Quantcast
Channel: De Buenas a Primeras
Viewing all 211 articles
Browse latest View live

Juntos

$
0
0
¿Recuerdas la tarde que llegaste a tu nueva casa, ese pisito en las afueras sobrio y destartalado, encontrando una niña pequeña sentada en el descansillo de la escalera mirándote fijamente? Aquella casa se convirtió en tu hogar y aquella niña en tu mejor amiga.

Parece que han pasado mil años desde aquella lejana tarde y mil cosas podrían habernos separado en el largo caminar de la vida, pero después de tanto tiempo seguimos juntos, siendo los mejores amigos que se haya visto nunca. Nos gustaba jugar a inventar historias y soñábamos con un futuro maravilloso mientras yo abrazaba mi muñeca de trapo y tú me sonreías con el amor reflejado en tus ojos. Ahora no soy más que una cajera de supermercado y tú has conseguido un puesto fijo en una pequeña oficina, somos gente corriente en un mundo corriente, pero poseemos algo que los demás no tienen: los lazos de una amistad que dura toda la vida. Fuimos creciendo entre juegos y libretas garabateadas con dibujos y palabras cada vez mejor dibujadas y mejor escritas, más profundas y cultas, pero mientras yo me convertía en una adolescente tímida y melancólica, el fuego del amor encendió tus pupilas con un brillo sincero e indescriptible. Yo nunca supe comprenderlo. Podía hablar contigo sin utilizar las palabras, podía copiar tus gestos y sonreír al oír mis expresiones en tus labios, pero siempre fui incapaz de comprender lo intenso e indestructible que puede llegar a ser el amor forjado a lo largo de los años, desde la niñez hasta la edad adulta, día tras día, en una cuenta interminable de horas gastadas juntos, para bien y para mal.

Tú me explicabas matemáticas con infinita paciencia, yo logré entender la trigonometría, pero siempre te seguí preguntando como aquellos dichosos límites podían tender a infinito… pensaba yo, en mi ignorancia, que nada podía ser infinito, porque era incapaz de descubrir el infinito amor que brillaba en tus ojos… Creo que esa fue una de las razones por las que me enfadé tanto cuando me robaste mi primer beso… nuestro primer beso… aunque luego tuve que reconocer que en aquel mágico instante construiste uno de nuestros mejores recuerdos… Me dijiste que me amabas muchas veces y yo siempre te pregunté como estabas tan seguro de que era amor  lo que sentías y no la amistad de tantos y tan largos años juntos, pero aquella era una pregunta que no podía responderse con palabras, y yo solo sabia enlazar palabras y escribir interminables redacciones para las clases de lengua, la única asignatura a la que logre arrancarle un sobresaliente…

Después conseguí mi primer empleo, el segundo, el tercero… ahorré y me compre un coche para pasearme estúpidamente por las carreteras creyéndome que había comprado la libertad, para descubrir enseguida que me había convertido en una más de aquellos a los que llamábamos “la gente”. Pero tú me quisiste así, simple y superficial, porque tú sabías ahondar en mí más que yo misma. También llegaron los hombres disfrazados de amor y tras ellos las desilusiones… Lloré pocas veces, pero ninguna por despecho o celos, lloré porque sabía que no sentía amor, porque no había conocido hombre alguno que hubiese conseguido despertar en mi alma el amor… y entonces te lo pregunté ¿recuerdas? Sí, claro que recuerdas aquella mañana de verano en la que te pregunté, tristemente, si creías que en el mundo habría personas incapaces de amar y me respondiste, seguro y tranquilo, que existían muchas personas incapaces de amar, pero que yo no era una de ellas… Parecías uno de aquellos filósofos antiguos que nos imaginábamos entre risas cuando intentábamos arrancarle a la vida respuestas transcendentales… Pero ni siquiera esa mañana de verano fui capaz de comprender que el amor era la llama que ardía en lo mas profundo de tu inquietante mirada.

Han pasado los años, primero lentamente y después con la rapidez del rayo. Un día descubrí sin más que ya empezaba a dejar de ser joven, pero no tuve miedo porque tú seguías a mi lado, siempre a mi lado, aún más cerca de mí que yo misma… Y de repente un día te marchaste, sí, te fuiste a hacer uno de aquellos viajes imposibles que imaginábamos cuando éramos niños y nos sentábamos en el rellano de la escalera, viendo subir y bajar aquel pequeño y prohibido ascensor… Pero te fuiste sin mí. No tuviste que preguntarme si quería ir, porque de sobra sabías que no tomaría un avión para cruzar un interminable océano tan solo por el placer de descubrir paisajes lejanos e insólitos, que solo pueden verse en esos documentales que tanto te gustan…

https://es.wikipedia.org/wiki/Carta#/media/Archivo:Einbrief.jpg


Jamás nos habíamos separado, nuestros padres entablaron amistad al conocerse y desde aquel día pasamos juntos todas las vacaciones de verano en ese pueblecito de playas desiertas, y todos los domingos en el campo entre los altos árboles y aquel césped interminable… Fuimos juntos a todas las excursiones del instituto y al viaje de fin de curso.

Por primera vez, desde aquel lejano día  en que subiste las escaleras de nuestro piso con tu paso menudo y tu carita de niño bueno sonrosada, te has separado de mí. Entraste en mi vida de repente, como una lluvia de verano, inesperada y refrescante, para alejarte ahora, de una forma tan simple y extraña. Desde que tomaste aquel avión no hice otra cosa que pensar que te había perdido, tuve que verte partir para comprender que hubiese sido capaz de realizar ese viaje tan solo por no separarme de ti. Jamás sentí celos, ni siquiera cuando me presentaste como tu novia a aquella anguila morena vestida de tarta, indudablemente porque estaba segura de que ella no podría robarme tu amor. Pero cuando te marchaste sentí miedo, miedo y muchos celos… miedo a perderte, miedo a que alguien te separase de mi, miedo a que alguno de aquellos maravillosos paisajes te subyugara y no quisieses regresar a casa.

Ayer recibí tu carta, llevaba un sello extraño, de vivos colores y bonito dibujo. Durante varias horas la tuve sobre la mesilla, esa a la que siempre nos sentábamos para hacer nuestros deberes. La miraba temerosa, sin atreverme a abrirla, sin reunir las fuerzas necesarias para leerla. Pensaba entonces que hubiese sido mejor preguntarle a tu madre si había tenido noticias tuyas, si estabas bien… y tuve la tentación de hacerlo, para estar segura de que no habrías escrito algo que yo odiaría leer… pero al final me atreví a abrir la carta y escuchar las palabras que habías encerrado en ella, escritas con tu preciosa y caligráfica letra… Vas a regresar, mañana llega tu avión, no hay nadie más en tu vida y tus frases siguen siendo cariñosas y tiernas. Vas a regresar y tengo que encontrar la forma de hacerte comprender que te amo, de conseguir que no pienses que te he echado tanto de menos que he confundido la amistad con el amor. No hay lugar posible para tal confusión porque ahora sí sé que estabas en lo cierto cuando aquella mañana de verano me dijiste que yo era capaz de amar… te amaba a ti, y has tenido que alejarte para que yo descubriera cuán fuerte puede ser ese amor que lo arrastra todo, que sobrevive al tiempo y a la distancia, que supera cualquier trampa del destino. Hubiese sido tan fácil separarnos en el largo caminar de la vida, pero permanecimos siempre juntos y fue el amor el que enlazó nuestras almas con un fino e indestructible cordón de plata. Ahora lo sé, ahora sé muchas cosas. Ahora sé que aquella lejana tarde me senté en el descansillo de la escalera a esperarte, a esperar que entraras en mi vida… Ahora sé que recibí del destino el mas extraordinario de los regalos: pasar toda mi vida contigo. Por eso mañana volveré a repetir aquella escena, me volveré a sentar en el rellano de la escalera a esperarte, como hice aquel día de nuestra infancia. Cuando regreses a casa preguntándote por qué no he ido a recibirte al aeropuerto, me encontrarás allí sentada, con la mirada llena de amor y esta carta en mis manos… por si aún después de este recibimiento hacen falta palabras…

https://www.pexels.com/es-es/foto/blanco-boli-boligrafo-cuaderno-1119789/


Año bisiesto...

$
0
0

El refranero popular tiene varios dichos dedicados a los años bisiestos, quizá porque nos llaman particularmente la atención por eso de añadirle un día más al mes de febrero. Hay quienes son muy supersticiosos y creen que los años bisiestos traen mala suerte. Si tuviéramos que hacer caso al refranero pensaríamos que algo de verdad hay en ello: “cuando bisiesto el año es, las hojas del olivo se vuelven del revés”; “año bisiesto, ni aquello ni esto”; “año bisiesto, ni viña ni huerto”; “año bisiesto, vende la hoja y quema el cesto”… Pero a estos hay que añadirle el más famoso de todos: “año bisiesto, año siniestro”. Y dice la creencia popular que muchas cosas malas han ocurrido en año bisiesto y se olvidan que también han sucedido cosas buenas, desde simples anécdotas hasta hechos históricos que han cambiado el mundo. ¿Acaso no pasan cosas buenas y malas todos los años? ¿Por qué recordar solo lo malo de los bisiestos? Repasemos algunos acontecimientos positivos que nos hagan dudar del viejo dicho.



1792. Quizá el más importante de los nacidos el día 29 de febrero sea Gioachino Antonio Rossini, el famoso compositor italiano que revolucionó la historia de la música.

1804. En febrero de ese año arrancó la Penydarren, la primera locomotora de vapor. La inventó Richard Trevinthick y con ello sentó las bases para que los trenes fueran los reyes de los medios de transporte durante mucho tiempo.

1904. Se tomó la primera fotografía en color. Aunque se llevaba décadas investigando un método que permitiera su obtención, los resultados eran desiguales y los procedimientos dificultosos y poco prácticos. Fue en 1904 cuando los hermanos Lumière desarrollaron la placa de cristal autocromo y con ello la fotografía en color. Lo presentaron en sociedad y comercializaron en 1907 creyendo que les daría mayores beneficios que el cinematógrafo. Esta técnica estuvo vigente hasta la década de 1930 cuando fue sustituida por la película de color.

1916. Aunque Albert Einstein ya había formulado su “Teoría de la relatividad especial” en 1905, quedaban pendientes varias cuestiones sobre las que seguir trabajando y fue en el año bisiesto 1916 cuando pudo responder a sus propios interrogantes y publicar la famosa “Teoría general de la relatividad” que cambiaría la concepción de la ciencia para siempre.

1928. En este año bisiesto se produjo uno de los descubrimientos más importantes de la medicina, una casualidad o un golpe de suerte que ha salvado millones de vidas: el joven Alexander Fleming olvidó en su laboratorio unos cultivos y al regresar de sus vacaciones se los encontró contaminados por lo que bautizó como Penicillium notatum, un hongo que había impedido que proliferaran bacterias.

1940. Pero la historia del descubrimiento de la penicilina no fue tan rápida y bonita como nos la han pintado pues, tras muchos ensayos fallidos, Fleming dejó de experimentar con el hongo. Por fortuna para la humanidad Howard Florey, Charles Fletcher, Ernst Chain y Norman Heatley retomaron los estudios de Fleming y consiguieron aislar el antibiótico que probaron con éxito en ratones en 1940 y en personas al año siguiente.

http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-27782/fotos/detalle/?cmediafile=21085432También en este año bisiesto ocurrió algo mucho menos importante que la penicilina, quizá una simple anécdota, pero exactamente el día 29 de febrero de 1940 “Lo que el viento se llevó”arrasó en el XII Certamen de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas logrando ocho Oscar más dos honoríficos de los trece a los que estaban nominados.

1948. En el verano de ese año la electrónica de las comunicaciones cambió para siempre. Después de mucho tiempo de investigación, los científicos John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley dieron a conocer su gran invento: el transistor. Esta pieza es clave en el desarrollo de nuestra tecnología actual.

www.youtube.com1956. Ese año nació Televisión Española. Lo hizo, como ya contamos aquí, de una forma muy modesta en el Paseo de la Habana de Madrid con una emisión previa de la carta de ajuste, que solo pudieron ver unos pocos espectadores, y una voz en off que decía: “TVE emitiendo en periodo de pruebas. Regule los mandos de su receptor con la ayuda de la carta de ajuste. Le recordamos que el día 28 de octubre iniciaremos las emisiones de una forma regular. Gracias.” Entonces era un canal, en blanco y negro, con poca calidad y cuya señal solo llegaba a parte de Madrid. Hoy en día son numerosas cadenas y millones de espectadores en cualquier rincón del país los que se sientan ante su televisor con tecnología HD o 4K dispuestos a consumir una amplísima variedad de series, programas, telediarios, concursos, documentales o películas.

1964. Precisamente el 29 de febrero el presidente Johnson anunció un avance en la aviación con el modelo A-11 que alcanzaba una velocidad y altura nunca vistas hasta la fecha.

1972. Vimos las primeras fotografías de Marte. Nos las envió la sonda Mariner 9. Ese planeta, que en el imaginario colectivo había sido la patria de los marcianos y que tantas preguntas había suscitado, se presentaba ante nuestros ojos nítido y real, desolado y extraño.

1984. Mientras Michael Jackson ganaba ocho Grammys en una ceremonia celebrada el 29 de febrero, la tecnología volvía a cambiar el mundo. Se lanzaba al mercado el  Macintosh inventado por varios ingenieros con Steve Jobs a la cabeza. Este ordenador personal, después llamado Macintosh 128k, estaba preparado para revolucionar la informática a nivel usuario con un modelo capaz de tener procesador de texto, hoja de cálculo, videojuegos y otras muchas aplicaciones. Y en ese mismo año Thomas Pierson y Jill Tarter fundaban el Instituto SETI “search for extraterrestrial intelligence” (búsqueda de inteligencia extraterrestre) con una red de telescopios y ordenadores se embarcaron en la ardua tarea de explorar, investigar y explicar el universo.

https://pixabay.com/es/images/search/tierra+planeta/

1996. Al comenzar el año el CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas) dio a conocer que había sido capaz de crear nueve átomos de antimateria, lo que mejoró nuestro conocimiento de la realidad y nos abrió la posibilidad de nuevas investigaciones y descubrimientos.

2012. Aunque los agoreros vaticinaban el fin del mundo (eso sí que habría sido la confirmación del refrán: “año bisiesto, año siniestro”), los científicos seguían con sus investigaciones sabiendo que por mucho que el calendario maya llegara a su fin, no lo haría la civilización que debía seguir avanzando y así lo hizo con la creación del ADN sintético  (AXN o XNA de Xeno nucleic acids) una nueva forma de ensamblar artificialmente nuevos ácidos nucleicos.

¿Nos deparará 2020 un nuevo adelanto en el conocimiento, la tecnología y la ciencia? Aunque no ha comenzado con buen pie, parece un número bonito, así que esperemos que tenga cosas bonitas que ofrecer.



Gaviotas

$
0
0

Oigo los graznidos de las gaviotas desde mi casa. La urbanización está a más de cinco kilómetros de la costa, pero a ellas, a vista de pájaro, les debe parecer muy cerca.

Nunca me han gustado. No pierdo el tiempo mirándolas mientras flotan en el agua, como patos de mar, y me repugna verlas disputándose las sobras de los contenedores de los chiringuitos del paseo marítimo. Alguna vez he tenido que recoger rápidamente mi toalla y huir de la playa porque se acercaban demasiado buscando los restos de bocadillos de los bañistas. Nunca me gustaron las gaviotas, pero ahora no las soporto. Me martillean la cabeza, no paran de graznar y sobrevolar los edificios.

De Jiyang Chen - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15507046
De Jiyang Chen. Wikipedia.

Me acerco a la ventana y observo la calle vacía. Todo me resulta frío y triste, congelado como el cristal que tocan mis dedos y ahora echo de menos el silencio de los días anteriores.

Regreso al salón con la idea de encender la tele y ver las noticias. Pero, de repente, los graznidos aumentan en intensidad y se hacen ensordecedores. Vuelvo a la ventana y veo a una anciana arrastrando penosamente su carrito de la compra. Las gaviotas parecen enloquecer al descubrirla. De alguna manera saben que lleva comida y localizan una barra de pan bajo su brazo. La mujer intenta apretar el paso, pero sus piernas se lo impiden.

Las gaviotas ya no surcan el cielo, están todas en el suelo y la miran amenazantes. Ahora parecen buitres, siniestros y odiosos. Pero no se conforman con esperar y se acercan peligrosamente a la anciana. Ella intenta huir, pero no quiere soltar su carrito y las gaviotas le cortan el paso. Se me viene a la cabeza Los pájaros de Hitchcock y el miedo atenaza mis piernas. Miro a las ventanas, sé que la mayoría de mis vecinos están enfrascados en tareas varias para distraerse, pero es imposible que ninguno haya escuchado esos graznidos que ahora se asemejan a gritos espantosos. Sí, hay uno protegido por los cristales y tratando de ocultarse tras las cortinas. ¿Nadie va a ayudar a esa pobre señora? ¿Somos todos como los cámaras de los documentales que filman a la leona cazando a la gacela sin intervenir?

Nunca he sido demasiado valiente, pero cuando la primera gaviota intenta arrebatarle el pan a la anciana picando cerca de su cara, abro la puerta y me lanzó escaleras abajo hasta aparecer en la calle. Solo estamos la señora y yo frente a los pájaros a los que no infundimos ningún temor. Intento acercarme, pero me cortan el paso. La rodean a ella, está claro que yo no les intereso, ni me perciben como una amenaza.

-Suelte el pan y el carrito- le grito desde la distancia que las gaviotas han impuesto entre nosotras.

-No, es mi comida- responde- ¡Qué pesquen! Tienen un inmenso mar para pescar.

Como si la hubieran entendido, como si las hubiese desafiado, varias se lanzan sobre la anciana y la atacan mientras ella se afana por huir sin soltar su compra.  Otras desgarran el carrito que se vuelca y deja su contenido esparcido por el suelo. La mayoría de las gaviotas se pelean por los trozos de carne y de fruta, pero tres se ensañan con la mujer, quieren el pan que sigue agarrando.
Me protejo la cara con los brazos y me abro paso mientras siento como si me mordieran. Las aparto a manotazos y corremos hasta un soportal. Aunque estamos sangrando, la mujer se muestra triunfante porque ha conservado el pan y una malla de naranjas.

En ese momento la mayoría de los vecinos salen a los balcones y aplauden con entusiasmo. Pero no celebran nuestra relativa victoria. Nos ignoran.

Miro el reloj: son las ocho de la tarde, hora del aplauso.

La anciana y yo nos observamos, la estoy sosteniendo del brazo, ninguna de las dos llevamos guantes, ni tenemos mascarillas y estamos a menos de un metro de distancia…


cottonbro. https://www.pexels.com/es-es/foto/sano-amarillo-frutas-blanco-3737617/
www.pexels.com
Autor: cottonbro

Ciencia y ficción

$
0
0

Conocí a Esperanza en la cola del cine cuando aún no se compraban las entradas por internet. Yo iba con mi pandilla y ella charlaba con su amiga justo delante de mí. Oí sus interesantes argumentos para terminar de convencer a su acompañante de que aquella película de ciencia ficción era lo mejor de la cartelera. Su voz preciosa y sus palabras me abstrajeron de la conversación de mis colegas y consiguieron que no apartara los ojos de su cabello largo y castaño. Cuando se volvió y me sonrió, su mirada iluminó el mundo y yo me sentí abducido. Flotaba en el espacio hasta que uno de mis amigos me dio una colleja que me devolvió a la Tierra. Le supliqué a la taquillera que me sentara junto a ella y luego fingí que había sido casualidad. La quise invitar a palomitas y Coca-Cola, pero no lo permitió. 

Mis colegas alucinaban al verme cortado y torpe, intentado impresionarla con mis conocimientos cinematográficos. Pero algo bueno debí decir porque después Esperanza se quedó un rato conmigo cambiando impresiones sobre la película. Con más inseguridad que convicción, le pedí que me acompañara al estreno de otra de ciencia ficción y aceptó. Ese fue nuestro maravilloso comienzo, sin música de violines, ni fuegos artificiales, pero con el silencio y la oscuridad del espacio plagado de planetas por conquistar, héroes vestidos de astronautas, naves que viajan a la velocidad de la luz y multitud de misterios que resolver.

Jorge Simonet wikipedia
Sala de cine.
Jorge Simonet.  Wikipedia.

A Esperanza le encantaba la ciencia ficción, pero temía a los extraterrestres y se quejaba de que los científicos hubiesen enviado las Voyager con nuestras coordenadas a los confines de la galaxia sin el consentimiento de la humanidad. A mí me divertía verla ponerse tan seria cuando decía que eso era una imprudencia.

-Pero ¿es qué tú crees en los extraterrestres?- me burlé una vez.

-¡Por supuesto!- exclamó sorprendida - ¡Ah! Por eso te lo tomas todo a guasa, porque piensas que no hay nada amenazante y peligroso ahí fuera…

-No te preocupes- dije abrazándola – Si algún alienígena se atreviese a acercarse a nosotros me convertiría en un Jedi por ti.

Jamás hubiera imaginado que tendría que tragarme mis palabras.

Siempre supe que Esperanza era  más lista y más valiente que yo, pero terminé de confirmarlo al ver la expresión de su rostro iluminado por la luz de la televisión mientras el telediario daba la noticia.

No habían llegado en inmensas naves posicionándose sobre las grandes capitales del mundo y destruyendo nuestros más emblemáticos monumentos como inequívoca declaración de guerra. No eran ellos dados a seguir guiones de cine. Tan bien les salió su plan que ni siquiera eran los protagonistas del reportaje, la atención recaía en las actuaciones del único país al que habían asaltado de una forma tan disimulada que el resto del mundo no sabía si realmente era un ataque o simple propaganda de un lugar que quedaba demasiado lejos en el mapa. Esa fue su primera victoria, parecer inofensivos y pillarnos desprevenidos. Para cuando quisimos darnos cuenta ya estaban entre nosotros silenciosos e invisibles.

Por supuesto no se conformaron con un solo país, fueron extendiéndose por los continentes mientras las naciones hacían oídos sordos a las advertencias de los que ya los teníamos encima. Y aunque les gustaba dejarse llevar por la brisa, posarse sobre nuestros monumentos, pisar nuestras calles, y correr por nuestras carreteras; su preferencia estaba en los objetos triviales y cotidianos: una mesa, un bolígrafo, la superficie brillante de un móvil, una cartera y su contenido, unas llaves, el pasamanos de la escalera mecánica, la barra donde todos nos sujetamos en el transporte público… Allí campaban a sus anchas pero con la cautela de dejarlo todo perfecto, como si no lo hubieran tocado. Las fiestas les divertían mucho, entraban camuflados y se regocijaban en saltar entre las multitudes, también se colaban en nuestros estadios deportivos, nuestras salas de conciertos, nuestros cines… cuantos más terrestres reunidos mejor podían llevar a cabo su plan, porque en realidad no venían a atacar la Tierra, en realidad venían a por nosotros.

El planeta siguió girando pero nuestro mundo se detuvo. Los hospitales se llenaron y la cifra de caídos aumentaba cada día.  Nuestras costumbres se abolieron y nuestras calles se quedaron vacías. Ningún director hubiera tenido que recurrir a efectos digitales para mostrar una gran urbe desierta como escenario apocalíptico, lástima que ya no se rodaban películas…

El ejército y las fuerzas de seguridad vigilaban constantemente. Los telediarios tenían un único tema y en el resto de la programación, entre reposiciones de series y concursos, se nos lanzaba reiteradamente el mismo mensaje: quédate en casa. 

A día de hoy sigo obedientemente esa consigna. Tampoco tengo donde ir porque perdí mi fabuloso y prometedor empleo cuando los alienígenas agazapados en todos los rincones nos obligaron a “cerrar el mundo”. Sin embargo, el que, hasta unas semanas antes, era el poco ambicioso, mal pagado y precario empleo de Esperanza, se ha convertido en actividad esencial. El “quédate en casa” no va con ella, no es médico, no es soldado, pero pertenece al grupo de personas que hoy sostienen uno de los pocos reductos de normalidad que nos quedan.

La veo marchar cada día hacia el trabajo, sin armas con las que enfrentarse al enemigo. Muy a su pesar, sin intenciones de ser una heroína, disimulando su miedo, baja las escaleras y yo, desde la seguridad de mi hogar, la sigo mentalmente porque no puedo acompañarla. Pasa por la calle desierta y por un pequeño supermercado que abre media hora más tarde, llega a la parada de un metro fantasma y desciende las escaleras sin atreverse a tocar nada. Estoy seguro de que mira hacia todas partes, cautelosa, atenta, para no cometer ningún error que pudiera resultar fatal. Sospecha de todo y de todos pero tiene que seguir adelante hasta llegar a su centro de trabajo donde nadie le agradece su labor, ni le dedica palabras de aliento. Demasiadas personas alrededor. Se lava las manos, le duelen ya de tanto lavarlas, desinfecta su lugar y aguanta como puede hasta la hora de la salida. Creo que hay momentos del día en que los dos recordamos la película La invasión de los ultracuerpos y nos preguntamos si alguno de los compañeros habrá caído ya en las garras de los extraterrestres. 

Hago la comida, he aprendido varias recetas en solo un mes. Luego hablo por videoconferencia con mi familia que me pregunta cómo estamos. Yo estoy bien, y ruego porque Esperanza no me llame desde urgencias porque haya caído en este combate silencioso e invisible y que ninguno de esos diminutos seres de otro mundo haya conseguido rozarla.

Cuando se acerca la hora ya he limpiado todo y he preparado sus cosas: una bolsa de plástico para guardar los zapatos sucios y dejarlos fuera, las zapatillas cerca de la puerta, la ropa limpia y la toalla en el cuarto de baño. Miro el reloj impacientemente y suplico que llegue sana y salva. Cinco minutos más me desesperan.

Hoy regresa con dos bolsas del supermercado llenas de alimentos. La casa huele a lejía y ella me sonríe. Se desnuda para poner la ropa directamente en la lavadora. Mientras se ducha, yo limpio los paquetes que ha traído y los guardo. Vuelvo a fregar la entrada y desinfecto los pomos de las puertas.

Nos sentamos cada uno en una esquina del sofá y nos miramos. ¿Cuánto tiempo hace que no nos abrazamos? ¿Cómo puede mantenerse intacto el amor y quedar prohibido los besos enamorados por capricho de esos pequeños seres? ¿Tendremos valor de desafiarlos? ¿Nos arriesgaremos de una forma tan temeraria?

Intento tomarla de la mano, pero ella la aparta rápidamente.

-¿Qué haces?- pregunta asustada – Todos los días me pregunto si será hoy cuando regresaré a casa con una herida invisible que no se manifestará hasta dentro de unos días… Tengo que mantenerte a salvo.

Las lágrimas en sus ojos no consiguen apagar la luz que ilumina mi mundo. De repente no tengo miedo de tocarla, ni me pregunto si ha regresado intacta. La abrazo y ella se aferra a mí, ocultando la cara en mi pecho.

-Mi amor…- murmuro acariciando su cabello húmedo – Yo nunca seré un Jedi, pero tú siempre serás mi teniente Ripley.

Esperanza levanta la mirada y se ríe por primera vez en semanas.

pxhere.com
pxhere.com. Dominio Público.

Grupo de Whatsapp

$
0
0


Manu
¡Nunca lo hubiésemos imaginado! Tan bonito y tan esperado. ¡Incluso le hicimos una fiesta de bienvenida! Pusimos un gran cartel con la fecha escrita con números dorados, lo llenamos todo de globos y confeti, preparamos una cena especial y la regamos con vino y cava. ¡Hasta le dimos un día más gratis! ¡Desagradecido! ¡Desgraciado! Pero ¿qué podíamos hacer? Era imposible anular su llegada. No sabíamos la que nos esperaba con cada campanada del año nuevo…

Salvador
Quizá fuimos demasiado confiados, debimos estar más atentos. Estaba demasiado lejos, pero debimos habernos aplicado eso de “cuando las barbas del vecino veas cortar…”

Gutiérrez
¡Ya estamos con las frases a medio terminar! ¡Así no hay quien se entere! ¡Hablad claro! Alguien nos advirtió algo, lo dejó caer, con medias palabras, en sentido ambiguo, suelta la primera parte del refrán y deja el resto en suspenso porque piensa que sabemos cómo continúa… “Año bisiesto…” Y tampoco nos podíamos dejar guiar por supercherías… Esas cosas nos las dijeron antes refiriéndose a otros y muchas veces no se cumplieron. Yo ya no veo ni las noticias, estoy harto del tema.

Arturo
Recomendaban no viajar y yo ya tenía las vacaciones compradas desde hacía meses. Llamé a la agencia tres veces y me dijeron que no pasaba nada, que no anulara porque el seguro no cubre el miedo y perdería el dinero. Primero pretendían dejarme sin viaje y después sin carnavales, sin fallas (siempre voy a Valencia en esas fechas), sin Semana Santa y sin feria (llevo 10 años sin faltar a la feria de abril). Y para rematar el deporte… ¿cuándo se ha visto que se interrumpan las ligas deportivas? ¡Eso no me entraba en la cabeza!

Ramiro (Hotel Mar Azul)
Me enfadaba cada vez que los oía decir cifras por televisión ¡Cuánto más hablaban menos reservas tenía mi hotel! ¿Cerrar también el restaurante y el bar de copas? ¿Qué iba a hacer con la comida que había encargado para todas las fiestas que se avecinaban en el calendario? Pero llegó por más que lo negáramos. Tuve que cerrar de verdad. Espero que para agosto esto esté arreglado y pueda reabrir todos mis negocios, vengan los turistas y pueda salvar el año porque si no esto me trae la ruina ¡La ruina!


Gonzalo
Estáis todos muy estresados y enfadados. Hay que tomárselo con calma. Esto pasará. Lo mejor es el yoga. A mí me sienta de maravilla tumbarme en el jardín de casa y tomar un ratito el sol mientras leo. ¡Hasta he aprovechado para instalar la barbacoa que compré el año pasado! Cuando volvamos a la normalidad organizaré una fiesta.

Pilar
¡Hasta para el confinamiento hay clases! @Gonzalo para ti es muy fácil hablar desde tu chalet con jardín. Querría yo verte en mi piso de 70 metros cuadrados con mi marido viendo partidos del mundial del 82 y mis dos hijos peleándose constantemente.

Roberto
@Pilar, hija… Que las cosas de internet son gratis… ¡pues no hay actividades ahora para evadirte! Yo tengo la suerte de que me encanta estar en casa y ahora tengo tiempo para todo. Dicen los psicólogos que lo mejor es hacer un horario. Así que mi agenda está más llena que nunca: a las 10:00h clase de gimnasia por streaming. Repaso de limpieza por la casa y ducha. A las 12:00h comidita con un cocinero que ha colgado sus videos en youtube. ¡Me salen de maravilla sus recetas! Aunque a este ritmo voy a salir rodando. A las 15:00 veo las noticias. A las 16:00 una buena siesta en la terraza. A las 17:00h hago videollamada con amigos o familia. Luego tiempo para ir a la compra o lo que necesite ese día. A las 19:00 conferencia o encuentro por Instagram con personajes que admiro, a veces hay hasta dos charlas a la misma hora y no sé dónde acudir. A las 20:00h aplauso a los sanitarios y después cantar todos los vecinos el Resistiré.  Algunas noches se organizan festivales de música por Instagram. Luego ceno, leo, veo alguna peli o hago maratón de series y me voy a la cama.

Lali
Estoy contigo @Pilar. Cuando suspendieron las clases, pensé en la lata que me darían los niños todo el día correteando por casa y yo, que siempre los castigaba sin Play, rogaba porque se engancharan a algún juego y me dejaran tranquila. No puedo más con las tareas del hogar, los deberes de mis hijos y el teletrabajo.

Antonio
Yo creí que habían adelantado las vacaciones. Con los niños sin colegio y mi jefe prometiéndome el teletrabajo, cogí a la familia, los subí al coche y nos fuimos al pueblo de los abuelos que allí tenemos una casa vacía que no visitábamos desde que murieron los yayos. Pero ahora resulta que aquí no hay fibra óptica. Me he quedado sin trabajo y atrapado en este pueblo de 50 habitantes todos mayores de 70 años.

Adrián
Las piezas empezaron a no llegar a la fábrica, tenían que venir de la zona que habían cerrado en China y vimos peligrar nuestro trabajo, con razón. Ahora estoy arreglando los papeles del desempleo. Va a haber una gran crisis económica con millones de parados…

Aurora
Al menos hay algo positivo: con todos encerrados en casa, sin coches, sin aviones, el planeta se está descontaminando, la Tierra respira, se revierte el cambio climático, los animales vuelven a tomar el territorio que los humanos le habíamos robado…
Pepe
¡No te jode la ecologista! Yo paso del cambio climático, de internet (bastante tuve con el curso) y de cantar el Resistiré… Resistiréis vosotros, porque yo no aguanto más encerrado en casa. ¡Menudo aburrimiento! ¡Pero si en la tele ya solo dan noticias y programas repetidos! No creo que tengan derecho a dejarnos confinados. Yo ya tengo mi táctica. Voy a la panadería todos los días, saco al perro cinco veces, tiro la basura, al rato voy al supermercado por una cosa, pero no está la marca que a mí me gusta, así que al poco vuelvo a ver si al transportista le ha dado la gana de llegar ya con el pedido. La cajera me mira mal, pero ese es su trabajo, su obligación… A ver si un día le voy a dar un susto tosiéndole en la cara de mala leche que me pone a la quinta vez que vuelvo. Ya sé lo que me vais a decir, que como me pillen me pondrán una multa…

María
@Pepe te olvidas de que yo soy cajera de supermercado y estoy hasta la coronilla de los listos como tú. El año pasado nos veíamos en la calle cuando instalaron cuatro cajas de autoservicio y ahora nos declaran servicios esenciales. Quizá hubiese sido mejor que me despidieran así estaría en casa y no expuesta al peligro. Todo el día atendiendo a cientos de personas, muchas sin mascarilla, pasando los alimentos y el dinero que han tocado, viéndolos no respetar la distancia, ir a por un solo producto con la excusa de salir. Seguimos mal miradas y mal pagadas. Llego a casa por la noche y ni un abrazo puedo darle a mis hijos por miedo a haber pillado algo. Pongo la ropa a lavar, me ducho, me siento a ver un momento la tele y siempre el dichoso mensaje “quédate en casa” ¡qué más quisiera yo que quedarme en casa! Eso comento siempre con el pobre guardia de seguridad del hipermercado y con el policía que ya ha multado a más de uno en la puerta. Siempre hablándonos a gritos desde la distancia por respetar las normas, pero, sobre todo por miedo. Ayer vino el ejército a desinfectar la estación de autobuses cercana y a mí me dio la impresión de que ellos también lo están pasando mal.

Dolores
Mi marido es camionero. Hace una semana que no lo veo. Tiene rutas que no le avisan con anterioridad, se encuentran las estaciones de servicio cerradas, no tiene un lugar donde comer caliente, donde dormir, donde ducharse. Vive en condiciones infrahumanas. Mi hijo es mensajero, tiene que llevar hasta las casas las más variopintas mercancías. Me cuenta que algunas son importantes, pero muchas son para ninis que compran ropa y zapatos por internet, haciéndole siempre las quejas de que las tiendas están cerradas y que ir de compras por la web no es tan divertido. Además en muchas puertas se encuentra un dibujito de un arcoíris con “Todo saldrá bien. Quédate en casa”. A la pequeña no le han puesto teletrabajo y tiene que ir todos los días en el autobús con más gente, sin mascarilla y sin guantes porque están agotados. El conductor los mira con miedo desde el cartel de “no pasar” que le han puesto. Cuando llega a su oficina son tantos compañeros que no pueden guardar las distancias y tiembla cada vez que escucha alguno toser.  Ellos salen al peligro todos los días. Esto ha venido a robarnos la paz, la rutina, la salud…

Alicia
Me di cuenta de que esto iba en serio cuando cerraron todos los monumentos y vi por la tele desinfectar las pirámides de Egipto. Acabo de llegar de hacerle la compra a mi vecina, es una mujer muy mayor que vive sola. Le he hablado a través de la puerta y le he dicho que le dejaba las bolsas sobre su felpudo y que lo desinfecte todo. Dicen que a los jóvenes no nos pasa nada, pero tengo a un conocido ingresado en el hospital y solo tiene 30 años. Por suerte hace casi un mes que no lo veo, por lo que creo que no me habré contagiado. Pero yo, por si acaso, no me acerco a mi vecina, no quiero pegarle nada.

Catalina
No, no te acerques, Alicia. Haces bien. Como farmacéutica te digo que antes yo charlaba con la gente, les daba consejos gustosamente y hasta cotilleábamos un poquito. Pero ahora me retiro. He puesto una doble mesa y un cordón para que no se acerquen, igual que ha hecho la panadera. Estamos muy tristes porque hemos perdido a varios abuelillos del barrio.

Rafa
Aunque esta situación nos parezca nueva. Esto ha pasado varias veces. Es como un fantasma que reaparece a lo largo de la historia, en diferentes épocas, con diferentes nombres, invisible y silencioso. Siempre nos sorprende desprevenidos. Nosotros solo lo conocíamos de oídas, nunca nos habíamos topado con él. La última pandemia parecida fue la mal llamada gripe española de 1918. Le pusieron ese nombre porque la prensa española era la única que daba noticias sobre ella. El resto de países, inmersos en la I Guerra Mundial, no decían nada para no desmoralizar a los soldados. Duró dos años y murieron más de 50 millones de personas en todo el mundo. Esta historia no ocupaba ningún espacio en nuestros pensamientos, porque eso no nos podía pasar a nosotros que estábamos tan cómodos en nuestra rutina, con nuestra tecnología, yendo a cenar, de copas con los amigos, al cine, a los conciertos, al fútbol y a fiestas multitudinarias. Nadie nos podía robar nuestras tradiciones, nuestros viajes por el mundo. Habíamos llegado al futuro que ni se atrevían a soñar en las películas de ciencia ficción antiguas. Estábamos convencidos de que nada nos lo podía arrebatar. Dicen que esto pasará, que seremos mejores personas y que volveremos a tener la vida de antes. Pero yo, sinceramente, no lo creo. Va a transcurrir tiempo para que podamos volver a juntarnos miles de personas en una feria o un estadio de fútbol…

Pepe
¡No jodas, Rafa! ¿Dos años? ¡Tú alucinas! ¡No nos des más lecciones! Mira, yo voy a volver a pasear al perro y que me dé el fresco por el camino… No te aguanto… @Pilar, @Lali, @María cuando queráis os paseo a los niños, que ahora han dado permiso…

https://www.publicdomainpictures.net/es/view-image.php?image=291943&picture=gente-chateando
Dominio público.
Publicdomainpictures.net
María
¡Sí, hombre! ¡Vas listo si te crees que voy a dejarte pasear a mis hijos como si fueran perros!


Álvaro
Chicos, me encuentro mal, llevo dos días con fiebre. He llamado al teléfono que anuncian en la tele y solo me han dicho que me vigile la temperatura, tome paracetamol y que me aísle en mi habitación sin salir. ¿Aislarme en mi habitación? Solo tenemos un baño en la casa… ¿Y si tengo eso? ¿Qué hago para no contagiar a mi familia? @Carmen ¿Estás por ahí? Eres enfermera ¿verdad?

Carmen
Sí, @Álvaro. Acabo de llegar a casa. Si quieres llámeme y te doy algunas recomendaciones, pero lo principal es que tienes que limpiar con lejía el baño cada vez que lo uses. Habla con tu familia por el móvil, no salgas del cuarto. Y llama a tu centro de salud para una consulta telefónica con tu médico. Si te pones peor tendrás que ir a urgencias. Espero que no, deseo que sean solo síntomas leves. Yo estoy muy triste y desesperada. Todos los sanitarios nos dejamos la piel para poder salvar a las personas. No os voy a contar lo que veo cada día en el hospital porque no puedo más. Acabo de hacer doble turno y estoy rendida. Me ducho y me voy a la cama en un ratito.

Roberto
¡Qué te mejores @Álvaro! @Carmen no te vayas a dormir todavía. Son casi las ocho, la hora de los aplausos. Son para ti y tus compañeros. ¡Vamos todos a aplaudir!



El Ministerio del Tiempo

$
0
0
El Ministerio del Tiempo es más que una serie. Con su nacimiento las producciones españolas se atrevieron con los viajes en el tiempo. Una apuesta arriesgada, pero acertada.

En el sorprendente primer capítulo nos encontramos en un magnífico claustro embutido en un edificio ruinoso y vemos a Julián, un enfermero del Samur, bajar unas interminables escaleras, ya icónicas, con Salvador Martí, subsecretario del departamento de gobierno más secreto del mundo, que dispuesto a reclutarlo, le muestra que España tiene un Ministerio del Tiempo. No, no tenemos máquina del tiempo como se burla Julián en una de las primeras escenas. Tenemos puertas del tiempo y para que le crea le abre la que conduce a la Segovia donde aún se está construyendo el famoso acueducto romano. Y junto a Julián, reclutan también a Amelia, una de las primeras universitarias españolas, trayéndola directamente del siglo XIX y a Alonso de Entrerríos, soldado de los Tercios de Flandes. Los tres forman una patrulla y el choque cultural es atrayente y divertido. En las siguientes temporadas se incorporan más patrulleros como Pacino, Lola y otros funcionarios se unen a las misiones como Velázquez, Irene, Ernesto, Angustias y el mismo Salvador. El tiempo es el que es y el Ministerio está para que no se cambie la Historia, aunque a más de uno le resulte imposible no intentar hacerlo.

https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=693487
Los protagonistas de El Ministerio del Tiempo en el claustro medieval.
Derechos de TVE y filmaffinity.

Desde el primer episodio empiezan a desfilar por nuestras pantallas personajes históricos y en el segundo, Lope de Vega se convierte en trending topic en Twitter. Tras cada capítulo se disparan las búsquedas en Google de los personajes y los acontecimientos históricos que presenta la serie, algunos muy famosos y otros menos conocidos. Los capítulos generan artículos en la prensa al día siguiente de su emisión. La serie se recomienda en centros educativos.

Reconocemos guiños al cine, a la música, a la historia y a la literatura. Mezcla de géneros y de épocas. Escuchamos frases divertidas, reflexionamos sobre cómo España trata  a sus genios, fantaseamos con qué le diría Velázquez a Goya o a Picasso y, a veces, nos enfadamos ante las injusticias que la patrulla no puede corregir porque la Historia no debe cambiarse.

Atención spoilers

Podemos sorprendernos con un Cid muy diferente al que conocemos; estremecernos cuando las Leyendas de Bécquer se transforman en realidad; emocionarnos con Julián intentado evitar, una y otra vez, la muerte de su esposa; o reír a carcajadas cuando un investigador de lo paranormal argentino encuentra las puertas del tiempo y se convierte en el descubridor de América.

https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Gaspar
El Anacronópete.
Primera Edición.
Un día acompañamos a Hitchcock o a Einstein en su viaje a España y otro visitamos la residencia de estudiantes donde vivían Lorca, Dalí y Buñuel.  Nos llevan a batallas en diferentes siglos, presenciamos las vicisitudes de los últimos de Filipinas, vemos cambiar el mundo con un Felipe II como rey eterno que da discursos por televisión, asistimos al estreno de La Verbena de la Paloma, buscamos el recibo de El Guernica o vemos como desaparecen las Meninasdelante del mismísimo Velázquez en su sala del Museo del Prado. Conocemos a genios tan famosos como Cervantes o  tan desconocidos como Emilio Herrera. Y de repente, nos topamos con el anacronópete, una máquina del tiempo surgida de las páginas de la novela del español Enrique Gaspar y Rimbau en 1887, una década antes que H.G. Wells publicara la suya, y que pasa del papel a la realidad de nuestros personajes para dar un giro de guion inesperado. Al día siguiente, internet echa humo ante la avalancha de búsquedas de la novela El Anacronópete. La web de la Biblioteca Nacional la ofrece en formato e-book, mientras una pequeña editorial que disponía del libro recibe un aluvión de peticiones.

La serie cuenta con una legión de seguidores que se autodenominan ministéricos, ven el capítulo en directo y lo vuelven a ver en streaming para no perderse ni un detalle en RTVE a la carta, en Netflix o HBO y lo comentan en las redes. Hay libros, comics, y numeroso contenido transmedia: entrevistas, experiencia de realidad virtual, podcast, webserie, guiones de los capítulos, app, tienda, certificados de ministéricos, tonos de llamadas para el móvil, precuela entre la tercera y cuarta temporada… (la mayoría en la estupenda web de El Ministerio del Tiempoen RTVE).

Portugal se hace eco del éxito de la serie, compra los derechos y cuenta pronto con su propio Ministério do Tempo. Estados Unidos crea Timeless, tras lo que se enfrenta a una acusación por plagio.

Uno de los carteles promocionales de El Ministerio del Tiempo.
Derechos de TVE y filmaffinity.

Pero todas las temporadas se repite el mismo dilema ¿renovará TVE nuestra serie favorita? ¿Volveremos a ver a nuestros funcionarios preferidos salvar la Historia mientras tienen que enfrentarse a sus dramas personales? Los ministéricos recogen firmas, inundan las redes con peticiones de continuidad, pero la respuesta se hace siempre esperar hasta el punto de llegar a pasar varios años entre una y otra temporada y tener que cambiar los guiones para poder prescindir de algunos actores ya comprometidos en otros proyectos.

Acabada la cuarta temporada, nos volvemos a encontrar en la misma tesitura, aunque TVE lo ha publicitado como último capítulo de la temporada. Una serie de gran repercusión, con numerosos galardones en su haber, con guiones perfectamente documentados, hilados y llenos de imaginación, con una producción y dirección muy cuidadas y unos magníficos intérpretes, tiene que esperar para saber si este ha sido su último capítulo o tendrá una quinta temporada. Por suerte, no ocurre como en otras series, que se quedan sin final. Para ello, Javier Olivares, uno de sus creadores, se preocupa de poner el broche de oro en el último episodio de la temporada, por si realmente fuera el fin de la serie. Él mismo lo ha dicho, la serie empieza y termina con Julián, el círculo se cierra. Pero también nos ha advertido que hay puertas que se han cerrado pero se pueden volver a abrir.

Ha sido un final redondo, sin cabos sueltos, que nos ha llevado de sorpresa en sorpresa y que sería difícil de retomar si TVE decidiese renovarla, pero los ministéricosseguimos pidiendo la quinta temporada…

Crónicas de la Pandemia

$
0
0

Crónicas de la Pandemia es un libro muy especial, con fines benéficos, que ha reunido una antología de 30 relatos sobre este tiempo extraño que nos ha tocado vivir. Bajo la ficción que recorre sus páginas se esconden situaciones reales, circunstancias personales y, sobre todo, sentimientos universales con los que el lector se sentirá identificado fácilmente.

"Crónicas de la Pandemia" VV.AA.
Tinta Púrpura Ediciones (2020).
La vida cotidiana se vio interrumpida por un virus que detuvo el mundo, aunque el planeta siguiera girando. Nos confinamos y las calles se quedaron vacías. En aquel silencio, tuvimos tiempo de reflexionar: podíamos parar o podíamos hacer algo. Muchas personas decidieron ayudar, empatizar y actuar. Cada uno a su manera y siguiendo diferentes iniciativas.

Así descubrí el proyecto de la Cuarentena de la Escritura, un lugar online donde encontrarnos y donde escritores de todo el mundo podían participar, algunos saliendo del bloqueo en el que les había sumido las desalentadoras noticias y otros desarrollando aún más su creatividad. Cada martes se nos planteaba un tema sobre el que escribir y todos ellos, finalmente, vertebraron la base de un libro que verá la luz para recaudar fondos destinados a la donación de alimentos y ayuda a los jóvenes en riesgo de exclusión social.

La obra estará disponible por tiempo limitado, ya que se trata de una edición especial, y ha de ser reservada con antelación. Una vez transcurrido el plazo dejará de estar en catálogo. Puedes adquirirla en este enlace y ayudar a la ONG Un Inicio:


Las cuestiones sobre las que hablamos en Crónicas de la Pandemia (Tinta PúrpuraEdiciones, 2020) son: los héroes a los que aplaudimos, cuando acabe el confinamiento, de gente buena, a quién echas de menos, diversidad funcional, buen comportamiento y si todo vuelve. Temas de plena actualidad y que no son ajenos a nadie.


Creo que todos los lectores se sentirán identificados con lo que se cuenta en Crónicas de la Pandemia, porque todos hemos salido a los balcones a aplaudir, quizá a una persona concreta que conocemos y de quien nos sentimos orgullosos; todos hemos pensado en las buenas personas que han echado una mano en los peores momentos; nos hemos topado con gente que ha tenido comportamientos admirables y conmovedores; hemos echado de menos a alguien a quien veíamos a menudo y nos hemos tenido que conformar con hablar a través de una pantalla o solo oír su voz al otro lado del teléfono; nos hemos encontrado escenas de personas con diversidad funcional que no podían interrumpir su rutina y fueron tratadas de forma injusta; hemos fantaseado con qué haríamos cuando pudiéramos volver a salir libremente y nos hemos planteado qué ocurrirá si todo vuelve a repetirse…

En esta recopilación encontraremos historias positivas, conmovedoras, compasivas, esperanzadoras, emotivas y tristes que  llevarán al lector a reflexionar sobre lo vivido, sobre sí mismo, sobre todo lo que nos une a los demás y lo mucho que nos necesitamos para crear un mundo mejor. En sus páginas se esconde el eco de los aplausos en los balcones, de las palabras de ánimo, de los recuerdos, de las reflexiones y la imagen de las flores mezcladas con el olor a galletas de canela…

Pincha aquí para ver el trailer.




El reencuentro con el Museo del Prado.

$
0
0

Las puertas del Museo del Prado se han abierto de nuevo para alegría de los amantes del arte.

El 19 de noviembre de 2019 se cumplieron los 200 años de la inauguración de la más importante pinacoteca, como ya contamos aquí, y se puso fin a un año de festejosque había comenzado con tres jornadas de puertas abiertas. Entonces no imaginábamos que, poco después, esas mismas puertas quedarían cerradas durante tres meses, como ha sucedido con tantos museos alrededor del mundo.

Ahora el Prado está abierto otra vez y lo ha hecho con una exposición temporal que tiene un nombre muy significativo: Reencuentro.Reencuentro con nuestra emblemática pinacoteca, pero también con una museografía muy parecida a la que tenía en el siglo XIX. Es una apuesta arriesgada que puede despertar en el visitante asiduo del siglo XXI sentimientos de desconcierto cuando cruza la entrada por la puerta de Goya, de extrañeza en la Galería Central, de tristeza cuando ve salas cerradas, de emoción ante sus obras predilectas y de comprensión cuando sale por la puerta de Murillo sabiendo que le han mostrado el Prado como nunca antes lo había visto.

https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Prado
Puerta de Goya. Museo del Prado.
Wikipedia.

Estábamos acostumbrados a un museo que nos ofrecía más de 1300 pinturas ordenadas por escuelas nacionales y concentradas en un buen número de salas en diferentes pisos. Pero el espacio expositivo se ha visto reducido a 1/3, así que para esta exposición histórica se han tenido que escoger las 250 obras más representativas y se han vertebrado en la Galería Central y las salas adyacentes, dispuestas de forma cronológica, con un discurso diferente al acostumbrado. Por primera vez las escuelas pictóricas se enfrentan, saltándose el tiempo y el espacio. Los artistas se reflejan en los pintores de los que aprendieron, a los que admiraron y el público puede ver el mismo tema en sus cuadros reunidos uno junto al otro.

Al espectador puede parecerle que nada está en su lugar y lo que está, como el grupo escultórico del Emperador Carlos V, ha cambiado, ya que ahora se exhibe desprovisto de su armadura, desnudo como un héroe helenístico.

Al llegar a la antesala el visitante se sorprende contemplando La Anunciación de Fra Angelico y El Descendimiento de Van der Weyden juntos y al ir avanzando descubre a los magníficos Adán y Eva de Durero dándole la bienvenida a la Galería Central donde la mirada se pierde entre las más representativas obras maestras de la colección.

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Museo_del_Prado_(Madrid)_15.jpg
Vista de la Galería Central a principios del siglo XXI. Museo del Prado.
Fuente Flickr.  Autor: losmininos.

Los amantes de Velázquez buscarán en sus siete salas de costumbre, para descubrir que sus cuadros han quedado concentrados en la Sala Basilical y las dos laterales. Allí, en el mismo espacio, podemos contemplar Las Meninas, Las Hilanderasy Los Borrachos acompañados de bufones y retratos. Toda la evolución del estilo de Velázquez de un solo vistazo como una emocionante sorpresa que para muchos será el verdadero núcleo de la exposición.

Este recorrido por sus 19 salas narra una historia nueva con las viejas obras que conduce al reencuentro del visitante con su añorado museo.

Pincha en la foto para ver el timelapse del montaje de la exposición Reencuentro.
Propiedad de Museo del Prado. Fuente: Youtube.
La exposición Reencuentro podrá visitarse hasta el 13 de septiembre de 2020.



El arte de contar historias: de las cavernas a Netflix

$
0
0

El contar historias es algo innato en la humanidad. Ya se hacía en las cavernas y se sigue haciendo hoy en día. Durante milenios fue el relato oral, después ideamos la escritura y nuestras narraciones, reales o ficticias, se convirtieron en teatro. Con la imprenta el mundo se llenó de libros. Pero siempre fue por nuestra necesidad y nuestro deseo de contar y de que nos cuenten. Hay cosas que no cambian.

El buscar respuestas a nuestras preguntas, el tratar de averiguar el porqué de las cosas y el crear inventos y artilugios también es algo inherente a nuestra especie. Y si combinamos ambas cosas, la narración con los artilugios, nos encontramos que algo tan maravilloso como el cine tenía que llegar para quedarse, aunque sus propios inventores, los hermanos Lumiére, pensaran que solo se trataba de una moda pasajera. Algo parecido ocurrió cuando se anunció que se iban a rodar películas sonoras. Muchos creyeron que sería un fracaso o, simplemente, una novedad de la que el público se cansaría pronto. Pero el éxito de El cantor de Jazz (1927) fue el principio del fin del cine mudo.  La gente quería películas habladas y la radio pisaba fuerte con la emisión de sus programas de noticias, música y entretenimiento. Poco tiempo después, la televisión empezó a causar furor. En 1937 fue un completo éxito en la Exposición Universal de París y la mayoría de los países comenzaron entonces sus retransmisiones, que se reanudaron tras la interrupción sufrida por la Segunda Guerra Mundial.

Sala de cine.
Jorge Simonet.  Wikipedia.

Fueron muchos los que creyeron que la televisión reemplazaría a la radio y que los locutores y cantantes de más éxito radiofónico vivirían un declive similar al de algunas de las glorias del cine mudo. Todos recordamos lo que nos decían The Buggles en su Video killed the radio star (1979). Incluso hemos sido testigos de cómo se creaban grupos musicales que eran solamente fachada, ya que cantaban otras personas.

También se pensó que la televisión sustituiría al cine, pero se equivocaban, ya que la gente seguía prefiriendo ver las películas en la gran pantalla. Entonces nadie lo sabía, pero quien estuvo cerca de eclipsar a las salas de cine fue el videoclub. Su reinado duró varias décadas y durante ese tiempo vimos cómo cerraban salas de cines en todas las ciudades. En 2004 había más de 7.000 videoclubs en España, pero vieron peligrar su negocio cuando el más internacional y famoso, todo un referente que incluso creó un término, Blockbuster, se retiró del mercado español en 2006. En 2019 tan solo sobrevivían 300 videoclubs en todo el país. Se puede decir que internet le ganó la partida al videoclub, o más bien, fue la piratería la que lo consiguió y el surgimiento de un nuevo modelo de ver cine: las plataformas digitales.

En este momento es la propia industria cinematográfica la que se siente en peligro ante Netflix, HBO o Amazon. Estas plataformas digitales, que han logrado crear un catálogo de series nunca antes visto en televisión y que las grandes estrellas dejen el cine para pasarse a la pequeña pantalla, suponen una amenaza para Hollywood, porque ahora también producen películas. Proyectos rechazados en la Meca del Cine han visto la luz gracias a las plataformas digitales y han sido premiados en los grandes certámenes internacionales. Ahora las películas se crean, producen y estrenan en Netflix directamente.  Esto no quiere decir, por  supuesto, que todo lo que hacen tenga un gran valor artístico, pero ha conseguido que disminuya la afluencia de público en los cines. Tanto es así que el Festival de Cannes estableció la norma en 2018 de que no podrían presentarse a concurso aquellas películas que no se estrenaran en cines y permanecieran en cartel el tiempo mínimo estipulado. Y a Cannes le siguieron el resto de festivales rápidamente.

pxfuel.com Dominio público.

Los tiempos cambian, pero muchas cosas sobreviven. Pensamos que la televisión acabaría con la radio y con el cine, pero no ha sido así. Antes solo podíamos oír un número limitado de emisoras y programas. En estos momentos podemos escuchar cualquier programa radiofónico del mundo cuyas ondas no llegarían hasta aquí, pero están en internet. Algunos cantantes han encontrado su oportunidad al colgar uno de sus temas en las redes y los espectadores ya no tenemos que esperar toda una semana a que llegue el día y la hora de la emisión de nuestra serie favorita porque la encontramos bajo demanda para hacer un maratón cuando nos apetezca.

En estos tiempos que vivimos la tecnología está siendo una gran aliada: nos mantiene comunicados con los nuestros (videollamadas) e informados. Tuvimos que dejar de ir al cine y al teatro, pero continuamos necesitando historias. Aquí han estado los libros, la radio, la televisión, internet y las plataformas digitales para ponernos las cosas más fáciles. Pero, aunque este no sea el mejor momento, la gente ha vuelto al teatro y al cine. Seguimos necesitando contar y oír historias. Simplemente, encontramos más formas para hacerlo.


flickr.com

El mensaje de Pandora, de Javier Sierra

$
0
0

Arys, una muchacha griega que acaba de cumplir 18 años, recibe una larga carta ilustrada de su tía favorita donde rememora el viaje que realizaron la primavera de 2016 por el sur de Francia y el norte de España recorriendo en coche los principales santuarios rupestres,  topándose con la Dansa de la Mort en Verges o revisando el Beato de la catedral de Gerona.

La misiva, escrita a la vieja usanza para no recurrir a medios digitales que pronto quedarán obsoletos, lleva una revelación sorprendente, un mensaje de esperanza y la misión de preservar los conocimientos y transmitirlos a las futuras generaciones.

El mensaje de Pandora. Siempre que un dogma cae, un nuevo mundo nace.

El Mensaje de Pandoraes una obra a caballo entre el ensayo y la novela epistolar que Javier Sierra escribió durante el confinamiento de la pandemia de 2020. La carta es el hilo conductor para recordarnos la historia de algunas pandemias (la peste del siglo XIV, la gripe de 1918 y la COVID-19) y transportarnos por diferentes mitos (la caja de Pandora), filosofías (la anamnesis enunciada por Parménides) y teorías científicas formuladas por Francis Crick (premio Nobel de Medicina en 1962), Fred Hoyle o Wickramasinghe sobre la panspermia dirigida.

La Tierra ha sufrido epidemias desde que la humanidad (por regalo de los dioses o por invención propia) comenzó a cultivar la tierra y a domesticar el ganado. La mayoría de los científicos están de acuerdo en que las enfermedades que nos asolan desde la prehistoria se deben a nuestra estrecha convivencia con los animales y a los virus zoonóticos que saltaron del animal a la persona.

Pero otros también piensan que los 100.000 kilos de polvo estelar que caen sobre la Tierra cada día transportan materia viva que puede infectar nuestro planeta. Así habría surgido la vida saltando de mundo en mundo, pero también la enfermedad caída del cielo.

Ya lo sabían los antiguos que lo incorporaron en sus mitos, muchos de los cuales han perdurado hasta nuestros días como meras fábulas de las que hemos olvidado su verdadero significado. ¿Será casualidad que los meteoritos estén en el relato de la creación de la Tierra en muchas culturas antiguas?

El libro está lleno de metáforas y nada aparece por casualidad, todo tiene su intencionalidad, como las bellas ilustraciones que acompañan al texto o el personaje de Arys, que es la representación de la sociedad que ha alcanzado la mayoría de edad y la destinataria del mensaje de todo el conocimiento acumulado en 10.000 años de historia personalizado en su enigmática tía. Precisamente son su tía y sus transcendentales palabras las protagonistas de la obra.

Arys con su tía y Assumpta en una de las preciosas ilustraciones del interior del libro.

La acompañan otros interesantes personajes como la lúcida anciana Assumpta Rocamora encargada de contarnos el horror de un continente arrasado por la peste pero que resurge con el Renacimiento.

Javier Sierra ha mirado al pasado para explicarnos una realidad muy actual, poniendo en boca de sus personajes frases sabias y rotundas. Es un libro necesario para una época en la que se subestiman la cultura clásica y la historia. En ellas podemos encontrar respuestas y un antídoto contra la ignorancia que evitará que repitamos los mismos errores.

El mensaje es optimista. Varias veces nos hemos enfrentado con los males que contiene la caja de Pandora, pero el deseo de superación y la esperanza nos han ayudado a ganar la partida.

P.D. Estupenda la Nota final del autor con sus recuerdos de infancia.


“Nuestro peor enemigo, queridas, siempre ha sido la ignorancia.” (p. 95)

“Ya nadie hace caso a los viejos. Ni a los libros de historia.” (p. 96)

“-¿Sabes por qué me interesa tanto la historia, Arys? Porque encuentro en ella lecciones para la vida. […] Los jóvenes despreciáis a los mayores porque los veis desde vuestra insolente vitalidad, sucede algo parecido a cuando juzgamos el pasado desde la atalaya del presente: nos equivocamos.”(p. 98)

 “Recuérdalo, por favor: Formamos parte de un Todo que es mayor que la Tierra. Si en lugar de aceptar que ese Todo ejerce una influencia permanente sobre nosotros, nos concentramos en sus parcelas, nunca entenderemos nada.” (p. 144)

“El mito, querida Arys, siempre es una metáfora. […] El mito es, en definitiva, un mensaje codificado pensado para atravesar los siglos y advertirnos de algo esencial.” (p. 169)


Nuevo coronavirus, vieja historia

$
0
0
Nunca he querido dedicar ninguna de las entradas de este blog a enfermedades. Pero en el momento de escribir estas líneas se cumplen seis meses desde que la OMS declaró la pandemia de la COVID-19.

https://pixabay.com/es/la-tierra-mundo-550157/
La Tierra
pixabay.com
Hemos visto muchas películas de catástrofes: el planeta era asolado por meteoritos, terremotos, tsunamis, ataques terroristas, invasiones extraterrestres, cambios climáticos bruscos, intensa actividad solar, desordenes en los campos magnéticos y profecías del fin del mundo. Pero muy pocas películas hablaban de una humanidad diezmada por un peligroso virus. Hasta el año pasado la cinta Contagio (Steven Soderbergh, 2011) estuvo catalogada como ciencia ficción, mientras que ahora aparece como drama o acción.

Pandemias ha habido siempre, los científicos no tenían duda de que vendría otra, lo que no sabían era cuándo y qué enfermedad sería.

He oído a periodistas hablar como si esto no hubiera ocurrido antes y he visto en las redes peticiones de que no volvamos a mencionarlo. Y esto me recuerda que hubo pandemias de las que jamás tuvimos noticias y otras que se han olvidado perdidas en la noche de los tiempos, pero también hay algunas con una especie de “pacto de silencio” implícito y un par acalladas directamente. ¿Por qué se dedican varios temas en el colegio a las dos guerras mundiales y solo una frase a la gripe española? ¿Por qué sabemos más de la peste del siglo XIV que de las pandemias del siglo XX? Si la población las hubiera conocido, quizá todos hubiésemos estado concienciados desde el principio.

La enfermedad fue durante mucho tiempo un castigo divino, algo vergonzoso o algo que se mantenía dentro de la esfera privada y no se divulgaba. Pero, esta vez, nadie se está callando. El coronavirus no solo es tema recurrente en las noticias, también han salido ya multitud de libros sobre ello. No se puede hacer Historia, así en mayúsculas, porque deben pasar muchas décadas para tener perspectiva suficiente, pero si se pueden hacer crónicas, ensayos, novelas…

La COVID-19 apareció en Wuhan (China) a finales del año 2019. Es un virus zoonótico (ha pasado de animal a persona) y un gran desconocido que los científicos están estudiando a marchas forzadas. Se extendió por el planeta rápidamente, ayudado por las relaciones comerciales, el turismo y los aviones que nos permiten viajar al otro extremo del mundo en 12 horas. Pero fue subestimado por los países.  La peste y otras epidemias llegaron por las rutas comerciales, a pie o en barco, sorprendiendo a la población.

Las redes sociales bullen con opiniones de todo tipo, desde los que piensan que esto es una gran catástrofe hasta los que creen en conspiraciones mundiales.  Todo el mundo comenta, los ánimos se crispan y los bulos viajan a la velocidad de la luz. Lo que no saben es que las noticias falsas han acompañado siempre a todas las epidemias: de la peste se decía que la habían inventado en laboratorio los judíos (¿os suena de algo?). Y ¿qué mayor bulo que llamar a la pandemia de gripe de 1918 “gripe española” cuando se originó en Estados Unidos?

La única forma que encontraron la mayoría de los países para disminuir la curva del contagio fue el confinamiento de la población. Hemos estado meses encerrados en casa, viendo la televisión, leyendo o utilizando nuestro móviles para hablar o chatear con nuestra familia y amigos. En 1918 una importante compañía de teléfonos publicitaba que la instalación de su aparato en el domicilio permitiría la comunicación entre familiares y amigos confinados.

No fuimos nosotros los inventores del confinamiento. Se ha utilizado en diversas épocas históricas desde los antiguos sumerios.

Cartel en un supermercado.
Junio de 2020.
En marzo de 2020 se cerraron todos los establecimientos, quedando abiertos solo los servicios esenciales (supermercados, farmacias…) con lo que millones de personas no volvieron a su trabajo hasta acabado el confinamiento. Lo primero que cerraron fueron los colegios y el curso tuvo que terminarse online. En 1918 también cerraron los comercios y las escuelas. Crecieron rápidamente los cursos por correspondencia para adultos, en especial los de enfermería.

Se dejaron de grabar series y películas, mientras que la mayoría de los programas de televisión eran reposiciones. Tom Hanks y Antonio Banderas han sido algunos de los famosos que enfermaron, lograron superar la COVID-19 y hoy están felizmente restablecidos. En 1918 se paralizaron todos los rodajes de Hollywood, pero muchos artistas se contagiaronLa diva del cine mudo Mary Pickford y el jovencito Walt Disney consiguieron curarse de la gripe española.

Tampoco es nada nuevo el desconfinamiento paulatino, la presión por reabrir los establecimientos lo antes posible y la temida crisis económica. El hambre acompañó siempre a las epidemias, muchas personas lograron salvarse de la enfermedad pero murieron de inanición.

Señalización de los 2 metros
de distancia interpersonal y
sentido de la circulación en
una tienda. Junio de 2020.
Tras salir del confinamiento, nos encontramos con ciertos cambios para evitar las aglomeraciones que propician la expansión del virus: aforos limitados en comercios, restaurantes, cines y teatros, dispensadores de geles desinfectantes en todas partes, competiciones deportivas sin público presencial y suspensión de ferias, verbenas, fiestas multitudinarias y procesiones. En los aeropuertos y otros lugares se toma la temperatura y hay empresas que exigen pruebas antes de regresar al trabajo. Sanidad indica que aquel que presente síntomas se quede en casa y llame al teléfono habilitado para el coronavirus…

Las redes sociales están repletas de carteles
 con protocolos de protección frente al
 COVID-19. Este es el de salida y vuelta a casa.
Debemos seguir una serie de pautas sanitarias: lavarnos las manos con frecuencia, quitarnos los zapatos en la entrada de casa, ducharnos y cambiarnos de ropa cuando regresemos a nuestro hogar. Los paseos deben ser en espacios abiertos o bien ventilados, hay que mantener dos metros de distancia con otras personas y se ha pasado de saludarnos con un apretón de manos a chocar los codos, cosa que no tiene mucha aceptación, ni parece muy eficaz. Quizá lo que más echemos de menos al volver a ver a un familiar o buen amigo es darle un abrazo o un beso. Pero ambas cosas entrañan peligro. Tras la peste del siglo XIV se perdió la costumbre romana de saludarse con un beso y no se recuperó hasta varios siglos después.

Las recomendaciones de hoy les hubiesen sido totalmente familiares a las personas que vivieron la pandemia de 1918, porque la mayoría son las que ellos siguieron entonces.

Los ayuntamientos de
España difunden mensajes
sobre el uso obligatorio
de la mascarilla.
 Este es de julio de 2020.
Y añadimos a todo esto el controvertido uso de las mascarillas. En estos momentos es obligatorio en España. Hay quien la lleva en el cuello o en el codo y quien, directamente, se niega a llevarla y se le multa… Si a alguien se le está ocurriendo fundar la liga anti-mascarillas, avisarle que llega un siglo tarde porque eso ¡ya lo inventaron en 1918! Aseguraban entonces que las noticias sobre la fiebre española eran exageradas, que la mascarilla no servía para nada y que iba en contra de los derechos y la libertad de los ciudadanos. ¿Habéis oído los mismos argumentos recientemente? Llegaron a reunirse 5.000 personas para pedir la abolición de la mascarilla, incluidos algunos médicos, pero está siguió siendo obligatoria hasta que remitió el contagio. Hoy la multa por no llevarla son 100 euros. El siglo pasado eran 5 dólares que se donaban a la Cruz Roja… y resistirse te conducía directo a la cárcel.

Pero las multas no disuaden a muchos de la desobediencia, ni las advertencias sanitarias impiden que se formen grandes aglomeraciones en celebraciones, fiestas clandestinas y manifestaciones. La creencia de que la peste era el fin del mundo llevó a muchos a lanzarse a los placeres de la carne, mientras otros hacían procesiones rogativas por la salvación y así aumentó el contagio en el siglo XIV. La disminución del número de víctimas a principios del verano de 1918, relajó las costumbres de la gente, que volvió a llenar las calles y las salas de fiestas propiciando la llegada de la segunda ola en agosto, aún más grave que la primera.

Hay muchas personas que creen que una catástrofe saca lo mejor de cada uno y los actos solidarios se convierten en una unión de todos, como si fuéramos una colmena luchando por salir adelante. Sin embargo, también puede sacar el egoísmo y la peor cara del ser humano. Actuar cada cual por su cuenta ante un virus contagioso solo conlleva alargar la situación.

Sabemos que superada la catástrofe, la mayoría de las veces, cada cual ha seguido a lo suyo. Pero la historia conoce varias pandemias en las que la humanidad salió fortalecida y consiguió progresar.

El coronavirus no es tan virulento como las epidemias que vivieron nuestros antepasados, pero aún no sabemos cuánto durará, cómo saldremos de ella y el saldo de víctimas que dejará. Podemos seguir perdiéndonos en discusiones políticas y económicas que abren un abismo, especulando sobre un plan perverso o evadiéndonos con el alcohol en las fiestas clandestinas… o podemos ser prudentes, solidarios, asertivos y unirnos para intentar salir con bien de esta lo antes posible.

Historia de las pandemias: de la antigüedad al siglo XVIII.

$
0
0

Siempre hemos creído que los acontecimientos que configuran el mundo son consecuencia de la política, las guerras, la economía, los descubrimientos… pero nunca nos hemos parado a pensar que las epidemias también han influido en la historia, a veces, de forma más decisiva que cualquier guerra…

No vamos hablar aquí de síntomas, ni de cuadros clínicos, sino de historia de algunas de ellas. No están todas las que son, pero sí son todas las que están…

Clío, musa de la
Historia. Wikipedia.
Dominio público.
Desde que el ser humano comenzara con la actividad ganadera hace unos 10.000 años, los virus zoonóticos han amenazado la existencia de nuestra especie, pasando de los animales a las personas. Desconocemos qué epidemias sufrieron en la prehistoria y en los primeros asentamientos urbanos, no nos ha llegado memoria de ellas, pero sí sabemos de otras muchas que han quedado documentadas.

En el imaginario colectivo está grabada a fuego la peste por los estragos que hizo en el siglo XIV. Pero no es tan conocido el hecho de que antes y después hubo varias epidemias de peste muy graves y que no todo a lo que se denominó “peste” lo fue. Bajo ese nombre se escondieron otros virus que médicos e historiadores han intentado identificar a veces sin conseguirlo.

Imagen de Casa
del Libro
En Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides tenemos, hasta el momento, la primera prueba documental de una epidemia. Los historiadores no se ponen de acuerdo en qué enfermedad la causó pero sí sabemos que asoló una parte de Grecia entre los años 430 y 426 a. C. dejando a su paso decenas de miles de víctimas, incluido a Pericles, famoso estadista y militar. Se la conoce como plaga de Atenasy parece haber tenido una influencia directa en la victoria de Esparta y la coalición de ciudades-estado que lideraba frente a una debilitada Atenas.

Galeno, el más célebre de los médicos, nos describía en Methodus medendi y otros de sus escritos la plaga que sufrió el Imperio Romano en los años 165-180 d. C. y que ha pasado a la historia con el nombre de peste antonina. Parece que la enfermedad la llevaron a Roma los soldados que regresaron de la guerra en Mesopotamia. En pocos años afectó a gran parte del imperio y tuvo rebrotes que causaron la muerte de alrededor de cinco millones de personas.

Pero ninguna de las anteriores es comparable con la peste de Justiniano, una verdadera pandemia que arrasó el Imperio Bizantino en varios brotes durante los siglos VI y VII afectando a Asia (donde se había originado), África y Europa. Los historiadores están de acuerdo en que esta enfermedad fue la misma peste que volvió a poner en jaque a la humanidad en el siglo XIV. El Imperio Bizantino vivía una época de esplendor, pero en el año 541 la enfermedad empezó a diezmar a la población y al ejército. La economía se desplomó por la devastación que sufrían las poblaciones dedicadas a la agricultura y al comercio, además del deterioro y abandono que sufrieron algunos puertos. El hambre produjo numerosos conflictos. La peste llegó a la misma Constantinopla causando la muerte al 40% de la población y enfermando al emperador Justiniano, que logró sobrevivir. Pero para entonces ya no era posible controlar todo el territorio, hecho que aprovecharon los pueblos bárbaros para intensificar sus ataques y aquella invasión fue ya imparable. Se estima que todos estos acontecimientos produjeron una reducción de la población mundial entre 25 y 50 millones de personas y condujeron al ocaso de la Antigüedad y la transición hacia la Edad Media.

Imagen de infobae.com. Fuente de la Organización Mundial de la Salud y Enciclopedia Británica.


Pero aún estaba por llegar la peor epidemia a la que tuvo que enfrentarse el mundo conocido: la
peste negra. Si ya había hecho estragos siglos antes, los siguió haciendo en varios brotes hasta el siglo XIX, siendo el más mortífero de todos el del siglo XIV (1346 -1353). Hablaremos de ella más detenidamente en otra ocasión por las enormes repercusiones que tuvo en la historia. Contaremos ahora que la enfermedad se originó en Asia, pasó a Europa por las rutas comerciales y fue una hecatombe. Atacó tanto a pueblos como a ciudades donde morían familias enteras sin sospechar qué causaba su mal. La gente pensaba que se trataba de un castigo divino, los médicos hablaban de la corrupción del aire y los astrólogos creían en la mala influencia de los cometas (de ahí que los italianos empezaran a utilizar la palabra influenze). Ninguno estaba en lo cierto, pero nunca llegaron a saberlo, porque el verdadero culpable se descubrió 500 años después.

El Decameron.
Imagen de Casa
del Libro.
Murieron 50 millones de personas solo en Europa y la enfermedad dejó su impronta en la pintura, obras de teatro, danzas y relatos.

De aquella época data El Decamerón de Giovanni Boccaccio que narra la huida de un grupo de jóvenes de Florencia hasta una villa donde se aíslan y pasan su confinamiento relatando cuentos.

Las consecuencias de la peste aceleraron, según muchos historiadores, el paso de la Edad Media al Renacimiento.

La viruelaes otra de las epidemias que ha atacado a la humanidad varias veces a lo largo de su historia. Quizá lleve unos 10.000 años con nosotros, pero fue particularmente mortífera en los siglos VIII, XVI , XVIII y XX: la mortalidad llegó al 30%. La viruela acompañó a los colonizadores al Nuevo Mundo y allí encontró una población autóctona sin protección inmunológica ante la nueva amenaza. La enfermedad recorrió el continente americano mucho más rápido que los conquistadores, de hecho, hubo poblaciones que perecieron de viruela antes de que cualquier español pusiera un pie en ellas. En 1520 se desató una epidemia entre los mexicas que causó la muerte a Cuitláhuac. Según cálculos estimados la viruela pudo matar a 56 millones de personas en aquella época.

En el siglo XVIII fue Europa la que se vio asolada por un brote muy virulento de esta misma enfermedad que volvió a cobrarse la vida de millones de personas, incluido el rey español Luis I. Y aunque hubo épocas de tregua, siempre reaparecía. Fueron las investigaciones sobre esta enfermedad las que llevaron a crear la primera vacuna que hubo de ser perfeccionada a lo largo del siglo XIX. El siglo XX no se libró de sus estragos, se cuenta por cientos de millones los que perecieron hasta que comenzó la vacunación masiva y se logró acabar con ella. Precisamente, este 2020, se celebran 40 años de la erradicación de la viruela.

Otra enfermedad que diezmó a la población mundial durante siglos fue la sífilis. La opinión más extendida es que esta enfermedad de transmisión sexual tiene su origen en América y que se expandió por el resto de continentes cuando los descubridores regresaron del Nuevo Mundo. De hecho, la primera víctima europea de la sífilis fue Martín Pinzón en 1493. Desde entonces millones de personas han sucumbido ante esta enfermedad hasta el descubrimiento de la penicilina. Desconocemos el número exacto de víctimas, pero sí que muchos intentaron ocultar, por parecerles vergonzoso, que esta  fue la verdadera causa de la muerte de un familiar. Aún así sabemos que por su causa perdimos a Baudelaire, Toulouse Lautrec o Gauguin.

Imagen de www.caracteristicas.co/historia/

Escritores confinados

$
0
0


A lo largo de la historia la inmensa mayoría de los escritores se han enfrentado a la hoja en blanco encerrándose en casa voluntariamente, pero otros vivieron circunstancias muy especiales que les obligaron a confinarse y de ahí surgieron grandes obras. Algunas de esas historias solo fueron imaginadas en aquellos momentos y escritas posteriormente, pero otras fueron puestas negro sobre blanco en el mismo confinamiento y de estás queríamos hablar aquí…

Hay autores famosos por sus obras, pero también por el hecho de haberlas creado en un aislamiento autoimpuesto extremo.

Balzac escribía 15 horas diarias. Empezaba a medianoche, escondía los relojes, cerraba las cortinas para no saber cuándo amanecía y bebía café sin parar.

Flaubert tardó casi seis años en escribir Madame Bovary (1856) y para conseguirlo tuvo que encerrarse doce horas diarias. A veces solo escribía una página y la revisaba constantemente.

George Bernard Shaw se recluía en una cabaña muy particular que había construido en su jardín, y decimos muy particular, porque podía girarla para tenerla siempre orientada hacia la luz del sol.

Emily Dickinson eligió el más estricto confinamiento por propia voluntad, se dedicaba a las labores domésticas, vestía de blanco, cultivaba sus amistades de forma epistolar y escribía apuntes, notas y poemas en hojas de papel que iba guardando por toda la casa y que se descubrieron tras su muerte.

Fue el agobio por cumplir los plazos acordados con su editor lo que obligó a Dostoievsky a enclaustrase en 1886. Había firmado un contrato en el que se comprometía a entregarle una novela el día 1 de noviembre o a cederle todos los derechos de las publicadas en los siguientes nueve años en caso de incumplimiento. Llegó octubre y seguía bloqueado, así que puso un anuncio en un periódico pidiendo mecanógrafa dispuesta a soportar sus maratonianas condiciones y Anna aceptó el trabajo. Estuvieron aislados en el despacho durante 26 días sin parar de escribir hasta que terminó El jugador. El 1 de noviembre Dostoievsky no solo tenía una novela que entregar a su editor, también tenía una proposición de matrimonio que hacerle a la mujer de la que se había enamorado. El 15 de febrero del año siguiente Anna se convirtió en su esposa.

Decíamos que también tenemos autores confinados forzosamente por circunstancias de diversa índole.


Autores en cuarentena:

https://www.pxfuel.com/
Imagen pxfuel.com
Dominio público.
William Shakespeare fue testigo de varias oleadas de peste que marcaron su vida y su obra. Fue en la que sitió Londres en 1606, manteniendo los teatros cerrados y a la gente encerrada en sus casas, cuando Shakespeare escribió El Rey Lear, Macbeth y Antonio y Cleopatra, según pudo confirmar el profesor François Loroque, especialista en el autor.

Hemingway ideó su novela Fiesta durante su estancia en España, pero la escribió durante una cuarentena. Su esposa Hadley le escribió para comunicarle que su hijo había enfermado de tosferina, indicándole que se aislaría con el pequeño y su niñera en una casa de la Riviera. Hemingway se lo contó a su amante Pauline que acudió a cuidar del niño pues ella había pasado la enfermedad y, finalmente, fue el propio escritor el que se mudó con ellas. El resultado fue la curación del niño, la consolidación de la relación de Hemingway con Pauline y el divorcio de su esposa que le costó cederle las ganancias de Fiesta (1926), una de sus obras más vendidas.


Autores enfermos o convalecientes:

Proust, enfermo de asma y con una grave depresión por la muerte de su madre, pasó sus últimos 15 años recluido en su casa escribiendo y bebiendo café. En este aislamiento creó su obra más famosa En busca del tiempo perdido (1913 y 1927)

Margaret Mitchell escribió Lo que el viento se llevó (1936) tras sufrir un accidente que la obligó a guardar reposo durante una larga temporada.


http://leticiaperinat.com/category/manuscritos-notables/
Manuscrito original
de Frankestein.
Imagen de
leticiaperinat.com
Autores aislados por la climatología adversa:

Quizá la historia más famosa es la de los invitados de Lord Byron, de la que ya hemos hablado aquí. Encerrado con sus amigos en la villa Diodati debido a las terribles inclemencias del tiempo en 1816, el año sin verano, les propone el reto de escribir un cuento de terror. Mary Shelley comienza una de las obras cumbres de la literatura Frankestein o el moderno Prometeo (1818) y Polidori, médico de Lord Byron, El vampiro (1819).


Quien sufrió un invierno durísimo fue Michael Ende en 1978. El escritor ya había comenzado La historia interminable pero el bloqueo le impedía continuar su novela. Entonces una gran nevada lo dejó incomunicado. Sin poder salir de casa, con las tuberías congeladas y una montaña de mantas sobre los hombros consiguió terminar la que sería su obra más famosa que se publicó al año siguiente.


Autores encarcelados:

No tenemos constancia de por qué Marco Polo estuvo un tiempo en la cárcel de Génova, pero sabemos que compartía celda con el escribano Rustichello de Pisa a quien dictó sus aventuras en Los Viajes de Marco Polo (1300).

Maquiavelo se pasó una buena temporada preso en San Casciano por conspiración contra los Médici y allí escribió Elpríncipe (1513), su obra más importante.

Aunque habrá quién se sorprenda, la Inquisición encarceló a Fray Luis de León  por traducir el Cantar de losCantares a la lengua vulgar sin licencia. En su prisión escribió De los nombres de Cristo (1583) y la famosa poesía Canción a Nuestra Señora (1583)

Su oficio de recaudador de impuestos llevó a Miguel de Cervantes a dar con sus huesos en la cárcel en 1597 acusado de apropiarse del dinero, y, según reza la leyenda y los primeros versos del prólogo, allí comenzó a escribir El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605).


Quien ya debía estar acostumbrado a estar preso era el Marqués de Sade, que se pasó más tiempo en la cárcel y en el manicomio que en libertad. En uno de sus encierros escribió Justine o los infortunios de la virtud (1791).

Mucho más cómoda fue la reclusión de Xavier de Maistre, ya que era un arresto domiciliario por un duelo. Aunque echaba de menos el mundo exterior, supo adaptarse muy bien a la nueva situación y hasta disfrutar de ella. Aprovechó esos cuarenta y dos días para escribir su Viaje alrededor de mi habitación (1794).

Oscar Wilde nunca se hubiese imaginado cómo acabaría la querella que interpuso por difamación al marqués de Queensberry. El escritor estaba enamorado del hijo del marqués y el padre le envió una tarjeta en la que le llamaba sodomita. Wilde lo denunció, pero el juez lo absolvió y el escritor pasó de ser demandante a ser demandado por sodomía y grave indecencia. Fue condenado a prisión y a dos años de trabajos forzados. Privado de libertad escribió De profundis (1897).

Miguel Hernández fue encarcelado tras la Guerra Civil Española por su apoyo a la República. El joven poeta se carteaba con su mujer a la que echaba profundamente de menos y temía no ver crecer a su hijo. Durante su reclusión escribió Cancionero y romancero de ausencias (1958).  En una de sus cartas, Josefina le contó que solo tenían pan y cebolla para comer y él le respondió con las famosas Nanas de la cebolla. Con trozos de papel higiénico y un poco de hilo, confeccionó un pequeño cuaderno donde escribió cuentos para su hijo. Estuvo sus últimos ocho meses de vida en la enfermería de la cárcel, donde murió de tuberculosis.

Ana Frank fue una niña alemana de ascendencia judía que tuvo que huir, junto con su familia, de la persecución nazi. Se escondieron en un pequeño apartamento de Ámsterdam durante 25 meses en los que fue narrando lo que se convertiría en El diario de Ana Frank (1947). Finalmente fueron descubiertos y llevados a diferentes campos de concentración. Ana murió de tifus solo dos meses antes de que el campo fuera liberado.


Historia de las pandemias: el siglo XIX.

$
0
0

Lee Historia de las pandemias: de la antigüedad al siglo XVIII

El siglo XIX vivió nada menos que seis pandemias de cólera. La enfermedad apareció en la India y se extendió por el mundo rápidamente. Apenas tuvieron varias décadas de tregua entre una y otra. En la segunda epidemia murieron personajes de la talla de Hegel (Berlín, 1831), Champollion (contagiado en París en 1832) y el rey francés Carlos X (1830) en el exilio tras ser depuesto por la Revolución del mismo año. Pero esta enfermedad logró que por primera vez los países comprendieran que tenían que colaborar entre ellos en materia sanitaria. El cólera llega hasta el siglo XXI en algunos países. A día de hoy existen vacunas y tratamientos muy efectivos que consiguen salvar al 80% de los enfermos.

Clío, musa de la Historia. Arquitectura del Capitolio. Wikipedia. Imagen de dominio público.
Clío, musa de la Historia.
Wikipedia.
Dominio público.
Fue el miedo a que una nueva pandemia de peste asolara el mundo lo que impulsó a los científicos del siglo XIX a investigar sobre esta terrible enfermedad que siempre acababa reapareciendo.  Era una cuestión vital puesto que en 1855 la tercera peste hizo su aparición en China afectando a toda Asia y parte de África y América hasta los primeros años del siglo XX. Se calcula que esta vez murieron entre 10 y 12 millones de personas. Pero consiguieron descubrir al bacilo que la producía (hospedado en las pulgas de las ratas) y dar con un tratamiento.

El siglo XIX también fue testigo de la epidemia de fiebre amarilla. Se cree que la enfermedad fue transmitida en el pasado de los primates a los humanos en África, pero los nativos consiguieron desarrollar la inmunidad. Cuando los barcos llevaron a los africanos como esclavos a América trasladaron la enfermedad y surgieron varias epidemias. Pero la más importante fue la del siglo XIX. Este mal es un ejemplo más de como las epidemias pueden ganar guerras y cambiar la historia. Al principio de ese siglo Haití estaba en plena revolución contra Napoleón. Esta colonia era primordial para Bonaparte que deseaba conquistar Norteamérica, pero se vio obligado a abandonar sus planes cuando  la fiebre amarilla diezmó al ejército francés y tuvo que retirarse del escenario americano, dejando vía libre a unos emergentes Estados Unidos.

Taringa.net post Napoleón en su retirada de Rusia
Imagen: taringa.net


Pero la fiebre amarilla no se detuvo en Haití, donde la población autóctona consiguió resistir, sino que recorrió toda América desde Estados Unidos hasta Argentina o Brasil. Los barcos comerciales que partían hacia Europa, además de las mercancías, trajeron la enfermedad y en ciudades españolas como Cádiz, Málaga o Barcelona se recomendó a la población del campo, aislarse allí y no permitir que las personas de ciudad se quedaran en sus lagares. Las ciudades marítimas comenzaron a evitar que los barcos de Latinoamérica y de Oriente arribaran a sus puertos sin inspeccionar concienzudamente sus mercancías y, en casos sospechosos, hacerles guardar cuarentena. Hubo que esperar a 1881 para que se descubriera que el origen era la picadura del mosquito Aedes.

Otra enfermedad que ha tenido en jaque a la humanidad desde el principio de los tiempos ha sido la tuberculosis, llamada también tisis, plaga blanca, enfermedad de los poetas o mal de vivir.Se han encontrado rastros de ella en restos humanos a partir del Neolítico. Dejó sus estragos en momias egipcias y tenemos tratados de Galeno y otros médicos describiendo como los pacientes morían de tisis. Los árabes ya sabían que se trataba de una enfermedad contagiosa, pero aquello pareció olvidarse, porque en el siglo XVIII, cuando comenzó a propagarse más rápidamente, los médicos decían desconocer su origen y forma de transmisión.

Podríamos establecer el siglo XIX como la época en la que se convirtió en una epidemia. Pero tenía un carácter muy particular. Al principio se creyó que era una enfermedad hereditaria que afectaba a los ricos, y se cebaba con los jóvenes y las mujeres. Se convirtió en el mal de moda y en el que más afectaba a los artistas. Llegaba a decirse que la tuberculosis aumentaba la creatividad y conforme avanzaba se tenían raptos de inspiración denominados “Spes Phtisica” que todos admiraban. El romanticismo idealizó a esas personas de tez extremadamente pálida, esbeltez exagerada, mirada triste y aspecto delicado y casi etéreo. La moda comenzó a ajustarse a estos patrones palideciendo a las mujeres y estrechándoles la figura con un apretado corsé.

https://www.casadellibro.com/libro-la-dama-de-las-camelias/9788493975029/1987239
La dama de las camelias. Alexandre Dumas.
Casa del Libro.

Esta enfermedad dejó sus manifestaciones en el arte: las protagonistas de La Bohème (Puccini), La Traviata (Verdi) y La dama de las camelias (Alejandro Dumas hijo) padecen esta enfermedad. En estos dos últimos casos el personaje está inspirado en Marie Duplessis.

De http://nl.wikipedia.org/wiki/Afbeelding:Traviata.jpg, Dominio público
Cartel de la primera representación de La traviata.
Afbeelding:Traviata.jpg, dominio público. Wikipedia.

Pero la cosa cambió radicalmente a mediados de siglo, cuando se descubrió que la tuberculosis era una enfermedad contagiosa. El miedo se desató, la sociedad rechazó a los afectados y la familia intentaba ocultar su dolencia. Surgieron estadísticas que demostraban que era la primera causa de mortalidad entre los obreros en la segunda mitad del siglo por las condiciones infrahumanas en las que trabajaban y vivían que propiciaban el fácil contagio. Morían uno de cada siete europeos y estadounidenses.

Aunque nos sea imposible estimar el número de muertos que causó a lo largo de la historia, baste decir que en el siglo XIX  y principios del XX, esta enfermedad nos privó de artistas de la categoría de Chopin, las hermanas Brontë, Gustavo Adolfo Bécquer, Clarín, Antón Chéjov o Modigliani.

Koch fue el descubridor del bacilo tuberculoso y su tratamiento (aunque lento y no siempre eficaz, era esperanzador). Lo ensayó en un hospital de Berlín donde acudieron cientos de médicos para estudiar su método. Lo que no sospechaban era que la ciudad se viera rápidamente colapsada por miles de enfermos pidiendo ser tratados. Las autoridades sanitarias tuvieron que tomar medidas y desinfectar los lugares públicos. Entonces se crearon los sanatorios para tuberculosos, normalmente en el campo para que pudieran respirar aire puro y tomar el sol. A finales del siglo XIX las condiciones laborales y habitacionales mejoraron considerablemente y los contagios disminuyeron.  Se descubrió que se transmitía por los aerosoles y que debía mantenerse las ventanas abiertas siempre en lugares interiores. Pero los estudios continuaron en el siglo XX y se encontró mejores tratamientos y la vacuna en 1921, aunque no se utilizó de manera masiva hasta bastante tiempo después.

A día de hoy sigue siendo la enfermedad contagiosa que más muertes provoca al año en el mundo, alrededor de un millón de personas, la mayoría en Asia y África.

De Robert Friedrich Stieler (1847–1908) - alte Postkarte, https://www.basf.com/de/company/about-us/history/1865-1901.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=841172
Industria química BASF en Ludwigshafen, Alemania, 1881.
De Robert Friedrich Stieler (1847–1908)
Dominio público. Wikipedia.

Historia de las pandemias: el siglo XX

$
0
0

Lee Historia de las pandemias: de la antigüedad al siglo XVIII

Lee Historia de las pandemias: el siglo XIX

Llegamos a 1918 año en el que aparece la peor pandemia reciente que ha sufrido la humanidad, la mal llamada gripe española. Pero es una pandemia extrañamente silenciada por sus propios protagonistas. Virginia Woolf la comparó en su diario con la peste negra, pero aquella dejó múltiples crónicas, literatura y manifestaciones artísticas y de la gripe española nadie quiso hablar. Sin embargo, es uno de los ejemplos de cómo una pandemia puede cambiar la historia. Y la trataremos más extensamente en otra ocasión.

www.caracteristicas.co/historia/
Imagen de www.caracteristicas.co/historia/

Contemos, por ahora, que surgió en Estados Unidos en 1918 y llegó a Europa trasladada por las tropas norteamericanas que venían a luchar en la Primera Guerra Mundial. España era un país neutral y el único en el que la prensa informaba de la grave enfermedad que estaba atacando al mundo. Los otros países no querían mencionarla porque eso suponía minar la moral de las tropas y dar información estratégica al enemigo. Pero pronto todos los ejércitos se vieron diezmados y aquello precipitó el fin de la guerra.

Esta enfermedad duró dos años en los que se distinguieron tres olas, siendo la de mayor mortandad la segunda (agosto de 1918) cuando la gente, creyéndola desaparecida tras bajar la curva de la primera oleada, salió a la calle en masa a celebrar fiestas, procesiones y manifestaciones ignorando las recomendaciones de huir de las aglomeraciones, usar mascarilla y extremar la higiene. Se estima una mortalidad de entre 50 y 100 millones de personas.

https://documenta360.blogspot.com/2020/05/la-cultura-resfriada-impacto-cultural.html
Titulares de prensa de la gripe española o spanish influenza.
Imagen de la Biblioteca Nacional de España.

Esta no fue la única pandemia que sufrió el siglo XX y que fue silenciada. En 1957 hizo su aparición la gripe asiática (H2N2). Pero la prensa apenas publicó unas pocas notas. Se originó en China en 1957 y se propagó por el mundo hasta 1959 en que se dio por finalizada. Fueron los mismos hospitales y los médicos quienes tuvieron que gestionar esta epidemia.

Sabemos que fue a raíz de la gripe española que las potencias modernas comenzaron a preocuparse de las cuestiones sanitarias y vieron la necesidad de crear una sanidad pública. Precisamente por ello se fundó la OMS en 1948 (Organización Mundial de la Salud).  La OMS se preocupó de crear una vacuna cada año adaptada a las mutaciones de la gripe, pero esto no evitó que  la asiática (variante de la gripe A) se cobrara la vida de un millón de personas.

Johnson Space Center (NASA). Identificador de foto S68-56001
Apolo 8. NASA
Johnson Space
 Center. Wikipedia.
Y si la prensa y la población se habían callado ante la gripe asiática, volvieron a hacer lo mismo en 1968 con la gripe de Hong Kong (H3N2).En menos de dos años se había convertido en una pandemia que recorría el mundo sin abrir ningún telediario, sin que ningún gobierno se preocupara de poner restricciones de movilidad o confinamientos. La gente siguió haciendo su vida normalmente. Los periódicos hablaban de las misiones Apolo o del mayo francés del 68, pero muy pocas noticias trataban de esta enfermedad. De nuevo fueron la OMS, los hospitales y los médicos los que se ocuparon de ello. El Timesfue uno de los pocos periódicos que dio alguna noticia de la gripe de Hong Kong, sobre todo porque en 1970 había llegado a Inglaterra y había colapsado sus hospitales con 2.800 muertos por semana y numerosas bajas entre los sanitarios. Fue, precisamente, en 1970 cuando se dio por finalizada dejando un saldo de un millón de víctimas.

Flickr 11001994056_23978ddf4f_b
Vista de Hong Kong en 1968.
Imagen de Flickr.

En 1981 se detectaron los primeros casos de SIDAque, como la mayoría de las enfermedades, se transmitió de animal a persona. Al principio se pensó que era un mal que solo sufrían las personas homosexuales o drogodependientes. Esta creencia errónea hizo que el resto de la población no tomara precauciones y convirtió al síndrome en una terrible pandemia. El mismo desconocimiento médico llevó a infectar a personas en hospitales al recibir una transfusión sanguínea tras una intervención quirúrgica o como parte del tratamiento de otra dolencia.  

Dar positivo era sinónimo de muerte y el enfermo quedaba totalmente estigmatizado y rechazado por la sociedad.  El SIDA se llevó a unos 35 millones de personas. Tras muchos estudios y campañas, hoy en día se conocen las vías de transmisión y como evitar el contagio. Gracias al avance en los tratamientos se ha alargado mucho la esperanza de vida del paciente y se ha llegado a convertir en una enfermedad crónica, aunque aún no tiene cura. A pesar de ello, cada año mueren unas 650.000 personas.

http//history.nasa.govap08fjphotosaas08-16-2593.jpghttphistory.nasa.govap08fjphotosaas08-16-2593hr.jpg
La Tierra, primera imagen tomada por una persona. De U.S. govt.
Nasa. Wikipedia. Dominio público.


Historia de las pandemias: principios del siglo XXI

$
0
0

Lee Historia de las pandemias: de la antigüedad al siglo XVIII

Lee Historia de las pandemias: el siglo XIX

Lee Historia de las pandemias: el siglo XX

En 2002 hace su aparición el SARS (SARS-CoV) pero no es detectado hasta febrero de 2003. Se extendió rápidamente desde el sudeste asiático a Europa y América afectando a más de 30 países. La OMS desempeñó un papel crucial en el control de la epidemia y coordinó la investigación internacional. Pronto se anunció que las ciudades más afectadas, Hong Kong y Beijing, habían vencido a la enfermedad y en julio del mismo año lo hizo el resto del mundo. La forma de control fue detectar rápidamente los contagios, rastrear las cadenas de transmisión y aislar a las personas infectadas. En los 30 países afectados se contagiaron poco más de 8.000 personas de las que fallecieron 774.

Toda la experiencia acumulada hace comprender al mundo que los virus no entienden de fronteras, y que no importa lo lejos que aparezca la amenaza, en pocas semanas puede recorrer el planeta con un grave impacto sanitario y socioeconómico. Ya habíamos sufrido las consecuencias de la familia de los coronavirus, especialmente dramáticas en el siglo XX, así que en 2005 la OMS insta a todos los países a prepararse ante la posibilidad de la aparición de una nueva pandemia en el futuro. Y ese futuro estaba más cerca de lo que imaginaban…

https://pixabay.com/es/la-tierra-mundo-550157/
La Tierra.
Imagen Pixebay.com

A principios de 2009 se declara el primer caso oficial de gripe A (N1H1) o gripe porcina, también conocida en muchos países como Influenza. Apareció en México y se extendió rápidamente a Norteamérica, dio el salto a Europa y llegó a todos los continentes, pasando a declararse pandemia el 11 de junio de 2009.

Mientras los medios de comunicación se hicieron eco del alto número de contagios, los científicos se dedicaban a buscar tratamientos e investigar una vacuna. El índice de fallecimientos fue bajo, aún así hubo que lamentar más de 200.000 muertes (algunos hablan del medio millón) antes de que el 18 de septiembre de 2010 la OMS anunciara el fin de la pandemia. Para entonces ya había comercializada una vacuna que había superado todas las pruebas, pero llegó prácticamente al final de la pandemia. Actualmente, hay muchos países que en la vacunación anual contra la gripe estacional incluye también en el inyectable la vacuna contra la gripe A.

Solo dos años después, en 2012, surge en Arabia Saudita el MERS (MERS-CoV), otro virus zoonótico más. Esta enfermedad, aunque también tuvo repercusión mediática, lo hizo de manera más limitada puesto que los casos detectados correspondían en un 80% a esta región, aunque llegó a expandirse a 27 países más, saliendo de la zona de Oriente Medio solo en raras ocasiones por viajeros infectados allí. No era una enfermedad altamente contagiosa y los brotes resultaron fáciles de aislar y controlar, al tratarse la mayoría de ellos de familiares y personal sanitario que había atendido casos sin las debidas precauciones. Ese mismo año se dio por finalizada la pandemia con unas 850 víctimas registradas.

Como vemos la denominación de pandemia no responde tanto a la cantidad de contagios y víctimas mortales, sino al número de países que se ven afectados.

La alarma se dispara cuando en 2014 descubrimos una amenaza terrible en África. Realmente no era nuevo, puesto que esta enfermedad llevaba décadas cobrándose vidas muy cerca del río Ébola, pero occidente no le había prestado demasiada atención.  Sin embargo, el brote de Ébola que golpeó Guinea en 2014 y se extendió a Sierra Leona y Liberia era mucho más extenso y mortal que la suma de todos los que se habían dado en África Occidental desde que apareciera en 1976. De nuevo, era un virus muy grave transmitido de animales salvajes a personas y después de persona a persona. La letalidad fue de un 50%, en algunos lugares llegó al 90%. Pero se hicieron esfuerzos para contener el virus, lograr un tratamiento que pudiera aumentar la supervivencia y descubrir una vacuna. La pandemia se dio por finalizada en 2016. Pero desde África se denuncia que los tratamientos no son eficaces, que la vacuna es experimental y que aún siguen los contagios. Ha sido en 2020 cuando las autoridades sanitarias que se ocupan de esta enfermedad dan por contenida la epidemia.

Y llegamos a diciembre de 2019 cuando China notifica al mundo que en Wuhan se ha extendido un tipo de neumonía desconocida. Pronto descubrimos que un nuevo coronavirus, el COVID-19 (SARS-CoV-2) azota al mundo. Ahora los ciudadanos sabemos que se ha empleado el mismo método para intentar contenerlo que con el SARS-CoV (detección rápida de los casos, rastreo de contactos y aislamiento de las contagiados), pero hemos comprobado que, esta vez, no ha tenido éxito.

Con las gripes asiáticas, la de Hong Kong y las posteriores, nadie se planteó restricciones, ni cierres de establecimientos. La gente siguió su vida normal. La economía no debía verse afectada.

Ya hemos hablado aquí de este nuevo coronavirus que fue declarado pandemia el 11 de marzo de 2020. Es mucho más contagioso y mortal que la gripe A y solo se ha conseguido doblegar con confinamientos. Esta vez, los gobiernos del mundo pusieron la vida de las personas por encima de la economía. Durante el siglo XXI la tuberculosis ha continuado siendo la enfermedad contagiosa que más muertos causa en el mundo: un millón al año. El COVID-19 superó esa cantidad en octubre. Actualmente, mediados de noviembre de 2020, se calcula alrededor de 54.600.000 contagios confirmados y más de 1.320.000 fallecidos oficiales.

Ahora sabemos muchas más cosas que en marzo y los tratamientos son más efectivos. El último estudio confirma que se transmite por aerosoles. Tenemos pruebas diagnósticas suficientes, rápidas y fiables. Tenemos mascarillas. Todos conocemos las medidas de prevención y la importancia de los rastreos, de cumplir la distancia social, de huir de aglomeraciones y de ponernos en cuarentena en caso necesario. A pesar de ello, desde septiembre estamos inmersos en la segunda ola, continúan subiendo los contagios y las muertes diariamente. Hemos pasado de las restricciones de movilidad, a cierres perimetrales, cierres de restauración y ocio, toques de queda, cuarentenas y confinamientos en muchos países europeos. Pero continúa habiendo fiestas clandestinas y actos multitudinarios por todo el mundo. Se multa a quienes incumplen las medidas y se viven disturbios en las calles. Se mantiene la discusión entre salvaguardar la salud o la economía, y hay bastantes personas que defienden que hay que convivir con el virus. Seguimos oyendo las burlas de los negacionistas y las teorías de aquellos que creen que todo es una conspiración.

Cartel con protocolo de protección.

Quedó demostrado que al terminar el confinamiento y llegar el verano, el virus no se fue, por más que muchos trataran de fingir que había desaparecido. Y, aún hay gente que cree que el coronovirus se marchará mágicamente con el 2020,  y el 1 de enero de 2021 esta pesadilla habrá terminado. Ojalá. Pero no será así.

Nos queda confiar en los médicos y en los científicos que están desarrollando las candidatas a vacunas. Se está dedicando mucho esfuerzo y dinero en todo el mundo para investigar la enfermedad y hallar la cura. En pocos días hemos sabido de dos vacunas altamente efectivas que podrían estar aprobadas antes de final de año y esta noticia ha esperanzado a todo el planeta. Mientras estas llegan,  debemos seguir las recomendaciones y ayudar dentro de nuestras posibilidades. Y recordar que los seres humanos hemos conseguido sobrevivir a situaciones peores que esta, así que todo saldrá bien.

La peste del siglo XIV.

$
0
0

 

Aclaraba en un artículo anterior que nunca quise escribir sobre enfermedades, pero el oír, una y otra vez, a los medios de comunicación calificar la pandemia actual como hecho inédito, me asombró y me llevó a investigar sobre las que vivieron nuestros antepasados. Ese es el verdadero origen de esta serie de artículos, a los que he dado un enfoque histórico, no médico.

Creía que todos habíamos escuchado hablar de las que han sido calificadas como dos de las peores epidemias vividas en el pasado: la peste negra (de la que hay multitud de novelas, películas y series) y la gripe española (menos conocida pero mucho más reciente).

Supongo que, en el fondo, occidente se sentía muy seguro pensando en todos los avances médicos y tecnológicos que tenemos  en el siglo XXI y nos creíamos a salvo del ataque de un virus peligroso que colapsara el sistema sanitario. Imagino que por eso las noticias hablaban de algo “inédito”, por lo inesperado.

He decidido dedicarles su propio capítulo porque, después del drama vivido, ambas supusieron un avance para la humanidad.

En el siglo XIV nadie sabía con certeza dónde se había originado la peste. Ante el miedo general, empezaron a buscarse culpables, y los primeros en cargar con aquel peso fueron los judíos a los que se acusaba de haber creado la ponzoña en sus laboratorios y haberla esparcido (cosa totalmente falsa).

Autor Petro Vlasenko. Wikipedia
Restos de la fortaleza
genovesa en Cafa.
Autor de la imagen:
Petro Vlasenko.
Fuente: wikipedia.
De aquel siglo conservamos crónicas que relatan que la peste sorprendió al ejército del tártaro Djani Bek sitiando la fortaleza cristiana de Cafa (actual Feodosia en Crimea) donde había un asentamiento genovés. Y cuentan que antes de retirarse decidió catapultar a sus propios muertos de peste dentro de la fortaleza (lo que sería una de las primeras “guerras bacteriológicas” documentadas).

Actualmente los historiadores defienden que se originó en Asia y pasó a Europa por las rutas comerciales. Los marinos ya llevaban varios años hablando de una epidemia mortal que atacaba China, India y Persia. Muchos dan por cierta la historia del asedio del asentamiento en Cafa, pero creen que la parte del relato donde catapultan muertos es una leyenda y que, en realidad, la enfermedad se habría extendido por toda la zona a través del agua corriente u otros medios naturales. Los marineros y comerciantes europeos, sin saberse ya infectados, huyeron de allí  hacia Marsella y hacia Mesina ciudades por donde entró la enfermedad a Europa.

Los escritos de la época hicieron pensar que era una enfermedad urbana, pero el campo sufría la peste tanto como la ciudad. En todas partes morían familias enteras y había pueblos que quedaban desiertos. Nadie sabía nada de este mal. La gente pensaba que era un castigo divino y que llegaba el fin del mundo, organizaban procesiones y rogativas a todos los santos lo que aumentaba la transmisión. También se hicieron miles de  ritos para intentar ahuyentar el mal y Europa se llenó de danzas macabras de las que hoy tan solo sobrevive, como tradición despojada de su intención de recordatorio, la Dansa de la mort que tiene lugar cada Jueves Santo en el pueblo español de Verges.

Los médicos atribuían la afección a la corrupción del aire y llevaban las conocidas máscaras de la peste, pero nada podían hacer por sus pacientes. Otros decían que el origen era geológico, por movimientos sísmicos o erupciones volcánicas que generaban gases nocivos. También había quienes le otorgaban una causa astrológica por la influencia de los planetas, cometas o eclipses.

Todo el que pudo permitírselo aplicó la misma premisa:

Cito, longe fugeas, tarde redeas. Huye rápido y lejos, regresa tarde.

Aquello podía salvar individualmente, pero contribuyó a propagar la enfermedad hasta los más recónditos lugares. A las autoridades les pareció que la única solución era el confinamiento: primero fueron casas, luego barrios y finalmente poblaciones. Incluso se impidió la entrada de los barcos a los puertos. Fueron los venecianos los primeros en utilizar la palabra cuarentena, por los 40 días que Jesús estuvo en el desierto. Y fue Venecia quien impuso el primer confinamiento completo de una ciudad que tenemos documentado: durante 30 días su colonia en Dubrovnik estuvo en cuarentena en el brote de peste de 1377. Mientras que en la misma Venecia, la Isla de Poveglia, donde se confinaban a los apestados desde época romana, se convirtió en un improvisado cementerio donde arrojar los cadáveres.

https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4142221
Mapa de la peste en Europa 1347-1351.
Autor:Andy85719. Fuente: wikipedia


La muerte asaltó a uno de cada tres europeos, o incluso más. Se cree que el continente tenía 80 millones de personas y vio reducida su población a 30 millones tan solo entre los años 1346-1353. Sumando los fallecimientos en el resto de los continentes afectados y las personas que perecieron por el hambre derivada de malas cosechas, campos abandonados y pérdida de la red comercial, se cifra en 100 millones de muertos o incluso el doble.

Hubo que esperar al siglo XIX para que los investigadores descubrieran que la peste la producía un bacilo que portaban las pulgas de las ratas. Y las ratas convivían con las personas en los campos, en los graneros, en los molinos, en las calles, en las casas, en los carros que transportaban el cereal a las ciudades, en los barcos que hacían las rutas comerciales más lejanas… y aquellas pulgas podían estar en cualquiera de las mercancías, incluso en la tela que se compraba para una capa nueva. Al matar a las ratas, las pulgas saltaban a los humanos.

Todos aquellos acontecimientos afectaron a las costumbres y tradiciones. Por ejemplo, se perdió el hábito de sellar un acuerdo con un beso. Pero también creó nuevas iconografías en la pintura, obras de teatro y danzas. La enfermedad y sus consecuencias nos han llegado a través de numerosas narraciones. Petrarca fue uno de los que describió como Florencia fue atacada por la peste que le arrebató a su amada Laura. Otras crónicas de la época narraban hechos terribles y acababan preguntándose si quedaría alguien que pudiera leerlas en el futuro. Petrarca confiaba en que algo tan horrible no se repetiría.

¡Oh, feliz prosperidad, que no experimentará tan abismal tristeza y verá nuestro testimonio como una fábula! Petrarca.

Imagen: casa del libro
Imagen:casa del libro
La famosa obra El Decamerón de Giovanni Boccaccio que narra la huida de un grupo de jóvenes hasta una villa donde se aíslan y pasan su confinamiento relatando cuentos, es una muestra de la gente de ciudad que huía al campo. Pero también los campesinos huían a la ciudad, dejando las tierras abandonadas.

Al cabo de los años, la peste desapareció. El mismo Boccaccio nos cuenta que cuando todo acabó los habitantes de Florencia se volvieron lascivos y disolutos. En todas partes hubo personas que se convirtieron en delincuentes, estafadores y saqueadores.

Pero de aquella terrible pesadilla también surgió un mundo nuevo.  La emigración de los campesinos a la ciudad dejó a los señores feudales sin vasallos. El régimen que había imperado hasta entonces se derrumbó. Los labradores que decidieron permanecer en el campo, pudieron acceder a extensiones medianas de tierras que habían quedado sin dueño, lo que dinamizó la economía rural.

Imagen de dominio público. Wikipedia.
La imprenta dinamizó
la cultura y difundió
las ideas renacentistas.
Imagen de una imprenta
europea del siglo XV.
Dominio público.
Wikipedia.

En las ciudades había mucho trabajo por hacer y poca población. La demanda de trabajadores subió los salarios y nació la clase media. Las zonas urbanas florecieron. La gente quería vivir y legarle a sus hijos un mundo mejor.

La mentalidad cambió. Dios dejó de ser el centro de todo y la sociedad pasó de ser teocéntrica a ser antropocéntrica. Los avances tecnológicos se sucedían: la imprenta, la óptica, la cartografía… Europa se modernizó. El comercio se revitalizó. El arte volvió al gusto clásico y recibió un impulso nunca visto. Las consecuencias de la peste aceleraron, según muchos historiadores, el paso de la Edad Media al Renacimiento.

En aquella ocasión, la humanidad salió reforzada de la tragedia, pero la peste no estaba dispuesta a marcharse y volvió en diversos brotes a lo largo de los siglos. Fueron menos graves que los del siglo XIV, pero también afectó a millones de personas. El mismo Nostradamus prestó sus servicios intentado erradicar la epidemia en la que perdió a su primera esposa y a sus dos hijos en 1537. En Venecia falleció el gran pintor Tiziano, también víctima de otro brote en 1576. Cien años después encontramos  una nueva epidemia que afectó a varios países americanos y que acabó con la vida de Juana Inés de la Cruz en México en 1695. Y fue la aparición de la llamada tercera peste en 1855 la que obligó a la comunidad científica a investigar sobre ella por miedo a repetir la historia del siglo XIV. En el siglo XIX se consiguió descubrir el bacilo y dar con un tratamiento.

Honras fúnebres a Tiziano. Alexandre Hesse (1832).
Imagen de dominio público. Wikipedia.

Lee Historia de las pandemias desde la antigüedad al siglo XXI en estos artículos.

La gripe española.

$
0
0


Hay muchas personas que jamás han oído hablar de la gripe española. Sin embargo, ha sido calificada como una de las pandemias con más mortalidad de la historia, junto a la viruela y la peste negra. ¿Por qué todo el mundo sabe contarte algo de una enfermedad de la edad media y no de la pandemia de 1918? Estudiamos las dos guerras mundiales que se vivieron en el siglo XX, pero nadie nos contó que una pandemia aceleró el fin de la primera, contribuyó a la segunda, influyó en la caída del imperio austrohúngaro, encaminó a la India hacia su  futura independencia y colocó a Suiza al borde de una guerra civil.

La gripe española enfermó a 500 millones de personas, uno de cada tres habitantes del planeta, y se cobró la vida de entre 50 y 100 millones de seres humanos. Esa escalofriante cifra supera la suma de los muertos en la Primera y Segunda Guerras Mundiales. Pero aún no sabemos los números exactos, porque sigue en estudio ya que en su propia época pocos se ocuparon de averiguar lo ocurrido y hubo que esperar a la década de 1990 para recopilar todos los datos e informaciones. Fue una enfermedad que no se vivió como algo global, sino concerniente a la intimidad del enfermo y su médico (cuando podía pagárselo), muchos seguían pensando que se trataba de un castigo divino. La prensa lo ocultó, la gente decidió callar y en la literatura y el arte se trató el tema en muy pocas ocasiones.

https://documenta360.blogspot.com/2020/05/la-cultura-resfriada-impacto-cultural.html Imagen de la Biblioteca Nacional de España.
Los periódicos españoles eran, prácticamente, los únicos que
informaban sobre la "gripe española" durante la contienda.
Imagen de la Biblioteca Nacional de España.

Creemos que la gripe española (N1H1) apareció antes de lo que tenemos documentado, pero la fecha oficial del primer diagnosticado es el 4 de marzo de 1918 en un campamento de Kansas (Estados Unidos). Al mes siguiente medio país estaba afectado, lo que no impidió que se embarcaran gran número de soldados rumbo a Francia donde propagaron el contagio. En mayo ya estaba en Gran Bretaña, Italia, Alemania y España. Rápidamente recorrió África y de allí saltó a Bombay, a la India, a China y Japón. Las islas no se libraron.

En esta primera oleada muchos pensaban que se trataba de una gripe estacional, pues lo síntomas eran muy parecidos y la mayoría de los enfermos se curaban. Sin embargo, el 1 de junio el New York Times informó de que “Una rara epidemia asola el norte de China”, ignorando que su propio país también sufría esa rara epidemia.


https://documenta360.blogspot.com/2020/05/la-cultura-resfriada-impacto-cultural.html
Enfermos en  Fort Riley, Kansas (Estados Unidos).
Imagen: NatGeo.

Y aquella “gripe” llegó al frente contagiando a cientos de miles de soldados de ambos bandos y alterando el curso de los acontecimientos. Los médicos militares veían llenarse sus hospitales con más enfermos de gripe que heridos de guerra, pero no lo hacían público para no desmoralizar a las tropas y sus familias, ni dar información sobre aquella “debilidad” al enemigo, mientras el enemigo hacía lo propio. Los doctores franceses la llamaban la “enfermedad nueve”, otros  hablaban de “la fiebre de los tres días”, en Senegal la llamaron “la gripe brasileña”, en Brasil “la gripe alemana”, en Japón “la gripe del sumo”… Pero algo tenían en común: ninguno quería asumir como propio aquel mal.

España era neutral en la contienda y sus periódicos eran de los pocos que informaban sobre la enfermedad. Aquí no se la llamó “gripe española”. Cuando llegó en mayo a Madrid, la zarzuela de moda era La canción del olvido, y todos canturreaban el pegadizo tema Soldado de Nápoles. En junio, bastaron tres días para que las dos terceras partes de los madrileños enfermaran del “soldado de Nápoles”, como lo llamaron. Los franceses leyeron aquella tremenda noticia y empezaron a hablar de “la gripe española”, ignorando que en su país sufrían la misma “enfermedad once” desde hacía varias semanas. Los ingleses y estadounidenses, también enfermos, copiaron el nombre y como “gripe española” pasó a la historia.

La primera ola se vivió de marzo a junio de 1918. Después desapareció. Lo que nadie esperaba era que en agosto reapareciera recorriendo el mundo en una segunda ola tan devastadora y letal que los médicos no creían que pudiera tratarse de la misma enfermedad. Algunos países se temieron que fuera la peste, otros el tifus, otros el dengue. Lo que estaba claro es que no eran epidemias locales, aquello era una auténtica pandemia que volvía a ser propagada por el transporte de las tropas y que llegó a interrumpir la guerra. A pesar de esto, el número de víctimas en Europa era menor al del resto del mundo. Donde no llegaban los ejércitos, lo hacían los barcos de mercancías, correos o pasajeros. Donde no alcanzaba la red ferroviaria, lo hacían los hombres caminando. La segunda ola de gripe española rodeó el planeta en trece semanas y mató a decenas de millones de personas. Fue terrible.

El enfermo era contagioso antes de notar los primeros signos. Los síntomas eran espantosos y llevaban a algunos al suicidio. Hubo ciudades con tantos muertos que no había tiempo, ni lugar para enterrarlos.

Un número importante de supervivientes quedaron con enfermedades respiratorias crónicas,  otros sufrieron secuelas como la pérdida del cabello, pérdida de audición, olfato y visión. Algunos decían haber despertado a un mundo borroso y descolorido. A esto había que sumarle un gran número de personas con frecuentes y graves episodios de melancolía (depresión).

Ante la gravedad de los acontecimientos se impusieron medidas en todo el mundo: guardar cuarentena en caso de enfermedad, evitar aglomeraciones, propiciar el distanciamiento social, toser y estornudar tapándose la boca, lavarse las manos frecuentemente, no escupir en la calle y ventilar los espacios cerrados. Las ciudades se vieron más afectadas que las zonas rurales. Pero dentro de las mismas urbes el contagio resultó mayor en aquellos lugares pobres donde vivían hacinados, sin ventilación y sin higiene.

https://documenta360.blogspot.com/2020/05/la-cultura-resfriada-impacto-cultural.html
Clases de física de la Universidad
 de Montana (Estados Unidos)
impartidas al aire libre.
Imagen: National Archives
En algunas ciudades se cerraron los teatros, cines, restaurantes, y escuelas. Hubo lugares donde  las clases continuaron al aire libre, incluso durante el frío invierno. Mucha gente dejó de ir a trabajar, bien por sufrir la enfermedad, bien por el miedo. Incluso Hollywood detuvo su industria.

En Estados Unidos, el país que tomó las medidas más eficaces y redujo con ello los contagios y muertes, las autoridades comenzaron imponiendo el uso de mascarilla en los oficios de cara al público, pero, poco después, su obligatoriedad era general para todos en muchas ciudades. Se la intentó vender como una prenda de moda o como un acto patriótico, pero la gente se resistía a su uso. Se creó la Anti-Mask League of San Francisco que reunió a 5000 personas en un mitin de recogidas de firmas con el apoyo de autoridades de otras ciudades.

Desobedecer alguna de las medidas adoptadas suponía ser multado o encarcelado. La multa por no llevar mascarilla era de 5 o 10 dólares que se destinaban a la Cruz Roja. Ellos se encargaban de la venta de mascarillas baratas en puntos estratégicos de las ciudades y de hacer publicidad y panfletos con las medidas sanitarias que debían adoptar los ciudadanos para evitar los contagios. Los boys scouts repartían octavillas traducidas a varios idiomas en los puntos importantes de Nueva York.

El 11 de noviembre se firmó el armisticio y millones de personas salieron a celebrar el fin de la Gran Guerra lo que originó un alto número de nuevos contagios en los días siguientes.

En diciembre la pesadilla parecía haber acabado… Pero enero de 1919 trajo la tercera ola (y aún se discute si hubo una cuarta en 1920). No causó tanto daño como la segunda, pero tampoco fue tan benévola como la primera.

Australia, que tuvo la precaución de poner todos sus puertos en cuarentena, fue uno de los pocos lugares que se salvaron de la primera y segunda ola, pero restablecieron el comercio marítimo en diciembre y la tercera oleada los alcanzó.

En enero la enfermedad ya estaba de nuevo recorriendo el mundo. En París se estaban celebrando las negociaciones de paz y los delegados se contagiaron. Muchos historiadores piensan que las condiciones impuestas en esas firmas hubieran sido diferentes si los dirigentes del mundo no hubieran enfermado. Y todos coinciden que la Segunda Guerra Mundial tuvo sus raíces en la dureza de las imposiciones que sufrieron los perdedores.

En mayo de 1919 se dio por finalizada la pandemia en la mayoría de los países del hemisferio norte, pero el hemisferio sur siguió luchando contra ella hasta 1920, incluso más tarde en algunos lugares.

El saldo de víctimas sigue discutiéndose hoy en día. Se manejaba la cifra entre 40 y 50 millones, pero en la actualidad, se estima en 100 millones de personas. El cómputo en España fue de 200.000 muertos. En Suiza se contagió la mitad del país y murieron 25.000 personas, llevando a la nación al borde de la guerra civil por la falta de respuesta oficial. El país de Occidente con más decesos fue Estados Unidos con unos 600.000. La peor parte se la llevaron África y Asia con decenas de millones de defunciones. El país con más mortalidad del mundo fue la India que perdió a más de 13 millones de personas.

La gripe española contagió a personas de cualquier edad, pero se cebó con la gente joven, la mayor tasa de fallecimientos estaba entre los 20 y 40 años. Murieron más hombres que mujeres, pero las embarazadas tenían el doble de posibilidades de no sobrevivir. Con la falta de este contingente humano, los destrozos de la guerra y el cierre de los negocios (por imposición, quiebra o falta de personal) llegó el desastre económico. Hubo muchos huérfanos y ancianos que acabaron en albergues para pobres.

Cuando la enfermedad empezó a desaparecer llegó el hambre, y aumentaron los delitos como los robos y las violaciones. Si durante la pandemia los timadores vendían “medicinas milagro” que, en el mejor de los casos, no servían para nada, ahora no faltaban los que se presentaban como enfermeros sin serlo realmente.

Entre las personalidades políticas contagiadas se encontraban David Lloyd George, primer ministro británico; Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos; el káiser alemán Guillermo II y el rey español Alfonso XIII.

A la gripe española debemos la pérdida del escritor Apollinaire que sobrevivió a una herida de guerra pero murió por la pandemia; el pintor Gustav Klimt; Edmond Rostand, autor de Cyrano de Bergerac y Max Weber padre de la sociología moderna.

https://documenta360.blogspot.com/2020/05/la-cultura-resfriada-impacto-cultural.html
Autorretrato de Munch
después de la gripe española.
Imagen BBC.
Dominio público.
Los enfermos famosos que consiguieron sobrevivir fueron Kafka, que cuando se contagió acababa de salir de un sanatorio para tuberculosos; el poeta S.Eliot; Amelia Earhart, pionera de la aviación, que quedó con secuelas; un joven Franklin Delano Roosevelt que al desembarcar procedente de Europa, no podía ni tenerse en pie;  la diva del cine Mary Pickford; un muchachito llamado Walt Disney; los escritores Heminway y F. Scott Fitzgerarld que se negaron a escribir sobre ello y John Dos Passos, que jamás habló del tema. Quienes sí dejaron constancia de su propio dolor fueron Edward Munch en uno de sus autorretratos tras la convalecencia; D.H. Lawrence que, con las vías respiratorias dañadas tras la enfermedad, lo reflejó en uno de sus personajes de El amante de Lady Chatterley; Virginia Woolf que puso como protagonista de su Mrs. Dalloway a una superviviente de la gripe española; y Katherine Anne Porter que expresó su padecimiento en Miranda, su alter ego, en  Caballo pálido, jinete pálido.

Tras perder a su hijo por la gripe española, Arthur Conan Doyle  abandonó definitivamente a su famoso detective Sherlock Holmes y se centró en el espiritismo. No fue el único, algunos famosos y mucha gente anónima buscaron la forma de despedirse de un ser querido muerto en la guerra o durante la pandemia y el espiritismo vivió un auge.

Aquel sufrimiento llevó al silencio. Creemos que la gente intentó olvidar lo sucedido no volviendo a hablar de aquello. La gripe española tuvo que esperar a 1968 para aparecer en los libros de historia.

El mundo experimentó un gran cambio. La crisis económica no duró demasiado. La falta de hombres hizo que las mujeres accedieran al mercado laboral y la escasa mano de obra obligó a subir los salarios. Se multiplicó el voto femenino. Hubo huelgas de trabajadores que lograron generalizar la jornada laboral de ocho horas diarias. Llegó la prosperidad, se tenía suficiente dinero para consumir y muchas ganas de vivir. Hubo un boom de natalidad en todo el mundo, incluso en los países que no participaron en la guerra.

Las personas fueron conscientes de que llevar una dieta sana, hacer deporte y estar al aire libre era beneficioso para su salud. Se puso de moda la comida vegetariana, la gimnasia y el nudismo. Las medicinas alternativas y naturales fueron sumando adeptos aprovechando que muchos se sentían defraudados por la medicina tradicional y las medidas adoptadas en los países. Surgieron movimientos religiosos y predicadores que otorgaban el poder de la curación a la oración.

Los dirigentes comprendieron que las ciudades debían ser más salubres, había que construir casas con buenas condiciones de habitabilidad y mejorar las canalizaciones. Fue entonces cuando Londres creo su alcantarillado moderno.

Las naciones vieron la necesidad de un sistema fuerte de salud, más allá de los comités existentes. Se construyeron un gran número de hospitales. En los años 20 nació la sanidad pública y universal en la mayoría de los países avanzados y, con el tiempo, se fundó la Organización Mundial de la Salud (1948).

La modernidad y la prosperidad se impusieron durante toda una década. Y así llegaron los denominados felices años 20.

La Tierra. NASA. Wikipedia. Dominio público.

Lee también historia de las pandemias desde la antigüedad al siglo XXI en estos artículos.

Aniversarios literarios

$
0
0

En este blog nos gusta recordar, de vez en cuando, efemérides de distintos acontecimientos. Precisamente este año se celebraban muchos aniversarios importantes y el mundo llevaba meses preparando actos conmemorativos. Pero el 2020 nos trajo una grave pandemia que ensombreció las celebraciones y obligó a anular, posponer o modificar muchos eventos (aforos reducidos, mascarillas obligatorias, alteración de horarios, cita previa, toma de temperatura, desinfección de las salas tras las visitas, etc)

La literatura está de enhorabuena con el cumpleaños en números redondos de grandes figuras que marcaron su época. A algunos de ellos se les ha podido homenajear, pero a otros no.

https://www.descubrir.com/tras-las-huellas-de-becquer-en-el-150-aniversario-de-su-muerte/
Glorieta de Bécquer. Parque de María Luisa (Sevilla)
Trabajo de Takashi Kurita. Créditos: Álvaro. Wikipedia.

Centenario del nacimiento de Isaac Asimov:

https://www.casadellibro.com/libro-yo-robot/9788435018364/1255383
Yo, robot.
Isaac Asimov.
Imagen: Casa del libro.
No sabemos con exactitud su fecha de nacimiento, se da por válida el 2 de enero de 1920. Cuando solo tenía tres años, sus padres emigraron a Estados Unidos donde pusieron un negocio de venta de revistas y al pequeño Isaac le encantaban las de ciencia ficción. Fue profesor de bioquímica en la Universidad de Boston y un célebre escritor. La llamada Serie de la Fundación marcó la ciencia ficción. Entre sus obras más populares están El hombre bicentenario y Yo, robot, ambas llevadas al cine. Legó para el futuro sus famosas tres leyes de la robótica. Su figura fue tan importante que un cráter de Marte lleva su nombre.

Los festivales de ciencia ficción de Estados Unidos no han podido honrar la memoria de uno de los grandes del género al haber sido cancelados por la pandemia.

Centenario del nacimiento de Ray Bradbury:

El 22 de agosto de 1920 venía al mundo otro importante escritor que, aunque cultivó diversas temáticas, ha pasado a la historia de la literatura por sus obras de ciencia ficción. Las más recordadas son Crónicas marcianas y Fahrenheit 451. En ambas recrea un futuro desesperanzador donde la guerra y el racismo están presentes en la colonización del planeta rojo y la censura e incultura en Fahrenheit 451, la temperatura a la que arde el papel y en la que los bomberos se dedican a quemar libros.

130 aniversario del nacimiento de Agatha Christie:

De Diagram Lajard - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=72095714
Busto de Agatha Christie (Londres).
De Diagram Lajard.
Dominio público. Wikipedia.
Este 2020 se cumplen 130 años del nacimiento de la escritora Agatha Christie y 100 años de la creación de su famoso detective Hércules Poirot. Aunque es conocida por sus novelas policiacas, también escribió relatos breves, poesía e historias románticas.

Ella misma se convirtió, creemos que de forma involuntaria, en uno de sus personajes de misterio al desaparecer tras un accidente de coche. Estaba deprimida por la muerte de su madre y la petición de divorcio de su marido. Las autoridades la buscaron por todas partes con un efectivo de 1.000 policías y 15.000 voluntarios. La encontraron 11 días después hospedada en un hotel bajo el apellido de la amante de su marido. Agatha declaró que había perdido la memoria y nunca explicó más sobre el asunto.

Centenario del nacimiento de Mario Benedetti:

El 14 de septiembre de 1920 llegó uno de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana. Escribió novela, poesía, ensayo, cuentos, artículos periodísticos y fue crítico cinematográfico. Entre sus obras más famosas se encuentra La tregua, llevada al cine en dos ocasiones.

Centenario del nacimiento de Miguel Delibes:

Nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920. Escritor y periodista, galardonado con numerosos premios y miembro de la Real Academia Española. Supo plasmar en sus obras la riqueza del mundo rural y el paisaje que tanto conocía. Castilla se convirtió en uno de sus temas literarios. Algunas de sus obras han sido llevadas al teatro y al cine con gran éxito. Sus novelas más conocidas son Cinco horas con Mario, Los santos inocentes y El camino.

La Biblioteca Nacional de España le rindió homenaje con la exposición Delibes, que reunía más de 200 piezas (manuscritos, libros, dibujos y fotografías). Estuvo abierta al público desde el 18 de septiembre al 15 de noviembre de 2020 y en el momento de escribir estas líneas se ha trasladado a Valladolid.

Un pueblo sin literatura es un pueblo mudo. Miguel Delibes.

150 aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer:

Retrato de Gustado Adolfo Bécquer.
Obra de Valeriano Domínguez Bécquer.
Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Wikipedia.
La pandemia ha ensombrecido los actos de homenaje a los hermanos Bécquer en Sevilla, su ciudad natal. Se cumplen 150 años de la muerte de ambos artistas: Valeriano, el pintor que nos ha legado el retrato más famoso de su hermano y Gustavo, el poeta romántico español por excelencia.

Sevilla se había esmerado en sus rutas por los lugares de Bécquer, pero tuvieron que hacerse de manera virtual. El pasado noviembre pudo inaugurarse la exposición De la parte de vida que me toca y los paseos literarios planeados.

Gustavo Adolfo Bécquer fue poeta, narrador, periodista y dibujante. Su estancia en el Monasterio de Veruela (Zaragoza) para intentar reponerse de la tuberculosis le inspiró Cartas desde mi celda, y varias de las Leyendas que se convertirían en piezas claves de su producción literaria. Pero su obra más importante fue Rimas, un manuscrito que se perdió durante los disturbios revolucionarios de 1868 y que tuvo que volver a recopilar de las que habían sido publicadas en varios periódicos y de las que recordaba de memoria.

En septiembre de 1870 falleció su hermano Valeriano, al que estaba muy unido, y aquello lo sumió en una profunda tristeza. El día 22 de diciembre del mismo año, durante un eclipse de sol, murió Gustavo Adolfo Bécquer a los 34 años. Poco antes encargó a sus amigos que quemaran sus cartas, cuidaran de sus hijos y publicaran sus obras porque sospechaba que muerto sería más reconocido que en vida. Sus amigos cumplieron su última voluntad y evitaron que cayera en el olvido. Hoy es uno de los poetas más importantes de la literatura española y sus admiradores siguen depositando notas, cartas, peticiones y poesías en su tumba.

Centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós:

Nacido e1 10 de mayo de 1843 y fallecido el 4 de enero de 1920, Pérez Galdós destacó en la novela, el cuento y el teatro. Revolucionó la literatura con una visión más humana y real de sus personajes, pero sin abandonar el modelo cervantino y renovó el teatro español. Fue un autor clave de las letras españolas, recordado por sus Episodios Nacionales y novelas como Fortunata y Jacinta, Tristana y Marianela. En 1889, no sin discusiones por su ideología, entra a formar parte de la Real Academia Española.

La Biblioteca Nacional de España le dedicó la exposición Benito Pérez Galdós. La verdad humana (desde el 1 de noviembre de 2019 al 16 de febrero de 2020) con más de doscientas piezas entre manuscritos, libros, esculturas y lienzos. En sus salas fuimos testigos de la transformación hacia un mundo moderno; su aprendizaje, influenciado por la literatura del Siglo de Oro, pero también por Dickens o Balzac; su faceta periodística; su actividad política; sus amores con Lorenza Cobián González (madre de su única hija reconocida) y con la escritora Emilia Pardo-Bazán y su amistad con Menéndez Pelayo y Clarín.

http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2019/Benito_Perez_Galdos_La_verdad_humana.html
Cartel de la exposición:
Benito Pérez Galdós. La verdad humana.
Biblioteca Nacional de España.

Conjunción de Júpiter y Saturno o la estrella de Belén.

$
0
0

La noche del 21 de diciembre de 2020 tiene lugar un acontecimiento histórico: la conjunción de Júpiter y Saturno.

Aunque esta alineación sucede aproximadamente cada 20 años, en esta ocasión ocurren varios hechos que la hacen muy especial: aparecerán tan juntos en el cielo que brillarán como si fueran una sola estrella, se verán a simple vista y ocurrirá la noche del solsticio de invierno. En realidad, se encuentran a 810 millones de kilómetros, pero nunca han estado tan cerca desde hace ocho siglos y habrá que esperar a 2080 para ver algo similar.

https://www.diariodesevilla.es/sociedad/Conjuncion-historica-gigantes-Jupiter-Saturno_0_1529847514.html
Mapa del cielo en el momento de la conjunción de Júpiter y Saturno.
Imagen publicada en El Diario de Sevilla.

Si hiciéramos un viaje en el tiempo tendríamos que remontarnos al año 1623 para volver a encontrarnos con lo que se llamó la Gran Conjunción, pero entonces no pudo observarse claramente debido a la proximidad de Júpiter y Saturno con el Sol. Lo más parecido a lo observable esta noche ha sucedido dos veces en la historia: en el año 1223 y en el 7 a. C.

Fue Johannes Kepler a principios del siglo XVII quien teorizó sobre la posibilidad de que esta conjunción planetaria fuera la famosa estrella de Belén que guio a los Reyes Magos. Kepler descubrió que hubo una triple conjunción entre la Tierra, Júpiter y Saturno con el Sol en Piscis lo que tuvo lugar el año 7 a.C. Muchos estudiosos no dudan de que la fecha del nacimiento de Jesús está ligeramente desplazada, ya que los Evangelios sostienen que nació en tiempos de Herodes y por los textos históricos sabemos que éste murió en el año 4 a. C.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-55351413
La estrella de Belén como cometa en
la "Adoración de los magos" de Giotto.
Imagen: DEA/A. DAGLI ORTI/
 DE AGOSTINI VIA GETTY IMAGES. 
Mucho se ha especulado sobre qué pudo ser la estrella de Belén, se ha planteado la posibilidad de que se tratara de una supernova, y en siglos anteriores se daba por cierto que fue el cometa Halley que se avistó en Oriente Medio en el año 12 a. C. Esta teoría parece ser la idea que llevó a Giotto a pintar la estrella de Belén como un cometa en la Capilla Scrovegni en Padua (Italia), ya que él mismo pudo haber observado la estela del Halley cuando pasó en el año 1301.

Los astrónomos nos dicen que no es en realidad la estrella de Belén, pero que es un importante acontecimiento histórico que podremos observar a simple vista, si el tiempo y la contaminación lumínica lo permiten. Tenemos que mirar hacia el suroeste a unos 20 grados sobre el horizonte poco después de la puesta de Sol. Nos dicen que con unos buenos prismáticos o un telescopio de aficionado podremos observar las lunas de Júpiter y los anillos de Saturno. Y si no podemos verlo, numerosos investigadores lo retransmitirán en directo. Después de esa noche los planetas se irán separando poco a poco.

El 21 de diciembre del 2020, esta conjunción planetaria a la que se ha llamado estrella de Belén, tendrá lugar durante la noche más larga del año y muy próxima a la Navidad, lo que puede convertirla en algo muy similar a lo que vieron los Reyes Magos hace más de 2000 años…

https://www.eluniversohoy.net/la-conjuncion-entre-la-luna-jupiter-y-saturno-captada-desde-yunquera-malaga/
Conjunción de Júpiter y Saturno desde la Sierra de las Nieves (Málaga)
Imagen captada el día 17 de diciembre de 2020 a las 18:20
Crédito: Paqui Trujillo. 
www.eluniversohoy.net

Viewing all 211 articles
Browse latest View live