel de Vermont dirigido por su excomandante que está al borde de la ruina y que ellos ayudan a rescatar. Salvando las distancias (bastantes distancias) nos encontramos con el telefilm Navidad en Jamaica (Romance at Reindeer Lodge, 2017) donde la protagonista gana un viaje para pasar la Navidad en otra Jamaica (Vermont) muy diferente a la esperada y donde tendrá que ayudar a salvar el “Hostal de los renos” de la falta de huéspedes…

La temática de esta clase de telefilmes son siempre el amor, el espíritu navideño y la ilusión. ¡Y todo está adornado tan bonito! Aparecen hermosas casas con luces por todas partes, grandes árboles de Navidad, muñecos de nieve, Santa Claus, chimeneas con calcetines y todo lo que os podáis imaginar. En muchas son tan rápidos en enamorarse que les basta una semana antes de la Navidad o los días que van desde Nochebuena a Fin de Año. En realidad, la Nochebuena no la celebran especialmente, aunque suele ser el momento en que la pareja sella su amor con un beso…

"Mientras dormías"
Foto: filmaffinity

Estas películas románticas-navideñas son, casi siempre, estadounidenses o canadienses y tratan sobre:

  • Chica de la gran ciudad que viaja (por motivos laborales, familiares o de crisis personal) a un pueblecito muy navideño donde conoce a un sencillo y guapo vecino del que se enamora.
  • Parejas que se conocen durante el viaje hacia su destino navideño como en Navidad bajo las estrellas (One Starry Christmas, 2014) donde aprendemos un montón sobre tradiciones norteamericanas.
  • Chica que regresa por Navidad al pueblo de su infancia y se reencuentra con un antiguo amor al que nunca consiguió olvidar como en Navidad por correspondencia.
  • Chica que durante sus vacaciones conoce a un atractivo viudo y a su hija a la que le cae genial y se empeña en que no se marche antes del día de Navidad como en Escapada romántica (Christmas Getaway, 2017).
  • Chica a la que su empresa envía a un pueblo para cerrar una fábrica que no genera beneficios pero se enamora del guapo director que cree que viene a ayudarle.
  • Chico con negocio de abetos o juguetería que se enamora de una de sus clientes o de la dueña de la tienda de al lado.
  • Chica que vende galletas de Navidad u organiza una fiesta para su empresa con muchos cascanueces.
  • Princesa o príncipe de un pequeño (y ficticio) país europeo que se escapa de su viaje oficial a Estados Unidos para darse un paseo de incógnito por la ciudad o se queda atrapado camino del aeropuerto por una nevada.
  • Cenicienta navideña como en Cenicienta se enamora (2016)

Lo cierto es que, aunque los americanos digan que Nueva York es la capital de la Navidad, la mayoría de sus telefilmes transcurren en pueblecitos de montaña.

Sobre el momento de iluminar el árbol del Rockefeller Center dicen en Navidad bajo las estrellas:

—Es un milagro navideño— cuenta Holly —En serio, lo es. Cuando se construyó el edificio en 1931, los obreros estaban felices de tener trabajo. Pusieron un abeto, lo decoraron con arándanos y latas de conserva y el día 24 se reunieron junto al árbol para recibir el milagro: sus pagas.

—Después de la depresión sí que fue un milagro— contesta Lucke.

—Exacto. Y a los dos años pusieron el árbol oficial del Rockefeller —continúa ella—Así la gente recuerda que todo es posible en Navidad.

               Trailer de Navidad bajo las estrellas de Hallmark channel.

A pesar de todo, soy de las que se sientan en el sofá con la mantita a ver una de estas películas, aunque sepa que el espíritu navideño escasea y que añadirle la idea de que si no tienes pareja, la encontrarás en Navidad, queda bonito en la ficción pero no es cierto…

Y después de varias maratones de telefilmes navideños tengo una cosa que decir:

¡Hey! Ejecutivo/abogado/empresario de éxito de una gran ciudad, si tu novia te dice que se va tres días a un típico pueblecito nevado con multitud de tradiciones navideñas tienes el 100% de posibilidades de que tu chica se enamore de un encantador lugareño y se quede a vivir con él.

Foto: bancodeimagenesgratis.com

El roscón de Reyes.

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En muchos países las celebraciones navideñas finalizan el día 6 de enero con el famoso roscón de Reyes, un bollo dulce, redondo, cubierto de fruta escarchada, que puede estar relleno de nata o crema y que en su interior guarda una figurita de cerámica y un haba. Se suele desayunar la mañana del día de Reyes o tomarlo  como postre tras el almuerzo o en la merienda, según la costumbre familiar.

Muchos piensan que esta tradición está estrechamente relacionada con los Reyes Magos de Oriente, pero nada más lejos de la realidad.


Roscón de Reyes. 
Foto: archivo propio.

Parece que esta costumbre se implantó en el siglo II a.C. en el marco de los homenajes a Saturno, dios de la agricultura y las cosechas, y que eran conocidas como las Saturnales o la fiesta de los esclavos. A mediados de diciembre, se celebraba el fin de los trabajos en el campo y el triunfo de la luz sobre la oscuridad al hacerse los días más largos (Sol Invictus, nuestro solsticio de invierno). Durante una semana se celebraba una fiesta donde se comía, bailaba y se intercambiaban regalos. Uno de los dulces típicos era una torta de miel, frutos secos, dátiles e higos que se repartía entre los esclavos. Parece que fue en el siglo III d.C. cuando comenzó a esconderse un haba (que simbolizaba la prosperidad) en el interior de la torta de frutos secos: el esclavo que encontrara el haba sería libre durante las Saturnales.

En el siglo IV la Iglesia cristianizó algunas de las fiestas paganas, pero olvidó otras y tal fue el caso de la torta con el haba de la prosperidad. Sin embargo, la tradición sobrevivió en Francia que con el tiempo convirtió la torta en un roscón y llamó a la fiesta Le Roi de fave. Tuvo gran popularidad entre la realeza y la aristocracia que reunía a la familia entorno al dulce para ver quien se convertía en el Rey del haba.

Dicen que fue el cocinero de Luis XV el que escondió una moneda de oro dentro del roscón y ya nadie se contentó con que le tocase el haba. En el siglo XIX la moneda fue sustituida por una figurita de cerámica. Aunque en España se conocía esta tradición, fue el rey Felipe V quien la popularizó en todo el país.

En la actualidad, el 6 de enero se come roscón de Reyes en España, Portugal, Francia y algunos países latinoamericanos. Quien encuentra el regalo (figurita de cerámica) se corona rey durante un día, pero quien se topa con el haba tiene que pagar el dulce y se convierte en “el tonto del haba”, de donde proviene el viejo insulto tontolaba.

Algunos roscones vienen acompañados por una poesía que dice:

He aquí el roscón de Reyes, tradición de un gran banquete en el cual hay dos sorpresas para los que tengan suerte.

En él hay, muy bien ocultas, un haba y una figura; el que lo vaya a cortar hágalo sin travesura.

Quien en la boca se encuentre una cosa un tanto dura, a lo peor es el haba o a lo mejor la figura.

Si es el haba lo encontrado este postre pagarás, mas si ello es la figura, coronado Rey serás.

Roscón de Reyes con la corona que llevará el que encuentre la figurita.
Foto: archivo propio.

Cuando el euro llegó a nuestras vidas.

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Este pasado uno de enero se cumplieron 20 años de que el euro se puso en circulación ¿os acordáis?

Hay gente tan joven que no recuerda la peseta, puede que ni siquiera la reconozca si ve alguna… Bueno, eso sí, porque seguro que su familia guarda más de una peseta y un duro de recuerdo. De hecho el Banco de España había previsto cerrar el plazo para cambiar las pesetas el 31 de diciembre de 2020, pero tuvo que ampliarlo porque todavía, según los cálculos, faltaban por recuperar 1590 millones de euros en pesetas.

Últimas pesetas y duros de curso legal.

Pero no empecemos la casa por el tejado. Vamos por orden.

Céntimos de peseta.
La peseta nació en 1868 y fue la moneda de curso legal en España hasta el día 1 de enero de 2002. Cuando nació la peseta, los reales de vellón siguieron circulando durante un tiempo y después de su desaparición a los 25 céntimos de peseta se les llamó real y dos reales a los 50 céntimos. Eso era cuando la peseta tenía tanto valor que podía comprarse cosas por reales. Luego se fue devaluando hasta que desparecieron los céntimos.

En 1978 la Comunidad Económica Europea propuso la moneda única y la bautizó como ECU (European Currency Unit o Unidad Europea de Cuenta). Comenzaron a utilizarse como unidad monetaria interna en algunas transacciones financieras y llegaron a acuñarse como moneda conmemorativa durante los años 90. Su puesta en marcha se acordó en la cumbre del 15 de diciembre de 1995 celebrada en Madrid y se fijó para el 1 de enero de 2002.

En 1998 aún se la llamaba ECU, pero la denominación, que significa escudo en francés (moneda que circuló durante 400 años y parecía un guiño a los galos), no gustaba nada a los alemanes que propusieron cambiarle el nombre. Incluso llegaron a decir que no podíamos tener una moneda que se parecía mucho en su pronunciación a Ein Kuh (una vaca) y en que en griego también recordaba a ese animal. Se acordó entonces que se llamaría Euro, que no molestaba a nadie y se diseñó las monedas y los billetes. El mismo diseño para el papel, pero para el metal cada país podía hacerla (bajo el mismo patrón, peso y forma) con la imagen que sintiera que les representaba… Así España puso a Cervantes en las de 50 céntimos e Italia eligió al Hombre de Vitrubio de Leonardo para las de 1 euro, por ejemplo.

Euros españoles.

En 2001 llegó a nuestras pantallas una familia de plastilina, los García, que nos explicaban el euro y nos preparaban para él. La premisa era sencilla: un euro equivalía a 166 pesetas, seis euros eran 1000 pesetas.

También aparecieron tarjetas que eran convertidores de pesetas a euros, calculadoras y se creó un “euromonedero” por valor de 12.02 euros (2000 pesetas). Los trabajadores cara al público hicieron cursos sobre el euro. Aunque las cajas les marcaran exactamente el cambio que tenían que entregar al cliente, ellos debían manejar el dinero con soltura.

Tarjeta con la equivalencia de pesetas a euros.

Ya todo estaba previsto para que el 1 de enero del 2002 comenzara a circular el euro por 12 de los 15 países que formaban la Unión Europea.

Las personas que salieron a celebrar la nochevieja de 2001 se encontraron que a partir de las 00:00 horas cuando pagaban en pesetas se les devolvía el cambio en euros. Todos nos quedábamos mirando estupefactos las monedas en nuestras manos. Sabíamos que iba a ocurrir así, pero nos sorprendió. A la novedad de escudriñar cada detalle de la moneda y de contar que efectivamente nos habían dado bien el cambio, se unió un cierto sentimiento de pena al saber que la peseta estaba sentenciada.

El 1 de enero de 2002, aunque era festivo, los bancos abrieron y tuvieron largas colas de españoles que iban a cambiar sus pesetas por billetes de euro. El Banco de España se mostró satisfecho porque todo transcurriera con normalidad y porque el interés de los ciudadanos fuera superior al que habían esperado.

Los precios subieron con el llamado “redondeo” aunque en España nos aseguraron que no iba a ser así. Pero por mucho que nos habían dicho que 1 euro eran 166.38 pesetas, nuestra psicología nos jugaba la mala pasada de creer que un 1 euro eran 100 pesetas. En Italia sí dijeron abiertamente en sus anuncios que habría un alza de los precios. Recuerdo uno en el telediario en el que una italiana se quejaba en el mercado de que subían los precios y el tendero respondía “solo un poco”.

Las monedas locales convivieron 6 meses con los euros hasta que al devolvernos solo cambio en euros, en nuestros monederos dejaron de haber pesetas “de forma natural”(aunque si después del plazo seguías teniendo billetes anteriores al euro debías ir al Banco de España para cambiarlos). Lo mismo sucedió en el resto de países que se unieron a la moneda común. Así fueron desapareciendo las liras, los escudos, los francos, los marcos… Excepto las libras porque Reino Unido nunca se decidió.

Billetes y monedas de diversos países europeos.

En los primeros tiempos todos los precios estaban en ambas divisas. Pero seguimos tomándonos unos minutos para hacer nuestros cálculos antes de decidirnos a comprar. Aún hoy hay personas que siguen pensando en pesetas.

A Estados Unidos no le sentó demasiado bien nuestra idea de unificar la moneda y apostaron a que no lo conseguiríamos. De hecho, años después, aún se hacían chistes en series y películas norteamericanas diciendo que el euro era una moneda que duraría “dos días”… pues llevamos ya 20 años.

No ha sido fácil el camino. Nuestras monedas tradicionales eran muy diferentes y tenían valores muy distintos. Hemos tenido momentos de crisis en los que el euro ha sobrevivido “por los pelos”. Pero ahí sigue y también resistirá a la nueva era en que ya casi nada se paga en metálico.

Hoy en día es la divisa oficial de más de 340 millones de personas en 19 países y la segunda más utilizada del mundo. Y ya 4 de cada 10 personas nacidas en la zona euro no ha conocido más moneda que esta.

Recuerdo cuando tuve los primeros euros en mis manos. Fue en una tienda de ropa, el día 2 de enero. Pagué una prenda con un billete de 2000 pesetas y me devolvieron unas monedillas extrañas, que solo había visto en la tele. Las miré, las remiré, las conté. Miré el precio en euros, miré el precio en pesetas. Y me fui con una mezcla de emociones: la pena de ir desprendiéndome de las pesetas, el temor de no adaptarme a la nueva moneda, lo poco moderno que me parecía contar en céntimos como hacían mis padres en su niñez y la ilusión de saber que estábamos haciendo Historia.

Algún tiempo después, cuando los turistas comenzaron a traer euros de otros países, me llevó la curiosidad de verlos todos y saber de qué lugar procedían.

¿Y vosotros? ¿Cuándo fue la primera vez que tuvisteis euros en vuestras manos y qué pensasteis?

Euros de distintos países europeos.

Alicia I: la vida cotidiana.

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Yo creía que la vida siempre sería igual y me parecía bien. Mi madre me levantaba temprano para ir al colegio pero era mi padre el que me dejaba allí porque le pillaba de camino al trabajo. Mi madre siempre salía antes para llegar la primera a su oficina.

Mi padre y yo teníamos un secreto: todas las mañanas podía decir palabrotas a los otros conductores sin que yo me chivara a mamá y a cambio él me compraba chuches. Mi madre odia las palabrotas y siempre le riñe por decirlas. Así que mi padre las soltaba todas juntas en los atascos y ya no decía ninguna delante de mi madre.

Yo me lo pasaba bien en la escuela. Me sentaba en la segunda fila con Inés. Escuchaba atentamente a los maestros, especialmente a la seño Carolina que sabía muchas cosas y las explicaba muy bien. Inés se aburría y se ponía a hacer dibujos en su cuaderno hasta que llegaba la hora del recreo. Mateo, que estaba en otra clase, siempre nos esperaba junto al viejo olmo y repartíamos las chuches que mi padre me había comprado. A veces también compartíamos el zumo, los bocadillos tan ricos que su padre le preparaba y los pastelitos que la madre de Inés cocinaba. Siempre estábamos los tres juntos. Yo sonreía sabiendo que era muy afortunada de tener tan buenos amigos como Inés y Mateo.

Mis padres se pasaban la semana deseando que llegara el viernes para poder tener el fin de semana libre. Pero a mí me parecía que ese era el día más aburrido porque nos pasábamos toda la tarde en el supermercado. La mayoría de los sábados paseábamos, almorzábamos en un restaurante y nos íbamos de tiendas. Pero algunas veces comíamos con los abuelos y yo me quedaba a dormir allí para que mis padres pudieran cenar solos e irse a bailar. El domingo siempre subíamos a la Sierra.

Para mis padres lo mejor eran las vacaciones de verano. Mi madre llenaba el maletero y el suelo de los asientos traseros del coche de maletas y viajábamos a la costa. Es verdad que la playa es estupenda, pero sería aún mejor si estuvieran Inés y Mateo.

Mi época favorita del año siempre han sido las navidades, porque todo se llena de luces, de mercadillos y de regalos debajo de nuestro árbol. En Nochebuena siempre nos reuníamos toda la familia en casa de los titos Eduardo y Carmen. Viven un poco lejos, pero tienen un piso grande, con una amplia terraza que adornan con trineos, renos, muñecos de nieve y un Santa Claus más alto que yo. Todos los años me lo paso muy bien jugando con mis primos Jorge y Adrián y viendo lo contentos que están todos. Aunque contengo la respiración cuando la abuela Mercedes dice que se siente muy feliz de ver a toda la familia reunida porque seguramente ella no estará para las próximas navidades. Mamá le riñe y el tío Eduardo se ríe al preguntarle cuántos años lleva diciendo lo mismo. Entonces todos se muestran de acuerdo con que la abuela llegará a centenaria, ella se alegra mucho y se pone a tocar la pandereta.

Así eran las cosas hasta que llegaron los tiempos raros. 

Pixabay. Josan76
Foto: Pixabay. Josan76

Reflexiones: embalses y construcciones.

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El otro día vi en televisión al “hombre del tiempo” explicando como el periodo de sequía que atraviesa España está dejando los embalses en mínimos cuando en estas fechas deberían estar al 60% de su capacidad. Esto afecta a la biodiversidad, a las migraciones de aves que atraviesan la Península Ibérica y descansan, beben y comen en esos oasis. También a actividades como el turismo, la pesca, la vela…

Aquella explicación iba acompañada de imágenes de tierras quebradas por la falta de agua y de surcos con las señales de tiempos pasados de abundantes lluvias.

Pero lo que más me llamó la atención fueron las edificaciones que están emergiendo de nuevo.

No estoy hablando de lugares inundados por lluvias u otros motivos o de pantanos naturales, me refiero a los embalses construidos en un lugar en concreto. Nadie duda de que los embalses sean imprescindibles y todos sabemos que sin ellos no tendrían agua millones de hogares ni podrían regarse grandes extensiones de tierra. Seguro que hubo razones de peso para hacerlo justo en esas coordenadas y no un poquito más allá de aquel pueblo habitado.  Pero al ver salir a la luz casas, calles, iglesias, coches y todo tipo de enseres no puedo evitar reflexionar sobre ello. También me planteo la salubridad del agua donde se deshacen construcciones de quién sabe qué materiales.

Iglesia de San Román de Sau. Wikipedia. Autor: DagafeSQV
Iglesia de San Román (siglo XI)
en el embalse de Sau (Barcelona)
Foto: DagafeSQV. Wikipedia

Todos hemos visto alguna fotografía donde sobresale la torre de una iglesia en mitad de un inmenso “lago” en una imagen poética, misteriosa y bella. Y, seguramente, rodeada de leyendas donde el viento sigue arrastrando el sonido de campanas hoy desaparecidas. 

En algunos casos también se esconde un drama, el dilema de los vecinos a los que les “tocó esa lotería” y vieron que construir el embalse era dar empleo a todos durante una época, pero que esas obras acabarían con su pueblo. Supongo que muchos se fueron conformes con su indemnización o con una casa en un nuevo lugar, pero también imagino verdaderos dramas y personas encerradas en la casa donde había habitado su familia durante generaciones y a las que tuvieron que sacar a la fuerza de allí.

De todo este álbum de embalses hay algunos que esconden iglesias románicas. Consentimos en el pasado que millonarios americanos se llevaran piedra a piedra claustros románicos para sus fincas de Florida o Nueva York… ¿por qué no trasladamos los edificios varios kilómetros?

Y estas cosas no sucedían solo en la primera mitad del siglo XX. También ocurre en épocas recientes. Las noticias hablaban de cómo se puede volver a ver el pueblo completo de Aceredo (Ourense), sumergido en 1992, ya que el embalse del Lindoso se encuentra solo al 13% de su capacidad.

También nos mostraron el embalse de Zufre (Huelva) que hoy se encuentra al 37% y donde ha aparecido toda una estación de tren con su tramo de vías. Aquella era la parada del ferrocarril minero hasta que en los años ochenta el embalse lo inundó todo. Ahora los vecinos  han solicitado que sea declarada Bien de Interés Cultural.

¿Y qué decir del puente romano que ha emergido del embalse de Cuerda del Pozo en la provincia de Soria? ¡Un puente romano! Mientras Córdoba o Mérida cuidan del suyo, el de Soria se desmorona por la acción del agua. Puede verse en ciertas ocasiones y está perfectamente fotografiado, pero ahora se distingue mejor. Y junto a él hay uno moderno que debe palidecer ante la dignidad con la que trata de seguir en pie su antepasado. En ocasiones anteriores hubo recogidas de firmas para salvar el puente romano, pero este embalse se ha convertido en una atracción turística que atrae miles de visitantes todos los años y ha permitido que Soria tenga playa. Sí, sí, la Playa Pita, en Soria. Difícil hacerle la competencia a eso ¿verdad? 

https://listarojapatrimonio.org/ficha/puente-de-vinuesa/
El puente de Vinuesa construido en el siglo I d.C. y ampliado en la Edad Media.
Está sumergido en el embalse de Cuerda del Pozo (Soria) y emerge en épocas de sequía.
Foto: listarojapatrimonio.org

No mires arriba

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El pasado mes de diciembre llegó a  los cines y a Netflix No mires arriba (2021) dirigida por Adam McKay y definida como comedia satírica. En este caso, el momento del estreno ha sido muy importante para la interpretación de la película por parte de los espectadores. Cuando ves esta cinta consciente de que el mundo atraviesa una pandemia ignorada por la mayoría y contemplas cómo sube otra ola más repitiendo el mantra “salvemos la Navidad”, que ya habíamos probado el año anterior con pésimo resultado, lo que te cuenta McKay no te parece ficción.

Dicen que no hay punto medio: adoras esta película o la aborreces. Y la crítica parece situarse en la segunda opción, pero ha sido nominada a cuatro Oscars, incluidos mejor película y mejor guion.

filmaffinity.com
Cartel de "No mires arriba" (2021).
Foto de Netflix y FilmAffinity.

El argumento cuenta cómo la doctoranda Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) descubre un gran cometa que se dirige a la Tierra y lo comunica al Dr. Randall Mindy (Leonardo DiCaprio). La NASA comprueba que estamos ante un destructor de planetas que colisionará contra el nuestro en pocos meses y lo pone en conocimiento de la presidenta de los Estados Unidos, Janie Orlean (Meryl Streep). Los espectadores estamos acostumbrados a películas de catástrofes donde el presidente de este país asume el liderazgo mundial y toma decisiones difíciles para salvar nuestro planeta. Pero, en esta ocasión, es frustrante ver a los astrónomos intentando explicar la catástrofe inminente a unos políticos que están mucho más preocupados por su campaña electoral y les dan largas con un “primero hay que tranquilizarse y después evaluar”. También cabe preguntarse por qué todos los presidentes de Estados Unidos que salvan el mundo son hombres y precisamente esta, que no piensa mover un dedo, es mujer. Nunca han tenido una mujer presidente, pero en la ficción deciden mezclar lo peor de los últimos gobernantes  y encarnarlo en una mujer. Eso sí, Meryl Streep puede desquitarse del agravio que le hizo Trump, al calificarla como actriz sobrevalorada, imitando muchas de sus maneras en el personaje que interpreta.

Los astrónomos, al ver la inacción del gobierno, deciden filtrar la noticia a la prensa. Parece buena idea: vamos a contar al mundo que un cometa destruirá nuestro planeta en pocos meses y la gente se movilizará… Pero, eso sería creíble hace unos años. Hoy, en una pandemia donde vemos la reacción mayoritaria, sabemos que no va a resultar como ellos esperan.

Kate y Randall acuden a un programa de gran audiencia donde los presentadores bromean sobre el asunto. Kate, desesperada, les grita que van a morir todos. Rápidamente se convierte en la loca que protagoniza todos los memes de internet y queda vetada por la prensa que solo quiere al guapo astrónomo que mantiene la calma. Kate se ve sola, rechazada por su propia familia y expuesta al escarnio público, mientras Randall se deja seducir por la fama mediática.

Aquí entra en juego también la tecnología. Un billonario que maneja los últimos avances ofrece una solución que, aunque no ha sido experimentada con anterioridad, será nuestro as bajo la manga. Todos lo escuchan entusiasmados y frotándose las manos ante el descubrimiento de que el cometa está formado por metales preciosos que puede enriquecerlos. A la población le prometen muchos puestos de trabajo.

Randall reacciona casi al final de la película, pero ya han lanzado el grito de “¡Os quieren robar la libertad!” y la campaña “no mires arriba”, negacionista hasta la ceguera, está en marcha con millones de personas coreándola incluso con el cometa sobre sus cabezas.

La película se cierra con un triple final. El primero, a punto de ser eliminado del guión por el propio McKay, es el que se reconoce como el más verosímil. Los dos que se encuentran en los títulos de crédito son el “después”.

Todo lo que cuenta No mires arriba encaja a la perfección con la situación actual que vive el mundo. Muchos lo consideramos en su estreno un film que hablaba de la pandemia, de aquellos poderosos que se mueven por intereses, de los gurús de la tecnología perfectamente reconocibles, de los que se enriquecen con las desgracias, de los que no escuchan a los científicos y los descalifican.

Pero estábamos equivocados. La película no habla de la pandemia. El propio McKay cuenta que, en realidad, el cometa es una metáfora del cambio climático y que la idea nació hace diez años, aunque no se decidió hasta que en 2018 leyó un informe de la ONU sobre el cambio climático y se pasó dos noches sin dormir pensando que esta catástrofe ya era el presente, no un futuro lejano. Quería un proyecto que concienciara a la gente. Su amigo y coguionista David Sirota, le dijo que ni los políticos, ni los medios de comunicación reaccionarían aunque un meteorito chocara contra la Tierra y así  McKay encarnó la catástrofe climática en la colisión de un cometa como algo físico, visible e irrefutable, que aún así, muchos ponen en duda en la película bajo el lema “No mires arriba”.

El rodaje tuvo que paralizarse por la pandemia. En esos días, McKay escuchó el discurso negacionista del presidente y comprendió que la realidad ya estaba superando la ficción. Decidió incluir elementos nuevos en el guión final y hacerlo un poco más loco, aunque se quejó de que no quería que fuera tan actual.

¿Eres de los que odian esta película o de los que la adoran?  Personalmente no me parece graciosa y no creo que sea la mejor película del mundo. Pero me gusta porque, bajo el paraguas de la crítica, retrata perfectamente un mundo donde se ignora la ciencia y las advertencias que nos lanzan, donde se niega la evidencia, donde los interés económicos priman sobre el sentido común y donde las redes repiten tantas fake news que las noticias reales se pierden en ese mar caótico y convierten cualquier foro en un campo de batalla con carta blanca para el insulto y la burla.


Roma: la ciudad eterna que celebra su cumpleaños a lo grande.

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El año pasado celebramos aquí los 1600 años de la fundación de Venecia. Pero hoy nos toca conmemorar el cumpleaños de una ciudad mucho más antigua, la capital de un imperio que conquistaría gran parte del mundo conocido. Se dice de ella que nunca sabremos su verdadero nombre, pero a todos nos viene a la mente cuando oímos eso de “la ciudad eterna”.

La bella, histórica y artística Roma cumple el 21 de abril de 2022 nada menos que 2775 años. Y celebra su cumpleaños a lo grande.

El Coliseo, símbolo de Roma y uno de los escenarios
en cuyo exterior se celebra el Natale di Roma.
Foto: archivo propio.

No es nuestro propósito contar aquí la historia del Imperio Romano y de su pasado como monarquía y república. Todos sabemos bastantes cosas sobre él, incluida la leyenda de los gemelos Rómulo y Remo. Pero, la mayoría de los romanos dicen que todo comenzó mucho antes, en un lugar entre la historia y la leyenda que evoca batallas y un caballo gigante repleto de soldados. Sí, la historia de Roma entronca con Troya. Así lo dejaron narrado Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso y el poeta Virgilio.

Eneas, al regresar de la guerra de Troya, se asentó en el Lacio (actual Italia). Su hijo, Ascanio, creó la ciudad de Alba Longa que fue gobernada por sus descendientes durante generaciones. A principios del siglo VIII a.C. Amulio, arrebató el trono de Alba Longa a su hermano mayor Numitor y mató a sus hijos varones. Solo dejó con vida a Rea Silva, a la que convirtió en sacerdotisa de Vesta para asegurarse de que no tendría descendencia. Pero el dios Marte la violó y Rea Silva no pudo ocultar a su tío el nacimiento de sus hijos Rómulo y Remo.

Loba capitolina.
Foto: Mmarftrejo
Amulio ordenó la muerte de los gemelos, pero la encargada de ejecutar la sentencia los dejó a su suerte flotando en una cesta en el Tiber. La cesta fue olfateada por la loba Luperca cuando se acercó a beber y se llevó a los gemelos a su cueva en el Monte Palatino, donde los amamantó y cuidó durante varios días hasta que el pastor Faústulo los descubrió y adoptó.

Rómulo y Remo eran inseparables y protegían su aldea de los ladrones de ganado que merodeaban por allí. Pero uno de ellos, en venganza, acusó falsamente a Remo de saquear las tierras de Numitor. Cuando el gobernante estaba a punto de condenarlo, Faústulo se presentó ante todos y contó la verdadera historia de los gemelos. Entonces, Numitor se dio cuenta de que eran sus nietos y decidió confabularse con ellos para matar a Amulio y hacerse con el trono de Alba Longa.

Castel Gandolfo y el lago Albano
donde se cree que se ubicaba Alba Longa.
Foto: George McFinnigan. Wikipedia.

Tras cumplir su propósito, Rómulo y Remo se marcharon decididos a fundar su propia ciudad en el lugar donde la loba los había encontrado. El problema es que los dos querían ser los monarcas y no había forma de saber cuál era el primogénito. Rómulo se fue al Monte Palatino y Remo a la colina del Aventino (dos de las famosas siete colinas de Roma) y allí esperaron la decisión de los dioses. Remo observó seis buitres volando y, un rato después, Rómulo vio doce. Remo creyó que el haberlos divisado antes que su hermano le daba la victoria; pero Rómulo, como había visto el doble, se proclamó rey y fundó su ciudad en el Monte Palatino acompañado de sus seguidores. Remo interrumpió la ceremonia enfrentándose a su hermano y en esta lucha fratricida encontró la muerte.

Roma nació el día 21 de abril del año 753 a.C. Pero… ¿cómo sabemos la fecha exacta?

En el siglo I a.C. el matemático y astrónomo Lucio Tarucio Firmano, calculó la fecha en la que Rómulo delimitó el pomerium, la frontera de Roma. Aseguró que se basaba en estudios rigurosos de acontecimientos históricos y astronómicos acaecidos en aquel tiempo. Muchos de sus contemporáneos pusieron en duda sus cálculos, pero la fecha quedó registrada en los libros.

Actualmente, los historiadores consideran que Rómulo y Remo son personajes más legendarios que reales y que la fecha establecida es una anécdota, ya que hay restos arqueológicos que demuestran asentamientos anteriores al siglo VIII a.C.

Restos del Foro Romano.
Foto: archivo propio.
Una de las fiestas más importantes de la Roma antigua era la ceremonia agrícola llamada Palilia o Parilia en honor a la diosa Pales, la protectora del campo y de los rebaños. Se celebraba el día 21 de abril y los detalles de sus rituales han llegado hasta nosotros gracias a Ovidio, aunque fue Plutarco quien asoció esta festividad con la fundación de Roma.

En el octavo centenario de la ciudad, el emperador Claudio organizó una gran fiesta a la que llamó Natale di Roma y que se convirtió en una tradición que duró varios siglos, pero tras la caída del Imperio Romano fue olvidada.

Roma quiso rescatar su particular fiesta de cumpleaños en varias ocasiones: en el siglo XV, en el Risorgimento italiano (siglo XIX) y en el siglo XX.

En el siglo XXI, los italianos han podido recuperar su Natale di Roma. Este gran acontecimiento, poco conocido fuera del país, se cuida al detalle reproduciendo fielmente las fuentes, de eso se encarga la facultad de Ciencias Históricas, filosófico-social, de los bienes culturales y del territorio de la Università degli Studi di Roma Tor Vergata.

La celebración que gira en torno al 21 de abril, aunque es movible, dura cinco días. Son muchos actos, pero el más importante es el gran desfile  o corteo storico en que participan más de 2000 personas de 40 grupos de recreación histórica italianos y de otros países. Sus trajes, sus armas, sus actitudes son fieles a la época en la que se ambienta, pues cada año se dedica a un periodo diferente de la larga historia romana.

Este año 2022 los eventos se celebrarán entre el 21 y 24 de abril y estarán dedicados a Vespasiano.

Participantes del corteo storico el día del Natale di Roma.
Foto: victimewalker/ Shutterstock.com

Mi propio Camino.

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Hay caminos ancestrales que llevan a parajes mágicos. Son lugares de leyenda enclavados en la roca, cuevas sagradas que habitaban antiguos eremitas, edificios de piedra donde la vegetación crece libre, localidades que vivieron un milagro cuyos ecos llegan hasta nuestros días.

Me hablaste tanto de ello que decidí ponerme en marcha. Me he adentrado en enormes edificios-relicario y, sin ser religioso, he rezado ante la oquedad donde se veneraba, hace siglos, el Graal; he ascendido por escaleras prohibidas hasta llegar a cubiertas con escamas de dragón;  he leído la piedra de capiteles milenarios y pisado laberintos. En las mañanas despejadas me he fundido con la luz coloreada por hermosos vitrales góticos. Y en las noches claras me he perdido en el campo de estrellas intentando reconocer en ellas el reflejo de las iglesias del Camino.

En esta soledad me he encontrado a mí mismo y he comprendido lo que decías: el Camino es la metáfora de la vida. Así que hoy me detengo en Puente la Reina, sobre el arco central de este hito románico. Cada pata de oca, medio escondida en el Camino, me ha devuelto la sonrisa que perdí tras tu marcha. Me embarga tu recuerdo y rememoro aquellas tardes en las que nos sentábamos ante tu viejo y maravilloso tablero del juego de la oca. Lo llevo en mi mochila, abuelo. Miro las aguas del río Arga y te rindo homenaje gritando sobre tu casilla favorita:

—¡De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente!

He de proseguir mi Camino, cada cual tiene el suyo, entre mitos, corrientes telúricas, paganismo y misticismo; un Camino que señalan conchas desde los confines de Europa y que han recorrido peregrinos durante milenios. Abrazaré al Santo, pero no me detendré tras conseguir mi Compostela. Continuaré caminando hasta el final de la Tierra, aquel lugar por el que suspirabas y al que no conseguiste volver. Me sentaré en los confines del mundo conocido, donde los fenicios veneraban al sol y los romanos contemplaban con cautela el Mare externum. En Finisterre, con aquel vetusto mar a los pies, miraré al cielo y diré tu nombre.

Relato para el concurso de Zenda #HistoriasdelCamino

Foto: archivo personal.

Mi Camino con Santi.

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Santi siempre tuvo la ilusión de hacer el Camino de Santiago. No sé cuántas veces me contó que se llamaba así por el apóstol y que sentía que se lo debía. Yo, en cambio, siempre fui agnóstica y no me apetecía pasar nuestra luna de miel caminado cientos de kilómetros por mitad del campo. Deseaba ir a Italia y él no puso ninguna pega. Pensé que podríamos navegar en góndola por Venecia, ver atardecer en Florencia, compartir cena a la luz de la velas en Roma e ir de compras por Milán. Pero además, Santi sería feliz visitando los maravillosos templos italianos y el Vaticano.

Fue un viaje maravilloso. Volvimos con un millar de fotos. Mientras seleccionaba las mejores para elaborar un álbum, descubrí que la ilusión de Santi por hacer el Camino no se debía solo a una cuestión religiosa. En las fotos de la plaza y del interior de la basílica de San Pedro del Vaticano se le veía feliz, pero sus ojos no brillaban como cuando hablaba de hacer el Camino. Así que al pedirme que nos convirtiéramos en peregrinos, le dije que sí. Quería acompañarlo en su sueño, aunque no fuera el mío.

Resultó hermoso caminar juntos por senderos desiertos, cruzar puentes románicos, visitar pequeñas ermitas, contemplar monasterios enclavados en la roca y disfrutar de la camaradería que se despertaba entre todos los que coincidíamos un tramo en aquella aventura.

Tropezarnos con cada señal con su conchita dibujada, o verla dorada incrustada en la calzada me hacía sonreír y, sin darme cuenta, mis ojos comenzaron a brillar como los de Santi.

De todo cuanto vi, lo que más me maravilló fue la catedral de Burgos. Le hice fotos a Santi en la Escalera Dorada y él captó el sol reflejando los colores de las vidrieras en mi pelo. La luz del gótico inundaba todo y nos besamos, con cierto reparo, en un rincón del claustro.

En la plaza del rey San Fernando nos sellaron nuestras credenciales y nos sentamos en el banco donde un peregrino de bronce descansa con su cayado en la mano. Pero cuando me levanté, el dolor de pies era casi insoportable. Sentía huesos y músculos que ni siquiera sabía que existían. Me curé las heridas, cenamos, descansamos y continuamos con nuestros planes. Santi también tenía los pies dañados, pero su ilusión le sostenía más que a mí. Y ya, al llegar a uno de esos pueblos con nombres hermosos que salpican cualquiera de las rutas, le dije que no podía seguir a pie. 

El bar de aquella localidad también expendía billetes de autobús y compramos dos para León.

Llegó pronto. Era un Mercedes donde se mezclaban lugareños con peregrinos. Pero cuando subimos, el asiento de Santi era el único libre de todo el vehículo. Miramos los tickets y los comparamos con el del turista alemán que ocupaba mi lugar. Los dos billetes eran iguales.

—Siéntate, cariño —me dijo mientras iba a hablar con el conductor.

Temí que hubiera problemas, pero lo solucionaron todo rápidamente.

—Disculpad por la equivocación. Hay un billete duplicado —nos explicó—. Pero tengo una persona que se baja en la siguiente parada.

—Yo —intervino una señora que había seguido nuestra conversación—, yo me apeo en Terradillos de los Templarios.

—Ahora, el vendedor te llevará en su coche hasta allí y ocuparás el asiento que quedará libre.

Inquieta, vi como se bajaba y el autobús se ponía en marcha sin él. Aquellos kilómetros se me hicieron eternos, pero al fin llegamos al pueblo. Allí estaba ya Santi apoyado en un viejo Mercedes, charlando con su “taxista”. La señora me saludó con la mano y descendió del autobús.

—¡Me he bajado de un Mercedes y me he subido en otro! —rió Santi entrando en el bus.

Todos aplaudieron. El señor que estaba junto a él me cedió su asiento para que estuviéramos juntos y él ocupó el mío.

—Es una señal de que siempre vas conmigo, Mercedes —susurró besándome.

Pasamos un par de días en León y continuamos nuestro peregrinaje hasta Santiago. Al abrazar al Santo, mi marido lloró de emoción y a mí se me saltaron las lágrimas cuando sostuve nuestras Compostelas en las manos. Aquel diploma, que un mes antes no significaba nada para mí, me hizo comprender que no solo las personas religiosas hacen el Camino. El Camino es un lugar de vivencias, aprendizaje y anécdotas que te hace encontrarte contigo mismo y que te une a los que te acompañan. En nuestro peregrinaje nos encontramos ateos que buscaban misterios herméticos, soñadores que deseaban seguir el camino del Grial, fanáticos de los templarios, amantes del arte ávidos de contemplar maravillas, ecologistas que anhelaban conectar con la madre Tierra y con quienes buscaban continuar la tradición.

—¿Volvemos el año que viene?—le sonreí ante la fachada del Obradoiro.

Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero, creo que en realidad, todos los caminos conducen a Santiago de Compostela.


Relato para el concurso de Zenda #HistoriasdelCamino

Foto: archivo personal.


Antonio de Nebrija. V centenario.

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Todos conocemos a Antonio de Nebrija por ser el autor de la Gramática castellana, y dicen en su tierra, tan orgullosos como él, que fue un andaluz el que creó la primera gramática del idioma que hablan casi 600 millones de personas.

Antonio Martínez de Cala y Xarana nació en 1444 en Lebrija (Sevilla) y tomó su apellido de la denominación antigua de su ciudad, Nebrissa. Llegó a ser gramático, lingüista, docente, traductor, catedrático, escritor, cronista real, pedagogo, cosmólogo, impresor y editor. Escribió más de 80 libros.

Foto: en Flickr de José Javier Martín Espartosa
Escultura de Antonio de Nebrija
en la Biblioteca Nacional de España (Madrid).
Foto: en Flickr de José Javier Martín Espartosa

Fue el primero en muchas cosas: el primer humanista hispánico, el creador de la primera gramática de una lengua europea moderna, el primero en poner por escrito las reglas ortográficas, el introductor de la imprenta en Salamanca, el primero en editar un libro en esta universidad y el primero en reclamar derechos de autor en el mundo occidental.

Sentía pasión por averiguar cómo era todo y por inculcar esa ilusión por el saber en los alumnos. Pensaba que la lengua era la casa de todos, el vehículo con el que aprender. Se dio cuenta de que había que mejorar la enseñanza del latín y sus manuales fueron innovadores. Fue consciente del paso decisivo que suponía crear una gramática castellana que otros idiomas imitarían. Vio que el castellano requería que se editara sus reglas ortográficas. Descubrió la necesidad de poner por escrito lenguas precolombinas para que no se perdieran y participó en la traducción de la Biblia enfrentándose a la Inquisición.

diariodesevilla.es
Moneda conmemorativa.
Foto: diariodesevilla.es
Nebrija estudió bachillerato en Salamanca y más tarde se trasladó a Bolonia donde aprendió latín, griego, hebreo, arte, ciencias, teología, derecho, medicina y astronomía convirtiéndose ya en 1470 en el introductor del humanismo renacentista en la Península Ibérica. Tras su regreso a España en 1475 ocupó varias cátedras en las universidades de Salamanca y Alcalá.

Su primera obra impresa fue Introductiones Latinae editada en 1481 en la calle Libreros de Salamanca, fruto de sus estudios para mejorar la enseñanza del latín. Este libro tuvo innumerables reediciones a lo largo de los siglos, convirtiéndose en la obra con la que más reconocimiento consiguió en vida y que revolucionó la forma de estudiar latín en toda Europa hasta el siglo XX.

En 1492, tan solo 15 días antes de que Colón partiera hacia su histórico viaje, Nebrija entregó a la imprenta de Salamanca su gramática. Así nació la Gramática sobre la lengua castellana, la primera de una lengua romance, que se adelantó en varias décadas a las gramáticas italiana, francesa y portuguesa. La que hoy se considera su obra cumbre, no gozó del éxito que merecía hasta que fue reivindicada en el siglo XVIII.

Foto: Wikipedia. Dominio Público.
Primera página de la Gramática castellana.
Foto: Wikipedia. Dominio Público.

Mucho mejor acogida tuvo, aquel mismo año su Diccionario latín-español que se vería completado en 1495 con su Vocabulario español-latín.

Nebrija participó en la traducción de la Biblia Políglota Complutense pero su idea de que se debía corregir las “manchas y borrones” de copistas anteriores, fue lo que le puso en el punto de mira de la Inquisición que le abrió un proceso en 1506 y del que se libró gracias a la intervención del cardenal Cisneros que lo tenía en alta estima.

Foto: Wikipedia. Dominio Público.
Reglas de la Orthographia
en la lengua castellana.
Foto: Wikipedia.
Dominio Público.

En 1517 publicó las Reglas de Ortografía en la lengua castellana. Y continuó el resto de su vida estudiando, investigando y publicando. La muerte lo sorprendió aún en activo el 2 de julio de 1522.

El V Centenario del Fallecimiento de Antonio de Nebrija fue declarado en 2020 acontecimiento de excepcional interés público y se comenzaron los preparativos para rendirle homenaje durante 2022. Este año se están celebrando ya centenares de actividades en España y otros países: exposiciones, conferencias, publicaciones, concursos, recitales, cine, teatro, cómic, música y se ha emitido una moneda conmemorativa en plata con valor facial de 10 euros.

Foto: casadellibro.com
Nebrija.
Cómic de Agustín Comotto.
Foto: casadellibro.com

Tony Leblanc. Centenario de su nacimiento.

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Hace 100 años, en 1922, vinieron al mundo dos grandes actores españoles: José Luis López Vázquez y Tony Leblanc.

Quizá los más jóvenes apenas los conozcan. Para ellos López Vázquez era aquel señor bajito que corría tras las suecas en el Torremolinos de las películas de los años 60 y Tony Leblanc el pillo que intentaba timar a cualquier incauto. Pero estos dos actores derrochaban un enorme talento. López Vázquez dijo “no” a Hollywood. Tony Leblanc tocó todos los palos del teatro y el cine.

Pinterest
Tony Leblanc y José Luis López Vázquez junto a Manolo Gómez Bur
en una escena de la película "3 de la Cruz Roja" (1961).
Imagen: Pinterest y lasmilvidas.blogspot.com

“Les exijo que sean muy felices”. Tony Leblanc.

A Tony Leblanc le gustaba hablar de su vida, aunque a veces, con su enorme imaginación y su verbo fácil, la adornara un poquito. Pero los que lo conocieron sabían que casi todo era verdad.

Su vida, tan interesante como una película, comenzó el 7 de mayo de 1922 en la Sala de los Tapices de Goya. Sí, Ignacio Fernández Sánchez, como lo bautizaron sus padres, contaba que tuvo el privilegio de nacer en el Museo del Prado, aunque parece que no es cierto. Lo que sí es verdad es que su familia vivía allí y su padre trabajaba en la portería de Velázquez. Ignacio llegó a conocer muy bien aquel museo porque su padre, después de la guerra, lo empleó de botones de ascensor. Aún se le recuerda, en sus ratos libres, en alguno de los patios zapateando y practicando claqué cuando creía que nadie lo observaba. Era puntual y correcto en su trabajo, pero cuando el museo cerraba, Tony corría al teatro, su otro empleo, porque el muchacho tenía inquietudes artísticas y un talento que ya había demostrado cuando debutó con solo 8 años en una obra de los hermanos Álvarez Quintero y luego como bailarín de claqué.

Museo Nacional del Prado
Tony Leblanc en el Museo del Prado. 
Escena de la película "El pobre García"(1961).
Imagen: Museo del Prado y Youtube.

Durante la guerra civil y la posguerra aceptaba cuanto trabajo se le ofreciera para ayudar a la precaria situación familiar. Fue futbolista (ascendió con su equipo a Tercera División) y boxeador. Lo del boxeo lo dejó porque su padre, al verlo llegar maltrecho, le decía que lo iba a matar de pena. Pero lo que él verdaderamente deseaba era ser artista. Adoptó el nombre de Tony Leblanc y fue de lo más polifacético: actor, bailarín, guionista, compositor, cantante, director, empresario y productor. Consiguió ser una gran estrella del teatro musical español, de variedades y un magnífico humorista que creó sketches míticos para TVE.

Trabajaba de figurante en todas las películas que podía, mientras seguía bailando claqué como boy en la compañía de Celia Gámez. Su primera intervención en el cine fue, precisamente, de bailarín. Pero su primer papel con frase fue en la película Los últimos de Filipinas (1945)donde estaba trabajando como extra cuando uno de los actores faltó al rodaje y le ofrecieron sustituirlo.

Su primera oportunidad importante en el teatro fue en elCirco Price. Se presentó a las pruebas como cantante. Pero el guitarrista le puso el tono demasiado alto y la actuación le salió tan mal que Tony regañó al músico delante de todos. Aquello les hizo mucha gracia y le ofrecieron un papel de falso espontáneo. Pero su nombre estaba tan pequeño en los carteles que tuvo más de un disgusto con los espectadores que lo veían como un intruso que interrumpía la función, aunque los dejaba boquiabiertos cuando bajaba a cantar y bailar claqué.

filmaffinity.com/es
El día de los enamorados (1959)
Imagen: filmaffinity.com/es
Tony inició una relación sentimental con Nati Mistral, con quien coincidió en varios proyectos. Pero, trabajando juntos en el espectáculo La maravilla errante de Lola Flores y Manolo Caracol, Tony se enamoró de una de las bailarinas, Isabel Páez, que se convirtió en su esposa, madre de sus ocho hijos y compañera de vida.

En 1949  consiguió su primer papel como protagonista en el cine con La Revoltosajunto a Carmen Sevilla.

En los años 50 compaginó la revista, el cine y la música. Llegó a componer más de 300 canciones, entre ellas la famosa Cántame un pasodoble español.

enciclopediacineespa-fernando.blogspot.com
3 de la Cruz Roja (1961)
Imagen:
enciclopediacineespa-fernando.
blogspot.com
En la revista alcanzó grandes éxitos como en Lo verás y lo cantarás, Te espero en el Eslava y Ven y ven… al Eslava. Estas dos últimas con Nati Mistral. Esto lo animó a escribir e interpretar sus propias revistas.

Por aquel entonces ya se había convertido en una estrella del cine. Entre sus muchas películas se encuentran títulos clásicos del cine español: Manolo, guardia urbano (1956), El tigre de Chamberí (1957), Los tramposos (1959), El día de los enamorados (1959), Las chicas de la cruz roja (1960), 3 de la Cruz Roja (1961) y El astronauta(1970).

En los rodajes conoció a una jovencita Concha Velasco que empezaba a destacar en el cine y la recomendó para sustituir a Nati Mistral cuando ésta se casó y dejó Ven y ven… al Eslava. Así comenzó una amistad que duraría toda la vida. Además, Tony y Concha se convirtieron en la pareja de ficción favorita del cine español trabajando juntos en 12 películas. Concha siempre reconoció que parte de su éxito se debía a la oportunidad que le había brindado su gran amigo Tony.

imdb.com
Concha Velasco y Tony Leblanc en  "Amor bajo cero" (1960).
Imagen: imdb.com
Sus inquietudes artísticas y su imaginación le llevaron a ser guionista y director de tres películas, obteniendo muy buena crítica con El pobre García (1961) que protagonizaba junto a Lina Morgan.

Una enfermedad le llevó a reducir el ritmo de trabajo a principios de  los años 70, pero en 1983 sufrió un grave accidente que lo retiró de los escenarios. Diez años después recibió el Goya de Honor que recogió de manos de sus dos grandes amigos Luis García Berlanga y Concha Velasco. En su discurso de agradecimiento tuvo unas frases para el público:

A ustedes, señoras y señores, les exijo que sean muy felices.

Cuando parecía que la carrera de Tony había acabado para siempre, uno de sus admiradores, Santiago Segura, le ofreció trabajar en Torrente, el brazo tonto de la ley (1998). Tony rechazó el papel, como tantos otros que le habían ofrecido después de su accidente, aduciendo que estaba en sillas de ruedas, pero Santiago lo convenció diciéndole que, precisamente, ese era su personaje. Esta interpretación le valió el Goya al mejor actor de reparto. Aquel éxito inesperado le dio nuevas fuerzas que le llevaron a una mejoría física y a trabajar de nuevo en dos entregas más de Torrente y en la serie de TVE Cuéntame cómo pasó que fue su último trabajo. Tony Leblanc falleció en 2012 habiendo dejado un libro autobiográfico titulado Esta es mi vida.

Este año el Museo del Prado y la Filmoteca Española le rinden homenaje.

José Luis López Vázquez. Centenario de su nacimiento.

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El hombre que encerró a España en una cabina de teléfonos.

Nació en Madrid el 11 de marzo de 1922. Su madre fue costurera y su padre un funcionario que abandonó a la familia, por lo que José Luís, a muy temprana edad, aprendió a coser para trabajar con su madre. Pero no era suficiente para subsistir y tuvo que buscar otros empleos. Durante un tiempo fue ayudante en una farmacia, lugar que nunca olvidaría porque le hizo enfrentarse a la muerte. Durante la guerra, en el sitio de Madrid, dos bombas impactaron en el edificio. La imagen de las columnas combándose por las explosiones se fijaron en su memoria y, aunque hablaba poco de su vida, muchos años después seguía contando como sobrevivió de milagro.

Gracias a su buena letra consiguió un empleo donde copiaba fichas y allí coincidió con personas que más tarde se dedicarían al cine. Sus conocimientos de costura le llevaron a trabajar confeccionando vestuario para teatro. Pero no se conformó con coser los trajes, también los diseñaba, dibujaba figurines y carteles y se convirtió en decorador. Llegó a la interpretación de casualidad y durante casi dos décadas compaginó estos trabajos con el de actor.

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José Luis López Vázquez con Tony Leblanc y Manolo Gómez Bur
en una escena de la película "3 de la Cruz Roja" (1961).
Imagen: Pinterest y lasmilvidas.blogspot.com

En 1946, estando trabajando en el vestuario y decorado de María Fernanda, la jerezana, le ofrecieron sustituir a uno de los actores secundarios y fue su primera aparición en el cine. Ese mismo año debutó  en el teatro con El anticuario que se representaba en el María Guerrero.

Tuvo éxito en el teatro con obras tan conocidas como Historia de una escalera, Crimen y castigo o Don Juan Tenorio.

Pero  la gran pantalla lo lanzó a la fama convirtiéndolo en uno de los actores más emblemáticos del cine español. El pisito (1959) marca un antes y un después en su vida, ya que es su primer protagonista y cuando decide dedicarse exclusivamente a la interpretación. Aunque años después, cuando aceptó El bosque del lobo (1971), tuvo que hacerse cargo también de la decoración por problemas en el rodaje.

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"Atraco a las 3"(1962)
Imagen:
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No paraba de trabajar, hizo más de 250 películas. Llegó a rodar 11 el mismo año. Aunque también hizo papeles dramáticos, de los personajes que interpretó en los años 60 viene nuestra imagen de López Vázquez como actor cómico. Buenos ejemplos son Los tramposos (1959), Tres de la Cruz Roja (1961) junto con Tony Leblanc, Vuelve San Valentín(1962), Historias de la televisión(1965) o El astronauta (1970). Pero también nos conmovió con sus personajes en La gran familia (1962) o Un millón en la basura (1967). En nuestra retina se guarda el recuerdo de aquel señor bajito y calvo que perseguía a las suecas por la playa en El turismo es un gran invento (1967), 40 grados a la sombra (1967) o Amor a la española (1967). Cuando trabajaba con Gracita Morales el éxito estaba asegurado y protagonizaron juntos multitud de comedias como Atraco a las 3 (1962), Sor Citröen (1967) o ¡Cómo está el servicio! (1968).

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"40 grados a la sombra" (1967)
Imagen:enciclopediacineespa-fernando.blogspot.com

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"Un millón en la basura"
(1967) Imagen:
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Pero, en realidad, José Luís era un hombre melancólico y callado que más de una mujer abandonó por tacaño, defecto que fue su forma de enfrentarse a los fantasmas de una infancia de hambre y pobreza.

Trabajó a las órdenes de Berlanga en una decena de ocasiones. Su primer contacto con el director fue cuando un amigo le dijo que necesitaban  un dependiente de Galerías Preciados y resultó ser un pequeño papel en la mítica película Esa pareja feliz dirigida por Berlanga y Bardem en 1951 y protagonizada por Fernando Fernán Gómez. Bajo las órdenes de Berlanga rodó algunas de las películas más importantes del cine español: Los jueves, milagro (1957), Plácido (1961) y El verdugo (1963). El protagonista de El verdugo se llama José Luis porque el papel iba a ser para él, aunque finalmente lo interpretó Manfredi y López Vázquez tuvo que conformarse con interpretar al hermano del protagonista.

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"Patrimonio Nacional"
Imagen:
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Años más tarde rodarían juntos la trilogía de Patrimonio nacional (entre los años 1978 y 1982). Y en 1993 volvieron a reunirse para Todos a la cárcel.

José Luis aceptaba casi todos los proyectos que le proponían, incluso la inquietante Peppermint Frappé (1967). El que más dudas le planteó fue el de Mi querida señorita (1971), donde tenía que vestirse de mujer, pero que se convirtió en una película emblemática.

En 1971 intervino en Las petroleras, un western rodado en España, junto a Brigitte Bardot y Claudia Cardinale (el sueño de cualquiera de los personajes que interpretó en los sesenta persiguiendo extranjeras).

Pero en 1972, cuando todos esperaban otro personaje cómico, López Vázquez aterrorizó a los españoles. Bajo las órdenes de Antonio Mercero rodó La cabina, un mediometraje que se emitió en televisión en diciembre de aquel año. El personaje se quedaba encerrado en una cabina de teléfonos con insospechadas consecuencias en la ficción y en la vida real. Mucha gente se quedó tan impactada que dejó de utilizar las cabinas si otra persona no le sujetaba la puerta. La cosa fue tan grave que López Vázquez tuvo que grabar un anuncio de televisión donde salía alegremente de una de las cabinas para que la gente volviera a telefonear desde la calle sin miedo (aún no había llegado el móvil a nuestras vidas). La película es hoy un clásico de terror y Madrid ya cuenta con una réplica de la famosa cabina en la plaza del Conde Valle Súchil de Chamberí, muy cerca de donde se rodó la cinta.

Réplica de la cabina (Madrid)
Imagen: wikipedia. Autor: Smnt

La cabinaganó un premio Emmy en 1973 y llevó a nuestro actor a América. George Cukor lo dirigió en Viajes con mi tía (1972) y le pidió que se quedara en Hollywood, pero José Luis rechazó la oferta. Su gran talento fue reconocido y premiado en el Festival de cine de Chicago donde ganó dos años consecutivos el premio al mejor actor principal por El bosque del lobo y Mi querida señorita.

También realizó series de televisión como Este señor de negro (1975-1976) y Los ladrones van a la oficina (1993-1996).

Algunas de sus últimas interpretaciones fueron en La gran familia…30 años después (1999), Torrente 2, misión Marbella (2001), El oro de Moscú (2003) o Luna de Avellaneda(2004).  Estuvo trabajando hasta poco antes de su muerte en 2009.

En 2004 recibió el merecidísimo Goya de Honor.

Mi fama y mi “prestigio” es consecuencia feliz del cariño y lealtad del público. Me satisface enormemente cuanto pude ofrecer: alegría, distracción, sonrisa, emoción o ternura a cambio de tanta generosidad que el público me dio siempre.

Bicentenario: Champollion, los jeroglíficos egipcios y la piedra de Rosetta.

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Entre los aniversarios que se celebran este año, varios tienen a la cultura egipcia como protagonista: la gesta inconmensurable de Champollion que devolvió la voz a los jeroglíficos; el gran descubrimiento de Howard Carter; y el regalo que recibió España, por haber acudido a la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia.

El grito que despertó al antiguo Egipto.

La noche del 14 de septiembre de 1822, Jacques-Joseph trabajaba en su despacho del Instituto de Francia en París cuando, repentinamente, Jean-Français irrumpió como una exhalación. Solo le dio tiempo a gritar “¡lo tengo!” antes de caer desmayado a los pies de su hermano.

Esta anécdota conmovedora nos da una idea de las noches en vela, de los esfuerzos, de los estudios y de la enorme ilusión de un hombre que devolvió la voz a los jeroglíficos egipcios tras 1.500 años de silencio.

Jean-Français Champollion nació en 1790 y desde su más tierna infancia dio muestras de una predisposición innata para la lingüística. De salud frágil, se consagró al estudio y se pasó la vida escudriñando miles de textos con el objetivo de descifrar los jeroglíficos egipcios. Siempre tuvo problemas económicos y  políticos por ser partidario de Napoleón, aún tras la caída de éste. El convertirse en un sabio a una edad temprana le hizo granjearse las envidias de los colegas, a pesar de que él tuvo siempre la desventaja de trabajar con copias y no haber pisado Egipto, mientras los demás disponían de textos originales. Quiso el destino, o los dioses, que viviera lo suficiente para que su mente privilegiada nos descubriera un secreto que se había dado ya por perdido.

Esta historia comienza mucho tiempo antes, hace más de 5.000 años, época en la que se cree que nació la escritura jeroglífica. Siguió utilizándose hasta el 24 de agosto del 394 d. C. cuando se grabó la última de las inscripciones en jeroglífico. Fue en la isla de File, en un templo dedicado a la diosa Isis que estuvo en uso hasta el año 551 d. C.

Aunque los primeros cristianos apreciaban este tipo de escritura, la prohibición de los ritos paganos por parte de Teodosio I fue apagando los ecos de la civilización egipcia, y si algo quedaba, terminó por perderse con la conquista árabe en el año 639 y el cambio de mentalidad. Pero a lo largo del tiempo no faltaron los eruditos que intentaron descifrar las inscripciones de los antiguos templos.

Existían dos teorías respecto a los jeroglíficos: la primera afirmaba que cada uno era un sonido o una letra y la segunda decía que eran pictogramas.

En 1799 las tropas napoleónicas se encontraron en la localidad de Rosetta, en el delta del Nilo, una gran piedra con inscripciones en tres registros. Rápidamente se dieron cuenta de que estaban ante algo de enorme importancia. Uno de los registros estaba en griego y pudieron leerlo: era un decreto promulgado por Ptolomeo V en el año 196 a. C. Antes de que el desastre militar se cerniera sobre ellos, sacaron copias de los textos para que los lingüistas pudieran intentar descifrarlos. Después, Egipto pasó a manos de los ingleses que trasladaron la piedra de Rosetta al Museo Británico, donde puede contemplarse hoy, rodeada siempre de cientos de turistas.

La piedra de Rosetta en el British Museum (Londres).
Foto: archivo personal.

La piedra de Rosetta contiene el mismo texto en tres escrituras distintas: griego, demótico y jeroglífico.

La esperanza se apoderó de los eruditos, partiendo de la traducción griega podrían descifrar el jeroglífico. Pero no fue tan sencillo. Lo intentaron muchos, incluido Silvestre de Sacy, profesor de Champollion, sin éxito. Fue Thomas Young, amigo y más tarde rival de Champollion, quien descubrió que los nombres propios iban dentro de un “cartucho” y que el demótico derivaba del jeroglífico. Pero luego se encontró en un callejón sin salida.

Fue en 1821 cuando Jean-François Champollion, un joven genio de la lingüística, comenzó a trabajar sobre la piedra de Rosetta y consiguió descubrir el nombre de Ptolomeo, lo que le permitió seguir tirando del hilo. El 14 de septiembre de 1822 estaba ya trabajando sobre la copia de una inscripción del templo de Abu Simbel cuando consiguió descifrar los nombres de Ramsés y Tutmosis. Comprendió entonces la lógica de la escritura jeroglífica y corrió a contárselo a su hermano, la persona que le había apoyado incondicionalmente en su obsesión por rescatar del olvido la lengua egipcia. Tuvo que descansar durante varios días después de aquel desmayo, tranquilizarse y contener su emoción.

El 27 de septiembre de 1822 se presentó en la Academia de Inscripciones de París con el resultado de sus estudios. Champollion descubrió que la escritura egipcia era pictórica, simbólica y fonética al mismo tiempo.

Foto: Wikipedia. Autor: Einsamer Schütze.
Detalle de la piedra de Rosetta.
Foto: Wikipedia. Autor: Einsamer Schütze.

En 1826 trabajó en el museo del Louvre como conservador de la colección egipcia.

Logró cumplir su sueño de viajar a Egipto en 1828. Lleno de alegría y emoción iba leyendo las inscripciones en los monumentos originales y comprobando que su alfabeto de jeroglíficos era correcto.

Escribió una gramática y un diccionario egipcio de escritura jeroglífica. También publicó sus estudios sobre los dioses egipcios. Murió poco después, en 1832, a la edad de 41 años.

En una carta del 24 de noviembre de 1828 había escrito:

Soy todo para Egipto, y él es todo para mí.

Hace 200 años, gracias a las investigaciones de varios estudiosos, pero sobre todo, a los descubrimientos de Jean-François Champollion, pudo descifrarse los jeroglíficos egipcios y rescatar la historia y la sabiduría de una de las civilizaciones más importantes de la humanidad.

Foto: Wikipedia. Dominio público.
Tabla de caracteres fonéticos jeroglíficos, demóticos y griegos.
Elaborada por Champollion.
Foto: Wikipedia. Dominio público.


Templo de Debod: 50 años en Madrid.

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Tenemos un trozo de Egipto en el corazón de España. Se trata del templo de Debod que, este mes de julio de 2022, celebró sus primeros 50 años de residencia en Madrid. 

¿Puede un monumento mudarse? Sí, hay muchos ejemplos que así lo demuestran. Pero en esta ocasión no se trata de un cuadro o una escultura robados sin sonrojo para exhibirlos en un museo de otro país, ni de un claustro románico comprado y trasladado muy lejos por un excéntrico millonario. Se trata de un templo muy especial, del mejor regalo que nos podían hacer tras acudir al llamamiento internacional para salvar un legado milenario.

Templo de Debod.
Foto: archivo personal.
La historia de este templo es muy antigua. Se construyó en Debod (Nubia) hace más de 2200 años y está dedicado al dios Amón. Formaba parte de la ruta sagrada de Isis que llegaba hasta  la isla de Elefantina, uno de los primeros caminos de peregrinación conocidos.

Durante los siguientes siglos sufrió diversas ampliaciones encargadas por varios monarcas ptolemaicos y emperadores romanos. Pero con el tiempo cayó en el olvido y acabó bajo las aguas del río Nilo de donde tuvo que ser rescatado.

A mediados del siglo XX decidieron construir la presa de Asuán que inundaría un territorio habitado desde hacía más de 5.000 años y que contaba con más de una veintena de templos egipcios. Para salvar ese patrimonio de incalculable valor se ideó la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia, a la que respondieron 52 países, entre ellos España.

El más importante de los templos trasladados fue el de Abu Simbel y el trabajo más delicado lo realizaron los canteros gallegos, los mejores de su gremio en aquellos años, que se encargaron de cortar en bloques las caras de los famosos colosos de Ramsés II.

Egipto recompensó su ayuda a cinco países regalándoles uno de los templos pequeños.

Templo de Debod en su ubicación original en Nubia.
Foto: Francis Frith fechada en 1862. Dominio público.
Wikipedia.

A España se donó en 1968 el templo de Debod, el mayor y más completo de cuantos se encuentran fueran de Egipto.  España se hizo cargo de los gastos. El edificio se dividió en 2300 piezas, se etiquetaron, se guardaron en 1900 cajas y se llevaron a la isla de Elefantina. De allí salieron en barco hacia Valencia y luego llegaron a Madrid… pero se perdieron 200 cajas. Fueron necesarios dos años para poder reconstruir y restaurar este templo de más de 2200 años de antigüedad. Se inauguró el 20 de julio de 1972.

Se eligió con cuidado el parque de Madrid donde debía ubicarse y se respetó la orientación tradicional: de este a oeste, siguiendo la ruta solar, el viaje de Ra. Se le dotó de un entorno privilegiado: seis hectáreas de jardines con palmeras y dos estanques como referencia al río Nilo.

El templo tiene una longitud de 70 metros y ocupa  270m2 de planta. Las paredes están decoradas con unos excepcionales relieves que muestran la secuencia de ritos sagrados que se hacía en honor a los dioses cada día.

Detalle de los relieves interiores del templo de Debod.
Foto: archivo personal.

Para los más de 200.000 visitantes que recibe al año es natural pasearse por sus salas y observar sus relieves. Pero es algo excepcional que estaba vetado a los antiguos egipcios. Los templos no eran recintos de oración para los fieles, eran lugares sagrados en los que solo los sacerdotes podían entrar.

Este 2022 celebramos varios aniversarios relacionados con Egipto. Puedes leer el artículo dedicado a Champollion y el descifrado de los jeroglíficos egipcios aquí.


La presa de Asuán y el rescate de los monumentos.

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Ya hemos hablado aquí de algunos de los embalses que dejaron monumentos sumergidos en España. Pero nada es comparable a lo que ocurrió con la construcción de la presa de Asuán, a mediados del siglo XX.

De NASA - http://earth.jsc.nasa.gov/sseop/EFS/lores.pl?PHOTO=STS102-303-17, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=90994
Presa de Asuán desde el satélite.
Foto: NASA.
Wikipedia. Dominio público.
La edificación de la gran presa de Asuán comenzó el 11 de enero de 1960 y finalizó el 21 de junio de 1970 dando como resultado el lago Nasser, de 500 kilómetros de largo y 16 kilómetros de ancho, el mayor lago construido por el hombre.

Se ultimaban los detalles de esta obra de ingeniería de dimensiones colosales cuando los egiptólogos tuvieron la terrible certeza de que joyas del patrimonio mundial, algunas con 5.000 años de antigüedad, quedarían sumergidas bajo las aguas para siempre. Así que se hizo un llamamiento internacional, la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia, al que respondieron 52 países.

Hubo algunas propuestas para intentar salvaguardar los 23 templos sin tener que moverlos piedra a piedra, pero se juzgaron demasiado complejas. Llegaron trabajadores de muchos lugares y se recibió dinero para sufragar esas obras paralelas que tenían que trasladar todos los monumentos existentes y excavar rápidamente en la zona para encontrar los que se sospechaban que estaban enterrados antes de que quedaran sumergidos. Se trataba de edificios, de muchas toneladas de piedra que debían ponerse a salvo en una carrera contrarreloj. Una tarea imposible.

https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=312222
Grabado de Abu Simbel. Wikipedia. Dominio público.

Efectivamente, los grupos de arqueólogos encontraron más templos, pero pronto vieron que no lograrían salvarlo todo. Podían ocuparse de los más pequeños, que eran más sencillos de mover. Pero resultaba inaceptable abandonar los más emblemáticos: Abu Simbel,  Philae y Kalabsha. La mayoría del presupuesto se destinó a ellos. Decidieron cortarlos en bloques y desplazarlos la distancia necesaria para que no les alcanzaran las aguas.

De "Per-Olow" - Per-Olow Anderson (1921-1989) - sv:Forskning & Framsteg 1967 issue 3, page 16, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6235635
Recolocación de los bloques.
Foto:Per-Olow Anderson.
Wikipedia.
El caso del conjunto de Abu Simbel fue más complicado aún porque Ramses II había ordenado su construcción dentro de una montaña. El reto fue colosal: mover también la montaña. Los dos templos dedicados a Ramsés II y a su esposa Nefertari (comenzados en 1264 a. C.), fueron cortados, trasladados y reconstruidos, con montaña incluida, a unos 200 metros del emplazamiento original y 65 metros de altura en solo 4 años.

La parte más delicada de la operación fue cortar en bloques las caras de los colosos de Ramsés II y se le encomendó a los canteros gallegos, que realizaron un trabajo impecable porque eran los mejores del mundo en aquellos años.

Mientras los ingenieros ideaban la presa, y los arqueólogos salvaban el patrimonio, un drama humano se gestaba. La zona estaba habitada y 90.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares. Es muy cierto que se les dio un nuevo lugar donde vivir, pero aún los nubios sufren por haber sido desplazados de las tierras de sus antepasados.

Por Diego Delso, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=122647312
Templo de Ramses II con montaña.
Foto: Diego Delso. Wikipedia.

Los templos que no pudieron ser trasladados siguen, a día de hoy, bajo las profundas aguas del lago Nasser.

Egipto recompensó su ayuda a cinco países regalándoles un pequeño templo y les hizo la petición expresa de que se reconstruyeran en un lugar donde pudieran ser vistos por todos.

De ellos, quizá el que más visitas anuales recibe, es el Templo de Dendur, que se encuentra en el Metropolitan Museum de Nueva York, en una zona remodelada y acristalada para que pueda verse desde fuera y cumplir, así, con la petición de Egipto. Este templo data del año 15 d. C. y en 2017 cumplió sus 50 años lejos de casa.

Templo de Dendur en Metropolitan: De Jean-Christophe BENOIST - Trabajo propio, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=19277095
Templo de Dendur en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Foto: Jean-Christophe BENOIST - Trabajo propio, CC BY 3.0.
Wikipedia.

Sin embargo, España fue el país que salió mejor parado del reparto de templos egipcios. Se nos donó en 1968 el templo de Debod, el mayor y más completo de cuantos se encuentran fueran de Egipto. Tiene una antigüedad de 2.200 años y mide 70 metros de longitud. La reconstrucción llevó 2 años y se inauguró el 20 de julio de 1972. Puede visitarse en Madrid. 

Templo de Debod. Madrid.
Foto: archivo propio.

Centenario: Carter y la tumba de Tutankamón.

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Howard Carter era el menor de 11 hermanos, solitario, tímido y de mal carácter. Le era difícil hacer amigos y nunca se le conoció una relación sentimental. Pero era un trabajador incansable y ambicioso, un hombre testarudo que no estaba dispuesto a renunciar a sus sueños.

Su padre, un magnifico retratista, propició que una de las ricas familias para las que trabajaba, contratara a Howard como copista en las excavaciones que financiaban en Egipto. En 1891, el muchacho de 17 años, viajó a Egipto como dibujante y terminó convirtiéndose en arqueólogo. Sus colegas lo consideraron un intruso sin formación académica, pero él les demostró que era un gran arqueólogo con metodología moderna.

Máscara funeraria de Tutankamón. Foto: Roland Unger. Wikipedia.
Máscara funeraria de
Tutankamón.
Foto: Roland Unger.
Wikipedia.
Tutankamón, el “faraón-niño”, perteneció a la XVIII dinastía y comenzó su reinado con 10 años pero murió a los 19, sin ningún logro que le diera un lugar en la Historia.

George Herbert, conde de Carnarvon, dejó Inglaterra por prescripción facultativa, su meteorología perjudicaba su maltrecha salud. Eligió Egipto por su clima y porque era un apasionado del país. El primer encuentro entre Carter y Lord Carnarvon se produjo en 1907.

Los arqueólogos ya habían peinado la zona del Valle de los Reyes, pero Carter se empeñó en que allí debía estar la tumba de Tutankamón, aunque las evidencias hacían pensar que había sido completamente saqueada.

En 1914, Lord Carnarvon consiguió los permisos para excavar en el Valle de los Reyes y contrató a Carter. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial los obligó a detener la búsqueda que retomaron en cuento les fue posible. Fueron pasando los años sin los resultados deseados y en 1922 Lord Carnarvon advirtió a Carter que sería la última temporada que financiaría.

Tras 6 años de excavaciones, el día 4 de noviembre de 1922, uno de los trabajadores tropezó con una piedra que resultó ser parte de una escalera. Carter excavó uno a uno los escalones. Luego volvió a enterrarlos y mandó un telegrama a Lord Carnarvon. El 24 de noviembre excavaron los 16 escalones que les llevaron hasta una puerta con cartuchos y sellos tallados con jeroglíficos. No cabía duda: habían descubierto la tumba de Tutankamón. Más tarde se la denominó KV62.

El 26 de noviembre Carter realizó un pequeño agujero en una esquina de la entrada y con una vela miró hacia el interior. Lord Carnarvon le preguntó si podía ver algo y la respuesta de Carter pasó a la historia de la arqueología:

¡Veo cosas maravillosas!

Había que esperar a la llegada del oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias para abrir aquella puerta, pero Carter fue incapaz de resistir la tentación. Al parecer, acompañado de Lord Carnarvon, su hija lady Evelyn y su ayudante Callender se colaron dentro. El 27 de noviembre se personó el inspector egipcio y se procedió a acceder. Aunque una parte había sido expoliada a lo largo de los siglos, seguía habiendo un inmenso tesoro frente a ellos que ya iluminaron con luz eléctrica. El 29 de noviembre se procedió a la entrada oficial con numerosos dignatarios.

Lord Carnarvon, lady Evelyn y Howard Carter  en la tumba de Tutankamón. Foto: Harry Burton, 1922. Wikipedia.
Lord Carnarvon, lady Evelyn y Howard Carter
 en la tumba de Tutankamón.
Foto: Harry Burton, 1922. Wikipedia.

Howard Carter había descubierto la tumba de 3.300 años de antigüedad con el sello intacto, la más completa, la mejor conservada y con el ajuar funerario íntegro. Fue la primera grabada en vídeo.

En realidad, se trata de la más pequeña del Valle de los Reyes, ya que Tutankamón murió tan joven que no dio tiempo a planificar bien su lugar funerario. A pesar de su tamaño, tiene cuatro cámaras: antecámara, cámara del Tesoro, Cámara Funeraria y anexo.  Contenía un tesoro de más de 5.000 objetos, muchos de oro y otros materiales preciosos, que se componía de un trono, altares, camas, carros, modelos de barcas, vasijas, bastones, ropas y sandalias utilizadas por el faraón con marcas de desgaste, armas y comida que daban mucha información sobre la iconografía, la tecnología y la vida cotidiana del Antiguo Egipto. También había una capilla con cuatro vasos canopos que guardaban las vísceras momificadas del faraón. Dentro hallaron otra puerta sellada flanqueada por dos estatuas de Tutankamón, que sin duda, conducía al sarcófago.

Para excavar, fotografiar, filmar, documentar y catalogar todos los objetos Carter tuvo que pedir ayuda y con él trabajaron prestigiosos arqueólogos y egiptólogos. El traslado del primer objeto fuera de la tumba se documentó el 27 de diciembre de ese año.

No fue hasta el 16 de febrero de 1923 cuando Carter rompió el sello y abrió la puerta que llevaba hasta al sarcófago que contenía tres ataúdes, uno dentro de otro. Eran las primeras personas que penetraban en la cámara en los últimos 3.300 años.

La noticia de aquel histórico hallazgo recorrió el mundo, pero Lord Carnarvon había dado la exclusiva a The Times. El conde no llegó a ver culminado el proyecto ya que falleció el 5 de abril de aquel mismo año por la picadura de un insecto o una infección tras un corte durante el afeitado.

Los trabajos hicieron necesario esperar hasta el 18 de octubre de 1926 para abrir el tercer ataúd, de oro macizo, en el que descansaba el cuerpo momificado de Tutankamón, cubierto de joyas, y con una máscara fúnebre de oro macizo. Carter necesitó 10 años para excavarlo y clasificarlo todo. Fue un trabajo meticuloso que dejó documentado hasta el más mínimo detalle. Dio por concluido este trabajo en 1932 y anunció que hallaría la tumba de Alejandro Magno. Pero acabó retirándose de la arqueología y regresando a Inglaterra. Nunca fue lo suficientemente reconocido.

Escribió varios libros, incluyendo La tumba de Tutankamón. Del día que entró, el 26 de noviembre de 1922, dejó escrito:

El día mejor de todos, el más maravilloso que me ha tocado vivir y, ciertamente, como no puedo esperar volver a vivir otro.

Alrededor de este magnífico descubrimiento se fraguó la leyenda de la maldición de Tutankamón. Comenzó con el fallecimiento de Lord Carnarvon y siguió con la muerte de otros miembros del equipo, aunque la mayoría vivió muchos años. Los científicos pensaron que podría tratarse de esporas de hongos en aquel aire viciado de 3.300 años de antigüedad. Carter nunca creyó en la maldición. Falleció en 1939, a los 65 años, una edad avanzada para la época. Se encuentra en una sencilla tumba de un cementerio londinense. En su lápida se grabó la frase de la copa de Tutankamón: “Pueda tu espíritu vivir, durar millones de años, tú que amas Tebas, sentado con la cara al viento del norte, los ojos llenos de  felicidad”. Entre las pocas personas que acudieron a su entierro se encontraba lady Evelyn. 

Antecámara en el interior de la tumba de Tutankamón. Foto: Harry Burton, 1922. Wikipedia.
Antecámara en el interior de la tumba de Tutankamón.
Foto: Harry Burton, 1922. Wikipedia.

Apagón.

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Apagónes una serie que trata sobre las consecuencias de que una gran tormenta solar impacte contra la Tierra.

Inspirada en el podcast El gran apagón (Podium Podcast, PRISA  Audio), la serie de Movistar, producida por Buendía Estudios, transcurre en cinco episodios encargados a diferentes guionistas y directores de los más creativos y premiados de España. Cada uno de los capítulos transcurre en un ámbito distinto y muestran cómo cambia la vida cotidiana y cómo reaccionan los seres humanos. Todos son diferentes, pero están bajo la premisa común del apagón y son piezas que encajan formando una unidad. La historia, tanto visual como narrativamente, logra atrapar al espectador desde el principio. La crítica es unánime al considerarla una de las mejores series del panorama español actual.

https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=147790
Apagón.
Dirigida por Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta.
Escrita por Isabel Peña, Alberto Marini, Fran Araújo, Rafael Cobos e Isa Campo.
Foto: Filmaffinity y Movistar+


La acción comienza en un futuro inmediato en el Centro de Emergencias de Madrid. Un mensaje alerta a todo el equipo de que una gran tormenta solar se dirige a la Tierra. Los expertos ejemplifican lo que puede suceder resumiendo el Evento Carrington (1859) que dañó nuestra incipiente red eléctrica y los telégrafos. En nuestros días el mejor escenario posible es que la atmósfera absorba la tormenta como suele suceder. El peor escenario es que se produzca una caía en cascada de todos los sistemas eléctricos. Unos científicos son optimistas y otros alertan de un peligro inminente. La NASA aún no ha informado de la situación real y Estados Unidos, el referente mundial, no está tomando ninguna medida.

Ernesto, el coordinador, es partidario de prepararse para lo peor. Miembros de su equipo le recuerdan las pérdidas económicas que supondría y la alarma social que empezarían ellos mismos cuando solo hay un 2% de posibilidades de que la tormenta solar alcance España.

—Y de una pandemia mundial… ¿qué probabilidades había?— se pregunta Ernesto en una frase lapidaria.

Como el mismo título de la serie indica, el apagón se produce, y el atardecer viste con una aurora boreal el cielo de Madrid.

Aurora boreal.
Foto: pxhere.com

El segundo capítulo transcurre en un hospital. Tras una semana sin electricidad.

En el tercer capítulo han pasado varios meses y en una urbanización de las afueras los vecinos tratan de cultivar y potabilizar agua.

En el cuarto capítulo un pastor trashumante recorre España con su rebaño de cabras, totalmente integrado en la naturaleza sin que le afecte el apagón. Pero tropieza con gente de la ciudad que solo piensa a corto plazo.

—Donde hay un pastor con un rebaño, hay lobos— sentencia nuestro cabrero.

En el último capítulo nos reencontramos con personajes del primero, cerrando un círculo y obteniendo respuestas.

Esta es una de las series más recomendables de Movistar. Tiene también otras estupendas como La fortuna (Alejandro Amenábar, 2021), serie basada en hechos reales sobre un joven diplomático que tiene que enfrentarse a un cazatesoros estadounidense que ha dañado y robado el tesoro de un pecio español. La temática es diferente, pero ambas están rodadas impecablemente.

Volviendo a Apagón, los propios guionistas reconocen que pensaron que se trataba de elaborar una historia de ciencia ficción, pero cuando vieron los datos científicos descubrieron que es algo que sucederá.

La sensación de realidad es constante y los protagonistas están magníficos. Pero además, se ha contado con actores naturales, es decir, los figurantes con frase son lo que dicen ser. En el capítulo del hospital todo parece real porque los extras son personal sanitario que sabe cómo se trabaja en las urgencias, en los quirófanos y que han aportado toda su experiencia laboral para que los escenarios fueran verdaderos. Pero en ningún momento se quiere escenificar el colapso del sistema hospitalario, sino mostrar cómo es posible sobreponerse a las situaciones adversas.

La serie no trata en ningún momento sobre la pandemia. La historia transcurre cuando ésta ya ha acabado y solo se menciona en dos frases. Pero en mi opinión, siempre subjetiva y personal, está influenciada por los acontecimientos recientes. Aunque en la trama no hay ningún virus, creo que los dos primeros capítulos son lo más parecido a la realidad de aquel marzo de 2020 que podemos ver. La incertidumbre, la falta de información, las opiniones dispares de los especialistas, la inacción de los países de referencia, las repercusiones sociales, económicas y políticas a las que habría que enfrentarse ponen a Ernesto y a sus superiores en graves aprietos. Aquí tienen que lidiar con un apagón en cascada pero la dureza de la decisión debe ser muy parecida. En el capítulo del hospital no faltan mascarillas, ni batas, ni respiradores como en la vida real… pero no funciona ninguno de los aparatos médicos, no se puede mantener ningún medicamento que requiriera refrigeración y el triaje se hace cada vez más estricto con la carga emocional que implica para muchos personajes.

Eso es lo más evidente para mí, pero veo aún más similitudes en las actitudes de los personajes en sucesivos capítulos. Es otro escenario totalmente diferente, pero tienen en común las diferentes reacciones de los seres humanos ante una catástrofe.

Durante toda la serie me rondó la cabeza estos pensamientos y por eso las frases de Ernesto y el pastor me parecen totalmente atinadas y lapidarias, como he dicho antes. Y durante todo el tiempo me mantuve en la incertidumbre que también acompaña a los personajes: ¿hay lugares que se han librado de esto? ¿nos están enviando ayuda? ¿cuándo volverá la electricidad motor de nuestro mundo? Y es que entre las consecuencias de este apagón se encuentra la falta de información: no funcionan los satélites, no hay televisión, ni internet, ni radio, no hay forma de tener noticias sobre nada. Tampoco la gente de ciudad tenemos terreno, ni forma de aprender a cultivar. Nuestros conocimientos no sirven en un mundo sin la tecnología de la que dependemos y que perdemos en un instante.

Los ciclos solares duran 11 años, se alcanza el pico de actividad solar y siempre nos envía alguna tormenta que nuestra atmósfera absorbe. Pero un día, quizá en poco tiempo, quizá dentro de 100 años, nos lanzará una como la que refleja la serie y hoy en día no estamos preparados para ello, no existen protocolos de actuación.

Nunca pensamos en que nos tendríamos que enfrentar a una pandemia de estas dimensiones y a un alto grado de amenaza nuclear que no se daba desde la Guerra Fría o la Crisis de los Misiles. La serie nos cuenta una historia verosímil, pero quizá deberíamos pensar que, en la situación actual, no hace falta una tormenta solar para dejarnos sin electricidad…

La Expo 92 y las Olimpiadas. Recuerdos en el 30 aniversario.

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El año 1992 fue muy importante para España. El foco se puso sobre nosotros y teníamos que salir airosos del desafío: unas Olimpiadas y una Exposición Universal a la vez.

Yo era muy jovencita, pero recuerdo la ilusión con la que recibimos aquel año. No sabía nada de política, ni de economía, pero sí sabía que aquel iba a ser nuestro año. Hablo de mis recuerdos. Hablo de que me hubiese gustado apuntarme de voluntaria en la Expo de Sevilla, pero no me fue posible.

Alvaro Sihuay. Pinterest.
Esfera Bioclimática en la Expo 92 (Sevilla).
Foto: Alvaro Sihuay. Pinterest.

Me acuerdo de que en 1991 todos estaban nerviosos, haciendo preparativos. No lo sabía con seguridad, pero me imaginaba que habían concedido a España estas citas mundiales de enorme repercusión porque se cumplían los 500 años del descubrimiento de América. Aquello era una gran responsabilidad teniendo en cuenta que no contábamos con la confianza de muchos países y esto agravaba nuestro complejo de inferioridad. Eso lo sentíamos casi todos, sin importar la edad. Pero en 1992 el mundo pondría los ojos en nosotros. Deseábamos hacerlo todo perfecto, recibir a todo el mundo, qué se sintieran contentos aquí, qué vieran que bien lo habíamos organizado todo y qué buena gente éramos. Deseábamos brillar.

La antorcha olímpica
recorre España.
Foto: archivo propio.

Nunca he sido aficionada al deporte, pero conocía la historia de los Juegos Olímpicos. Comprendía el enorme honor que suponía que le hubiesen concedido las Olimpiadas a Barcelona. La llama olímpica llegó en barco procedente de Grecia y recorrió toda España. Contemplé como los relevos se pasaban la antorcha encendida por las carreteras de mi ciudad hasta llevarla al Ayuntamiento, donde pasó la noche, custodiada por voluntarios. Yo estuve con ellos durante horas sin imaginarme que, ya en Barcelona, el último relevo prendería una flecha lanzada heroicamente hacia el pebetero ante la euforia de todos.

Montjüic. Barcelona.
Foto: archivo propio.

Vi la gala de inauguración y la clausura de los Juegos Olímpicos en la tele. Las grabé en mi vídeo VHS. Y recuerdo a Matías Prats diciendo que aquello era histórico y que algún día nuestros hijos nos preguntarían: «Papá, papá ¿qué pasó en el 92?». No puedo jurar que fueran sus palabras exactas, pero sí aproximadas. Fueron solo 15 días pero todo salió genial. Los deportistas españoles lograron 22 medallas, un récord para nosotros.

El 92 también nos trajo la construcción de nuestro primer tren de alta velocidad, el AVE, que unía Madrid y Sevilla en menos de tres horas. Salió por primera vez de la estación de Atocha el 14 de abril de ese año. 

Flickr
Cohete Ariadne IV.
Expo Sevilla.
Foto: Flickr.

Yo también llegué a Sevilla en tren, aunque no en el AVE. No me importó. Estaba tan ilusionada de pisar la Expo 92 que ese detalle no podía empañar mi alegría. La Isla de la Cartuja, que yo no conocía, era un mundo de diseño futurista con el cohete Ariadne IV contrastando vivamente con el castillo de la Bella Durmiente que habían colocado (supongo que Disneyland) en otra zona. Había 102 pabellones y participaron 101 países. Daba la impresión de poder visitar el mundo sin salir de casa. Pero era imposible verlo todo. Entramos en los pabellones que nos parecieron más bonitos y tuvimos que renunciar a algunos porque las colas eran tan extremadamente largas que suponían varias horas de espera. No pudimos entrar en el pabellón de España ¡y eso que decían que habían traído cuadros del Museo del Prado! ¿o eran copias? Me tuve que conformar con hacerme un par de fotos en el lago, con el edificio al fondo, pero de esas de cámara analógica que llevaba un carrete de 24 fotos que tenías que dosificar con cuidado y que no sabías si estaban bien hasta que las llevabas a revelar.

Pabellón de España. Expo 92 (Sevilla)
Foto: archivo propio.

Recuerdo el gran edificio que compartían los países latinoamericanos en la plaza de América. Habíamos oído decir que se habían traído un trozo de iceberg y estábamos empeñados en verlo. Encontramos a una azafata y, aprovechando que estábamos en un edificio donde todos hablaban español, le preguntamos dónde podíamos ver el iceberg.

Esto… ¿qué cosa? No entiendo—. Se lo explicamos —¡Ah, el «aisberg»!

Nos hicimos fotos en el pabellón de la navegación, subidos en las réplicas de las carabelas de Colón. También estuvimos en el pabellón de la naturaleza, en un lugar que parecía trasladarte a un trozo de la selva. Descansamos en otro pensando que así sería el cine del futuro: con butacas medio tumbadas y la pantalla en forma de bóveda tan grande que nuestro campo visual no podía abarcarlo todo.

Fui una más de los millones de visitantes que acudían de todo el mundo a lo largo de aquellos seis meses. Mis expectativas eran muy altas, pero quedé tan encantada que regresé por segunda vez. Primero fui con mis compañeros y profesores y el autocar nos alejó de Sevilla al anochecer. Unos meses más tarde acompañé a mi familia y sacamos billetes de vuelta en el primer tren de la mañana del día siguiente. No nos queríamos perder las proyecciones y espectáculo de luces que se hacían en el lago y en las fuentes. Los pabellones habían cerrado, y más de un centenar de miles de espectadores esperábamos en la gran zona del lago. Nadie salía defraudado. Con aquellas mágicas imágenes en nuestras retinas nos dirigimos, a altas horas de la madrugada, hacia el apeadero de la Expo para esperar que llegara nuestro tren. Nos sentamos en un banco justo delante de un AVE. Mientras miraba su perfil aerodinámico y vanguardista, no imaginé que, años más tarde, me subiría en el AVE tantas veces como para sentirlo una segunda casa. Aquel amanecer, montada en el Talgo vi alejarse el perfil de la Isla de la Cartuja con la tristeza de imaginar que en pocas semanas la Expo estaría cerrada y vacía, que aquello no era más que un sueño del que habría que despertar. Y pensando en los años de trabajo y expectativas que habían desembocado en aquel 1992 lleno de luz, con millones de personas de todo el planeta encantadas con lo que habían visto, con acontecimientos que nos había convertido en la capital del mundo, efímera, pero capital al fin y al cabo… me pregunté: ¿ahora qué? ¿Qué esperar de 1993?

Pinterest
Trenes de Alta Velocidad (AVE) en la Expo de Sevilla.
Foto: Pinterest y Expo92.es

No había acabado 1992 cuando ya se hablaba de despilfarro. Sin interesarme nada la política y la economía, y más ilusionada que práctica, consideraba que habíamos aprobado con nota alta este examen. Eso era lo que me importaba. Luego descubrí que llegó una crisis y más de un escándalo. Pero yo sigo atesorando mis recuerdos bonitos de aquel año.

¿Qué queda en la actualidad de todo aquello? Dicen los expertos que, aunque hubo sombras, fueron más las luces y que valió la pena. Yo sigo sin ser objetiva y me parece que aquel espectáculo en el lago de la Expo es el mejor que he visto nunca, aun con la tecnología de entonces, y a pesar de que quedé encantada con el de Disneyland París años después.

El AVE fue un gran acierto. Aquella primera línea que llevaba de Madrid a Sevilla se ha convertido en toda una red que une muchas ciudades de España y que, incluso, nos convirtió en 2010 en el primer país europeo y el segundo del mundo (tras China) en tener más kilómetros de alta velocidad y eso que España no es un país grande. El AVE «robó» muchos viajeros al avión.

Monumento a las Olimpiadas
de Barcelona 1992.
Foto: archivo propio.

La celebración de las Olimpiadas trajo muchas mejoras a Barcelona y esto se tradujo en un aumento progresivo del turismo que la ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Europa. Hace pocos años disfruté de esta preciosa ciudad y subí a Montjüic. Allí siguen las esculturas símbolo de las Olimpiadas y los estadios. Todo cuidado y perfecto.

La Expo transformó Sevilla y la hizo más cosmopolita, más moderna. La ciudad quería que la Isla de la Cartuja se convirtiera en un parque empresarial o científico. Pero muchos de los pabellones fueron desmontados o abandonados. En 1997 se aprovecharon algunas de las instalaciones para inaugurar Isla Mágica, un parque temático y acuático. Hace varios años volví a la Isla de la Cartuja y comprobé que una parte de lo que antaño fue la Expo, está en ruinas. Sin embargo, hay otra parte que se mantiene cuidada y aprovechada con jardines, edificios y salas de exposiciones. Una exposición, precisamente, fue la que me llevó allí sin sospechar que era uno de los edificios de mi querida Expo.

Pinterest
Cartel de la Expo 92
Foto: Pinterest.

Lo único que tenía que reprocharle a la Expo era que no supo ver que el futuro estaba en los teléfonos móviles y en internet. Sin embargo, hace unos días descubrí que estaba equivocada. Caí en la cuenta de que era el 30 aniversario gracias a un periódico digital que hablaba de un programa especial que habían emitido en televisión y que yo me había perdido. Y en este artículo hablaban del pabellón de las Telecomunicaciones. Allí habían conectado monitores de culo a teléfonos fijos que permitían hacer videollamadas. También tenían móviles con antena. Rectifico mi error después de ver el vídeo 30 años después.

Gracias a este artículo pensé que, si bien es imposible dedicar un espacio en mi modesto blog para todos los aniversarios, quería rescatar mis recuerdos de un año histórico y compartirlo con quien se haya quedado leyendo hasta aquí. Además, he descubierto que hay webs de amigos de la Expo92, la asociación Legado Expo de Sevilla y numerosos vídeos.

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