En
una entrada anterior hicimos un resumen de cómo respondió el mundo
a la covid-19 desde que se declaró pandemia en marzo de 2020 hasta
el momento actual. Pero pasamos de puntillas por el primer año, el
que produjo una ruptura abrupta y dolorosa de nuestra cotidianidad y
el que nos enfrentó a situaciones que nunca imaginamos. Cada cual lo
afrontó como pudo en un abanico de opciones entre el miedo y la negación. Hoy en día la mayoría de la gente hace vida normal y
considera aquello un lejano recuerdo; otros reconocen haber sufrido
depresión por los confinamientos y las restricciones; hay quienes
siguen en duelo por las seres queridos que perdieron; millones están
afectados por las secuelas de la covid persistente ante la
incredulidad de muchos médicos; decenas de miles de personas siguen
con algunas medidas de protección seguros de que la covid no es
estacional; mientras otros se han unido a movimientos negacionistas
de todo tipo.
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Imagen: www.caracteristicas.co/historia/ |
Fue
a finales de 2019 cuando China comunicó a la Organización Mundial
de la Salud (OMS) la aparición de una extraña neumonía. El
SARS-CoV2, conocido
como COVID-19,
produjo tantos contagios que el país se vio obligado a construir
nuevos hospitales en solo 10 días. A pesar de los esfuerzos por
contener el virus, este
se expandió por los países vecinos y la OMS tuvo que declarar
Emergencia de Salud Pública de Importancia
Internacional (30 de enero de 2020).
Durante
el primer trimestre
Europa y América confiaban en que la covid no llegaría a Occidente
de forma masiva. Se mantuvieron expectantes pero
no
detuvieron
su
frenética actividad. Se
estaban declarando pocos casos y se aislaba a esas personas. Sin
embargo, la
Semana de la Moda de Milán se
convirtió en
uno de los últimos grandes eventos internacionales que se vivió en
Europa y el primero en que se
utilizó mascarillas.
El 1 de marzo de 2020 los propios trabajadores del Louvre de París
decidieron
cerrar su museo. No
tardó mucho en hacerlo oficialmente, al igual que el resto. El
Louvre estuvo cerrado 150 días. El museo del Prado cerró el 12 de marzo y reabrió el 6 de junio de 2020 con medidas de seguridad.
Lombardía
se convirtió en el primer lugar de Europa en quedar confinado y el
9 de marzo de 2020 se llevó a cabo el confinamiento de toda Italia.
![Gioconda con mascarilla. De Gwengoat en Getty Images. Gioconda con mascarilla. De Gwengoat en Getty Images.]() |
Imagen: Gioconda con mascarilla. De Gwengoat en Getty Images. |
El
11 de marzo de 2020 la OMS declaró pandemia. Y, a partir de ese
momento los hechos se precipitaron.España
decretó
el
Estado de Alarma el 14 de marzo. En
los siguientes días
la mayoría de las naciones decidieron confinar.
Puede
decirse que
la gente comprendió lo que ocurría y fue responsable. Pero en
prácticamente todos los países se vivió la misma escena: el día
anterior al confinamiento se veían kilométricas caravanas de coches
saliendo de las grandes capitales en dirección a la costa o a
pequeños
pueblos.
En localidades como Benidorm el paseo marítimo se
llenó
de turistas que
pretendían pasar la Semana Santa (que había sido suspendida) en la
playa, mientras los vecinos estaban confinados en sus pisos. Fueron
expulsados por la policía.
El
confinamiento implicaba el
cierrede
colegios, negocios y la
prohibición
de toda
clase de eventos. Los rodajes de películas y series se suspendieron.
Solo continuaban su actividad los trabajadores esenciales. Se
cerraron las fronteras y el tráfico por tierra, mar y aire se redujo
a su mínima expresión. Se lanzaron mensajes de “quédate en
casa”, se apostó por el teletrabajo y las relaciones personales se
desarrollaron por internet.
Las calles del mundo se quedaron vacías. En España se recuperó la
figura del ERTE, que se había desarrollado algún
tiempo antes, para evitar despidos en masa e intentar frenar la
crisis económica que se preveía.
La
falta de movilidad produjo un efecto positivo
en el planeta: la contaminación casi
desapareció y
los animales se
acercaron
a las ciudades.
China
adoptó
la política “COVID zero”
para eliminar el virus por completo: hacían pruebas masivas, rastreo
y aislamiento sistemático, control fronterizo y estricta cuarentena
de quienes llegaban al país. Otras
naciones
como Nueva Zelanda y Australia también apostaron por este modelo.
En
aquellos primeros meses la mayoría del mundo optó por intentar
vencer a la
covid
y hacerla
desaparecer. Sin embargo, algunos países decidieron mantener casi
todo abierto y apostar por la responsabilidad individual. Así lo
hizo Suecia, que tuvo la
tasa de mortalidad por covidmás
alta entre sus países vecinos.
También
surgieron movimientos que negaban la existencia del virus. Creían
que todo era parte del
plan de una élite para tomar el control del planeta,
donde estaba implicada la tecnología 5G y los chips que nos
implantarían.
La
realidad era diferente: hospitales colapsados en todo el mundo,
necesidad de levantar hospitales de campaña o de medicalizar toda
clase de edificios, como ocurrió con el Ahoy
Arena
de Róterdam ya preparado para sede del Festival de Eurovisión en
mayo (certamen que fue suspendido) y que se habilitó rápidamente
como hospital de emergencia. Las cifras de contagiados y de
fallecidos eran
escalofriante. No había ambulancias suficientes para recoger a los
enfermos, tuvieron que suspenderse todas las operaciones no urgentes
lo que perjudicó a pacientes de otras patologías. Los sanitarios
estaban agotados y, en muchos casos, con carencias de equipos de
protección individual, no había mascarillas, ni respiradores
suficientes. Se desató una autentica pugna por conseguirlos con
países pagando en metálico precios desorbitados para que
descargaran las mascarillas de los aviones de una nación para
meterlas en los suyos. Tiempo después supimos que en mitad de
aquella emergencia
hubo quien intentó enriquecerse vendiendo mascarillas falsas o
defectuosas o cobrando comisiones desorbitadas por conseguirlas.
La
gente de a pie comenzó a confeccionarse sus propias mascarillas con
tela “no tejida” y a repartirla a trabajadores esenciales y
centros sanitarios en muestra de solidaridad e intento de protección
mutua… y eso que aún la OMS no reconocía el contagio por
aerosoles.
Los
triajes eran muy duros y, cuando fue posible, se hicieron circuitos
separados para mantener alejados a los pacientes covid del resto de
patologías. Aún así no pudo evitarse que pacientes y sanitarios se
contagiaran.
Los
médicos intentaban salvar a los pacientes con medicinas ya
existentes que se empleaban para otras enfermedades. Mientras, los
científicos investigaban a marchas forzadas nuevos medicamentos y
una vacuna. Desde el primer momento la OMS se preocupó de crear un
plan para que esos remedios llegaran también a los países pobres y
que se hiciera un reparto equitativo de las futuras vacunas.
En
España, durante todo el confinamiento, a las ocho de la tarde se
escuchaba un clamor de aplausos dirigido a los sanitarios y después
la canción Resistiré
del Dúo Dinámico. Esto mismo ocurría en muchos otros países, como
por ejemplo en Argentina con
Color
Esperanza
de Diego Torres.
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Cartel en un supermercado. Junio de 2020. |
En
mayo muchos países comenzaron
a abrir espacios públicos y negocios. En España lo llamamos la
“desescalada” que tenía una serie de fases para una reapertura
segura, según el nivel de incidencia de cada Comunidad Autónoma.
España había llegado a tener 1.000 muertos por covid al día y
ahora que el nivel de incidencia acumulada era muy bajo gracias al
confinamiento, se quería llegar a cero con la “nueva normalidad”.
Esto significaba el uso de mascarilla obligatoria, distancia social,
aforos, seguimiento y cuarentena de contagiados y contactos estrechos
y bajas médicas. Todos los lugares estaban señalizados con rutas de
entrada y salida, dispensadores de gel hidroalcohólico en los
comercios, distancias de 2 metros señalados en el suelo y límite de
aforo. Pero este deseo de “nueva normalidad” se dio de bruces con
la hostelería que quería “salvar el verano” y
con aquellas personas que consideraban las medidas como un atentado a
su libertad individual.
El
virus se había cobrado una gran cantidad de vidas. En
Europa las regiones con mayor numero
de
fallecidos fueron Madrid y Lombardía. Pero los cientos de millones
de contagios no nos habían llevado a la inmunidad de grupo. Aún
había que tomar precauciones, pero
también
impulsar la economía así
que se pidió que se veraneara dentro del propio país.
Una parte de la población optó por renunciar a viajar, pero el
resto intentó pasar un verano lo más normal posible. En
España las playas se parcelaron para
mantener la distancia.
En
julio
asistimosal lanzamiento de tres naves con rumbo a Marte. Esto
contrastaba con la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
que estaban programados para ese mes
y que tuvieron que esperar al verano siguiente.
![NASA publicada en www.20minutos.es NASA publicada en www.20minutos.es]() |
Lanzamiento del cohete de la NASA en julio de 2020. Imagen: NASA publicada en www.20minutos.es |
La
relajación del estío nos llevó a una segunda ola lo que convirtió
la vuelta al cole en otra discusión.
Aunque se había difundido que la covid
solo causaba la muerte a los ancianos y a las personas vulnerables
con patologías previas, había que crear un entorno seguro para los
niños. Los psicólogos y pedagogos abogaron porque los niños
volvieran a clase porque no relacionarse con sus compañeros
supondría toda clase de problemas: en el desarrollo psicomotriz, en
el habla, en las relaciones sociales, y provocaría ansiedad,
depresión… Se
hicieron grupos burbuja, se impuso mascarilla, el
uso de gel hidroalcohólico, las distancias y la ventilación. Pero
no se enseñó ni a adultos ni a niños cómo debía llevarse la
mascarilla y como se hacía la ventilación correctamente. El miedo
estuvo presente los primeros días. Se
dio el caso de familias
que intentaron que sus hijos continuaran el curso online y al
negarles el permiso optaron por no enviar a sus hijos al colegio.
Esto fue penalizado con denuncias contra los padres y juicios donde
los progenitores perdieron.
Antes
de acabar el año ya había sido aprobada de
emergencia la
primera vacuna contra la covid que empezó a suministrarse en
diciembre. En algunos países consideraron que los gobernantes debían
vacunarse primero para dar ejemplo, mientras que en otros, como
España, se decidió hacerlo por rango de edad empezando por los
ancianos que fueron los que mayor mortalidad habían sufrido. No
obstante, muchas autoridades lograron “colarse”. La primera
vacunada en España se llama Araceli y, en el momento de escribir
estas líneas, cuenta con 101 años.
En
2021 el
mundo seguía enfrentándose a olas de
covid
porque el virus estaba sufriendo mutaciones que comenzaron llevando
el nombre del lugar donde se descubrían y acabaron denominándose con letras del alfabeto griego. Y nos pasamos el año con
restricciones, cierres perimetrales, poniendo y quitando estados de
alarma y
viviendo olas y más olas.
![Youtube. Vídeo compartido por TVE. Youtube. Vídeo compartido por TVE.]() |
En la ceremonia de los premios Goya de 2021 los nominados tuvieron que seguir la gala telemáticamente desde sus hogares. Imagen: youtube. Vídeo compartido por TVE. |
Existían
ya varias vacunas que prometían mucha eficacia contra la enfermedad
grave y la muerte, pero que no evitaban el contagio. Sin embargo,
muchas personas creyeron que ya estaban inmunizadas. Hubo una gran
controversia sobre su seguridad y efectividad. Requerían dos dosis
distanciadas en 21 días. Pero aquel verano algunos se marcharon de
vacaciones sin haberse puesto la segunda dosis. La urgencia por
alcanzar la inmunidad de grupo llevó a crear “vacunódromos” en
todo el mundo. Hubo personas anhelando vacunarse, otras que lo hacían
con miedo, grupos que se negaron a recibir la dosis y algunos que
lograron falsificar su certificado de vacunación.
En
diferentes lugares del mundo se celebraron fiestas cuando se quitaba
alguna medida. En España la noche del 25 al 26 de junio de 2021 los
jóvenes madrileños se reunieron en la Puerta del Sol, tirando las
mascarillas al aire al dar la medianoche, momento en que dejaba de
ser obligatoria en exteriores. Multitudinario fue el Freedom Day de
Reino Unido el 19 de julio.
Los
viajes aumentaron los contagios y trasladaron las variantes de una
región a otra. En España lo vivimos con los viajes de fin de curso
a Mallorca que produjeron un brote de covid entre los jóvenes. Hubo
fiestas ilegales y botellones. Se les confinó en hoteles mientras
salían los resultados de las PCR, pero los adolescentes gritaban
desde los balcones reclamando su libertad mientras organizaban bailes
en las habitaciones. Finalmente se les trasladó en un barco
“burbuja” a Valencia y luego a sus respectivas ciudades. Como
consecuencia de esto se sumaron más de 1800 contagios en 12
Comunidades y 5000 confinados en todo el país.
Se
estableció un semáforo de colores según el nivel de contagios en
los países. No se debía viajar a ese destino y si se desobedecía
había que guardar cuarentena al regreso. España se encontró en
rojo varias veces, vetada por países como Alemania.
Aquel
fue también el verano en el que, entre manifestaciones en contra y
enfrentamientos con la policía, se impuso el Certificado COVID
Digital de la UE, llamado Pasaporte COVID, que acreditaba que la
persona estaba vacunada o había superado la enfermedad recientemente
o tenía un test negativo. Era necesario para viajar, entrar en un
restaurante o a una discoteca. Estuvo vigente en Europa desde el 1 de
julio de 2021 al 30 de junio de 2023.
Muchas
críticas generaron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando por fin
pudieron celebrarse aquel verano de 2021. Sus estrictas medidas para
detener los contagios no eran del agrado de Occidente: se realizaron
sin público en las gradas, los deportistas vivían en grupos
burbuja, se sometían a pruebas diarias de covid, usaban
mascarilla y tenían restricciones a la movilidad. Contrastó mucho
con los Juegos Olímpicos de París 2024, denominados los primeros
después de la pandemia. No había restricciones, sin embargo,
algunas delegaciones acudieron con mascarilla y tomaron sus propias
medidas. París solo promovió el lavado de manos y creó un circuito
sanitario diferencial y preferente para los deportistas. No pudieron
evitar el contagio de más de 40 atletas.
El
“salvar la Navidad” de 2021 llevó a una nueva ola, pero eso no
impidió que el mundo tratara ya a la covid como una enfermedad
endémica.
Si
quieres saber qué pasó en 2022 y los años siguientes te lo contamos aquí.